De fiesta con mis padres

FIESTA

Fuimos mis padres y yo a una fiesta en casa de unos familiares, y mi madre se esmeró en su arreglo, para ir a la fiesta y como realmente es muy hermosa al aplicarse en maquillarse, quedó francamente despampanante con un vestido de esos que tienen una abertura disimulada con una solapa de tela encima de la otra, y al dar el paso dejan ver una buena parte de la pierna.

Al verla yo me quedé boquiabierto pues se veía mucho muy linda y cuando caminó hacia donde la estábamos esperando, yo tragué saliva y el miembro se me puso duro nada más de verla y recordé cuando algunas veces la espiaba cuando se bañaba o cuando se estaba vistiendo, lo deliciosa que se veía, pero hoy casi no podía caminar por la enorme erección que me provocó nomas de verla, y me pareció que ella se dio cuenta y se sonrió discretamente al ver el efecto que había causado en mí.

Ya en la fiesta ella se puso a convivir con los familiares y se tomó algunas copas, y así se pasó el tiempo, yo no sabía cómo distraer mis pensamientos y evitar que ella notara que no podía dejar de verla, entonces me fui a bailar y platicar con mis primos y primas, algunas de la cuales estaban bastante apetecibles y así paso el tiempo y ya noche yo me retire a una recamara a donde me indicaron que me podía recostar y me quedé profundamente dormido, pero no sé porque me desperté y sentí que alguien estaba acostado de espaldas junto a mí, entonces percibí el perfume de mi madre e inmediatamente sentí como se me ponía dura la verga al ver que la falda que ella traía, se había abierto por la rajada y la tenía levantada, mostrando una pequeñita tanga, que no le cubría todas sus hermosas nalgas y yo me puse como loco al ver que tenía a esa hermosa mujer casi en mis brazos.

Sin pensarlo mucho y esperando que no se despertara me saque la verga y se la arrime a sus hermosas nalgas, yo sentía que estaba en la gloria y ella parecía que no se daba cuenta de nada, entonces ya envalentonado le jalé la tanga y puse mi verga entre sus nalgas y ella aparentemente no sentía y yo entonces le apunté la verga en la entrada de la vagina y le metí la punta de la verga, y ella al sentirla se volteó a ver quién era y cuando me vio hizo el intento de zafarse pero con el movimiento que hizo se le fue un buen tramo de mi verga para adentro y lanzando un gemido (yo no sabía que había sido de placer), se volteó y me dijo:

— ¿Sabes lo que estás haciendo?

Y yo le contesté:

— Sí, pero ya no puedo más, me estoy volviendo loco por ti por acariciarte por besarte.

Entonces ella sin decir más se empujó hacia mí para que le metiera toda la verga y tomándome una mano me la puso en su pecho, apretándomela contra él, con deseo, y así continuamos cogiendo, hasta que le di una metida a fondo para venirme y ella al sentir la fuerza del chorro de semen en sus entrañas se vino también apagando un gritito de placer.

Cuando se me bajó la erección, ella se volteó y me besó largamente y me dijo:

— Ya viste lo que hiciste cabrón, te cogiste a tu madre haciéndome pecar, y no solo eso, sino que me gustó ¿y ahora que vas a hacer?, porque yo voy a querer más, y es que con tu padre ya no hay nada, y agarrándome la verga y dándome otro beso me dijo:

— ¿Quedaste satisfecho?, porque yo no, pero duérmete, nos vemos en la casa.

Al día siguiente ya en nuestra casa, todo transcurrió sin contratiempos, llegamos a bañarnos y cuando mi padre dijo que tenía que salir a arreglar unos asuntos, mi madre con resignación le dijo:

— Me la saludas.

Y él sin responder se fue en su coche y yo pensé que no se iba a tardar, entonces mi madre volviéndose hacia mí con una sonrisa pícara me dijo:

— Ya estamos solos, y ahora me vas a explicar porque hiciste lo que quisiste conmigo anoche.

Y yo sin saber que decir me puse nervioso, pero ella sin dejarme responder, me abrazó y me besó con furia, con placer diciéndome;

— Vamos explícame por qué no me habías dicho que yo te gustaba que querías hacer el amor conmigo, o que crees ¿que yo no me había dado cuenta de que me espiabas cuando me bañaba?

¿O que crees que cuando iba a cobijarte por las noches no te había visto la enorme verga que te acariciabas y en sueños decías mi nombre?

Créeme que luché mucho contra el deseo de acostarme contigo una de esas noches, pero mis principios no me lo permitieron, pero anoche al sentir que me arrimabas tu verga, quise ver hasta donde serias capaz de llegar, pero al sentir que me metías la puntita de tu verga, ya no pude más y me dejé llevar por el deseo de tenerte dentro, completo y solo para mí.

Ahora que estamos solos quiero disfrutarte sin complejos, sin medida y sin pensar que eres mi hijo, sino el hombre que hace tanto tiempo deseo que me haga el amor como a mí me gusta, así que ven abrázame y veme desvistiendo poco a poco, sin prisas y acaríciame despacito por donde vayas desnudándome y bésame, bésame las chiches, los pezones, chúpamelos, mordisquéamelos suavemente cubriéndote los dientes con los labios recórremelos con la lengua.

Yo sentí que estaba en la gloria, al poder acariciar ese hermoso cuerpo que tantas veces había deseado, pero entonces le pregunté:

— Oye y si viene mi papá, dijo que no se tardaba.

— Y ella lanzando una carcajada me dijo, no te preocupes, él fue a ver a su amante y seguro que no regresa hoy y si viene, que vea que ya su hijo ocupa su lugar.

Y sin agregar más seguimos acariciándonos, y ella me fue indicando lo que quería que le hiciera, hasta que metí mi cabeza entre sus piernas y descubriéndole el clítoris se lo empecé a chupar, mordisquear con los labios y continue hasta que se vino con un largo gemido de placer, entonces le metí tres dedos en la vagina y se la sobé hasta que casi se venía otra vez, pero ella jalándome, abrió las piernas y agarrándome la verga se la coloco a la entrada de la vagina y me dijo métemela amor cógeme, cógeme que me vengo y quiero que tú te vengas conmigo y dentro de mí para sentir que eres mío.

Al terminar, nos quedamos dormidos y entre sueños sentí que me estaban acariciando la verga me desperté y al darme cuenta que mi madre me la estaba mamando con lujuria, me provoco una impresionante erección y al notarlo ella, inmediatamente se montó en mí, ensartándose en mi parada verga, iniciando una loca cabalgata de a palo encebado hasta venirse nuevamente, entonces yo la puse de a perrito y le deje ir la verga hasta el fondo provocándole un largo gemido de placer y así me la cogí hasta que se vino otra vez y yo también.

Después de esa tarde de sexo desenfrenado, nos fuimos a acostar cada quien a su recamara, hasta el día siguiente, cuando en la mañana ella me fue a despertar con un largo beso, diciéndome:

— Párate que ya es tarde y vente a desayunar, que tu padre llegó temprano, nos vemos cuando regreses de la universidad, porque yo todavía quiero más.

Y así estamos mi madre y yo, deseándonos cada vez más, y espero que esto dure mucho tiempo porque cada vez la deseo más.

 

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