Cogiendo a la jovencita pelirroja de 18 añitos

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Esta historia sucedió el pasado verano. Yo vivo en un pareado de dos plantas donde en la planta baja y primera vivimos mi esposa y yo con nuestras dos hijas, en la de arriba hay un apartamento de nuestra propiedad que se alquila a estudiantes que se accede mediante una escalera lateral del pareado, en ese mismo hueco hay una verja de alambre con una puerta que se comunica con nuestra piscina.

Nosotros no solemos dejar que nuestras inquilinas disfruten de la piscina pero estábamos sufriendo la ola de calor más fuerte desde hacía años y le facilicatamos la llave a Erika nuestra inquilina de arriba ya que se iba a quedar tdo el verano estudiando.

En esta ola de calor mi esposa y mis hijas se había ido a la playa con mis suegros y yo estaba solo en la casa.

Mi rutina de salir a las de la mañana cuando no hacía mucho calor pasar el día en la oficina bajo el aire acondicionado y luego regresar a mi casa por la tarde noche cuando el calor se había marchado.

La semana pasada, el jueves y había adelantado mi trabajo y pensé en hacer las maletas e irme a la playa con mi familia, y eso hice. Llegué a mi casa y empecé a hacer la maleta. Cuando escuché chapotear en la piscina.

Me asomé por la ventana y vi a Erika, una de nuestras inquilinas nadando en la piscina. Viendo que no era ningún extraño iba a volver a seguir haciendo la maleta pero algo me dejó colgado con la visión y era su cuerpo húmedo en la piscina.

Erika es una chica de 19 años estudiante de segundo año de psicología, pelirroja con pelo largo,ojos verdes y una carita llena de pecas marrones.

Su cuerpo era de infarto apenas medía 1,60 m, sus abultados pechos sobresalen en su delgado cuerpo de 60 kilos de peso y su trasero era chico, muchas veces cuando la había visto subir por esas escalera embutido en esos shorts que solía llevar todo el tiempo desde que llegara la primavera había jurado que ese trasero podría entrar en una de mis manos, por su puesto nunca lo había comprobado.

Me quedé largo rato mirándola desde la ventana de mi habitación, cuando me sorprendí tocandome la polla mientras la miraba, ella se salió de la piscina y miró arriba, yo me asusté me metía más dentro de la habitación para que no me viera, cuando transcurrió un tiempo considerado volví a mirar y ella ya no estaba en la piscina, supuse que se había ido al piso pero luego ví que estaba tumbada en el césped bajo la pérgola del porche.

Dude un poco pero luego lo decidí, bajaría a darme un baño en la piscina y así la vería más cerca y eso hice. Me puse mi bañador, el que mas chico me estaba, y tomé una toalla. Caminé hasta la puerta del porche y me paré un poco para tomar aliento y planear mi jugada, ella se estaba poniendo crema por la piernas, yo le dí varios pellizcos a mi polla para que se marcaba bajo mi bañador . Abrí al puerta del porche.

Nada más abrir la puerta del porche ella pegó un respingo, supongo que se asustó.

– Hola Erika, no te había visto – mentira.

– Hola Señor Grey – dijo ella tapándose los pechos y su cuerpo con su camiseta, la cual había cogido por inercia – no sabía que estuvieras aquí.

– No pasa nada, por eso te dimos una llave de berja para que usaras la piscina cuando quieras y llamame Simon, por favor – dije tranquilo mientras me quitaba las chanclas y ponía mi toalla en la tumbona junto a ella, ella mientras empezó a recoger.

– Tranquilo D.. Simon que enseguida me voy – dijo ella recogiendo todas sus cosas y poniéndola sobre su pecho.

– No pasa nada, además así me haces algo de compañía, ya sabes que estoy solo en la casa y aparte de mis compañeros no hablo con nadie más y con ellos solo hablo de trabajo, algo aburrido – dije sonriendo y guiñandole el ojo – bueno Pilar también se fue hace poco y estarás sola tu también, no? – Pilar era su compañera de piso que también estaba bien buena.

– Si marchó hace poco.

– Pues quédate, un rato – le dije tocando su brazo con mi mano – Si te apetece

Ella paró un moneto y dejó de recoger. Dejó sus cosas sobre el mismo sitio, sus chanclas, sus sobrero, su gafas mientras yo volví a pellizcar mi polla para que no perdiera su tamaño. Ella estaba colocando su toalla cuando la vió, esa fue la primera mirada que echó y no sería la última.

Tengo que confesar que era la primera vez que hacía esto pero me estaba resultando excitante tener a una chica tan joven que casi podría ser mi hija allí junto a mí sin testigos así que esto daba más morbo a la situación.

Me levanté de la hamaca estirandome y dejando que se marcar mi polla en mi bañador, Erika intentaba quitar la mirada con sus gafas de sol pero se le iban los ojos y además se ponía colorada, fui hasta la nevera de la terraza y saqué dos coronitas bien fresquitas, le di metí dos limones y le dí un botellín a Erika y otro para mí.

– Toma – le dije – acariciando su brazo y codo con ek botellín precisamnete a la altura de mi polla.

– Gracias – dijo ella mirando la coronita y el bulto que hacía mi polla en mi bañador.

Brindamos y bebimos.

– Grande… – dije a ella se le salió el sorbo por la boca – tarde se ha quedado, no?.

– Uy te has manchado – le dije.

Con mi camiseta comencé a secarle los labios y la barbilla y luego le hice una mirada a su escote que también algo de cerveza había caído , esa parte la limpio ella mientras yo puse mi mano sobre su pierna izquierda para luego con un caricia levantarla. La noté algo nerviosa.

Estuvimos toda la mañana hablando y riendo yo buscaba cualquier excusa para tocarle el brazo o la pierna y ella muchas veces lanza mirada a mi polla o apoyaba su mano en mi brazo, bebimos varias coronitas entre tantos, estábamos pasando una buena tarde, había morbo y la temeratura estaba subiendo cada vez mas.

Me duche para bañarme y de reojo miraba a Erika que aunque quitaba la mirada no dejaba de mirar hacia mi polla medio erecta. Me coloqué en posición hacia ella para que no perdiera detalle de cómo tenía la polla y ella aunque disimulaba no perdía detalle.

Me lancé a la piscina y hice varios largos nadando luego me salí por bordillo en vez de la escalera de un salto para que se fijara en mi cuerpo y en mi miemnbro, cogí la toalla para secarme poniendo mi paquete a la altura de su rostro, ella tras un rato mirando mi paquete no pudo aguantar más y se levantó para ducharse, más bien para enfriarse y bajar su temperatura.

Luego se puso a hacer largos, yo estaba en el bordillo viéndola moverse de un lado a otro de la piscina, me daba pellizcos en la polla para tenerla erecta, aunque no hacía falta.

Tras varios largos la llamé y ella se acercó al bordillo y aunque me miró a los ojos su mirada se volvió a desviar hacia mi polla.

– Voy a sacar varios aperitivos, ¿qué te apetece?

– No sé, me da igual, espera que salgo y te ayudo – dijo ella.

– Ven que te ayudo – le dije tendiendole mis manos. ella se agarró a ella y tiré de sus 60 kilos hacia arriba sacándola del agua. una vez arriba pegué mi cuerpo para que no se cayera al agua poniendo mi mano en su cintura y pegando mi polla en su barriga.

No quedamos parados los dos, ninguno hizo nada fue entonces cuando me atreví a darle un beso en la mejilla al cual ella no se puso, luego con mi mano libre giró su cabeza lentamente hacía mí y la besé en la comisura de los labios, ella no se opuso es más comenzó a abrir la boca poco a poco.

Volví a besar sus labios, sentía su cuerpo húmedo de la piscina y como de su pelo caían gotas de agua sobre mi cuerpo y en el suelo, podía sentir la humedad de su bañador en su cintura bajo mi mano.

Volví a besar sus labios pero esta vez metí algo de lengua en su boca, la punta de mi lengua la cual pronto se encontró con la punta de su lengua, su brazos que estaba el momento estaban por encima de su cabeza empezaron a descansar sobre mi cuerpo.

Nuestras lenguas se fusionarán en un beso muy caliente mientras que mis manos acariciaban su pequeño cuerpo y sus manos manoseaban mi cuerpo bajando poco a poco hasta llegar a mi bañador donde se pararon.

Si sus manos bajaban las mías subían por su cuerpo hasta llegar a sus hombros donde tiré de una tira del bañador y luego de la otra mientras seguiamos besandonos como si no hubiera un mañana, ella cuando sintió que las dos tiras de su bañador se había quitado metió un brazo y luego otro para que lo único que tuviera que hacer fuera tirar del bañador hacia abajo.

pero a mi me gusta posponer las cosas y no tenía prisa así que antes de descubrir sus pechos lo acaricié por encima del bañador. Ella con suavidad aflojó la cuerda de mi bañador y metió primero una mano y luego la otra palpando mi polla, comprobando su grosor, su longitud y su dureza, en todos esas parámetros sacaba buena nota, uno tiene una polla que no siendo la más grande tiene bueno números.

Yo dejé sus pechos y di un paso atrás para terminar de despojarme de mi bañador quedando totalmente desnudo frente a ella. Erika miró fijamente mi polla y luego me miró a la cara, no podía disimular la excitación que le había provocado mi polla y no se lo pensó más y se agachó para metersela en su boca.

Erika se defendía bien comiendo pollas, me estaba dando un gran placer pese a que le costaba meterse mi polla entera en su boca, pero la lamía de arriba a abajo y jugaba con sus manos sobre mis huevos, los lamia y se los metia en la boca.

Al poco rato tenía la polla más dura que un diamante y quería follármela ya, e hice que se levantara. Ella me miraba con la cara desencajada y con la boca llena de babas suyas y líquidos de mi polla.

De un tirón le bajé el bañador dejando libre sus pechos y su coñito. Tenía un cuerpo envidiable todo lleno de pecas, sus pechos con aureola rojiza y su coñito totalmente depilado parecía una barbie. No lo dudé y la tomé en brazos.

Recorrí la casa con ella en mis brazos hasta llegar a la habitación que compartía con mi esposa donde la tiré sobre la cama , luego la tomé de las piernas desplazándose hasta el borde de esta donde le abrí las piernas y comencé a comerle el coño con un apetito voraz.

Erika se revolvía de placer ante las entradas de mi lengua en su coñito, parecía que nunca le había hecho una comida de coño tan voraz, al rato Erika empezó a cerrar sus piernas tras mi nuca obligándome a meterle mas la lengua en su coño algo que a ella le agradaba, luego empezó a gritar ? Follame, follame, ¡Quiero que me folles !? no lo dudé más y saqué mi lengua de su coño para prepararme para follarmela sin compasión, como ella y yo queríamos.

Puse mi polla en la entrada de su coño y luego fui introduciendo mi polla poco a poco dentro de su apretado coño hasta que hubo estado totalmente dentro de este.

Seguidamente comencé a sacar mi polla de su coño y a volver a meterla a más profundidad si pudiera ella gemía de placer, y yo viendo sus pechos moverse al ritmo de mis embestidas no me contuve y comencé a comermelos lamiendolos y chupandolos.

Poco tardó ella en correrse sobre las sábanas de mi esposa luego yo le regalé un corrida abundante sobre su coño, llegando a desbordarse de su coño y manchando las sabanas también. Quedamos exhaustos tras el polvo y descansamos besandonos y tocandonos nuestros cuerpos desnudos.

Ese fue el principio de nuestros encuentros pasamos todo el verano como una pareja de recién casados, iba a trabajar por la mañana y luego volvía a casa para comermela y follarmela.

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AlfredoTT
AlfredoTT
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