Aventura con mi hermana
Era verano y yo estaba divorciado y de vacaciones en el trabajo. Como otras veces me iba a casa de mi hermana mayor a pasar unos días. No sabía que mi hermana y mi cuñado tenían planes de ir a pasar unos días a la sierra de camping.
.- Vaya… Comenté… No sabía que teníais planes. Debí avisar.
.- No te preocupes… Comentó mi cuñado… Tenemos dos tiendas de campaña. Puedes venir con nosotros.
.- No, no os preocupéis… Comenté… No quiero estropearos las vacaciones.
.- No digas tonterías… protestó mi cuñado… Vente con nosotros.
.- Antes tengo que pasar por casa… Comenté… No traigo ropa para una acampada.
.- ¿Qué has traído?… Preguntó mi hermana… Para estar aquí, no necesitas mucho. y en un camping no se necesita casi nada, y aquí hay ropa. Así que no se hable más. Te vienes con nosotros y punto.
Ante esa opción no tuve más remedio que aceptar. Dos días después, cargamos el vehículo con las dos tiendas de campaña, tipo iglú, una para ellos y otra para mi, las maletas con la ropa y otros artículos y emprendimos el viaje hacia la sierra. llegamos al camping sobre las 12 AM, alquilamos la parcela, colocamos las tiendas y bajamos a una cala donde había un lago de aguas cristalinas.
.- Niño… Llamó mi hermana… ¿Me pones crema? A tu cuñado no le gusta pringarse las manos.
.- Claro… Contesté… ¿Dónde está el bote?
.- En el macuto rojo… Contestó mi hermana.
Se veía deliciosa y sexi con su bikini azul. Comencé a ponerle la crema por la espalda, extendiéndola bien, y a veces incluso metía la mano por el elástico del bikini para tocarle el culo disimuladamente, mientras mi cuñado se daba un baño, sin que ella hiciera nada. Por delante se la echó ella, aunque a veces casi se le veían las aureolas por el escote. Yo no dejaba de mirar a mi hermana, y ella se daba cuenta y a veces se agachaba, a espaldas de mi cuñado, y bajándose el sujetador del bikini, me dejaba ver sus deliciosas tetas con dos aureolas rosadas, coronadas por dos deliciosos pezones un poco más oscuritos que sus aureolas.
El día pasó con normalidad. Por la tarde. después de ducharnos fuimos los tres al bar del camping a tomar unas copas. Cuando regresamos, mi cuñado dijo que se iba a dormir, quedándonos mi hermana y yo hablando y fumando un cigarrillo.
Ya de madrugada yo fui a mi iglú a cambiarme de ropa y mi hermana al suyo. Al rato entró mi hermana con la escusa de buscar su ropa para dormir, pues los macutos estaban en mi tienda. Yo estaba casi desnudo, pues aun no me había subido el bóxer. Mi hermana me miró, se mordió el labio inferior, y sin darme tiempo a reaccionar se agachó y comenzó a besarme el glande y pasar su lengua por toda mi polla, desde el glande hasta los huevos.
Yo agarré una de sus tetas y comencé a acariciarla. Después le subí el vestido y comencé a acariciarle el coño, echando el tanga a un lado y metiéndole un dedo, mientras con el pulgar jugaba con su clítoris. Me colocó boca arriba y quitándose el vestido y apartando el tanga, se sentó sobre mí clavándose mi polla en el coño hasta el fondo, comenzando a cabalgar. Sus tetas botaban, a pesar de llevar sujetador. Yo agarraba su culo mientras me cabalgaba sintiendo como se estremecía con el orgasmo. Se levantó, se colocó de perrito y se la volví a clavar en el coño, hasta que cuando iba a correrme, la saqué y le llené el tanga de leche y las cachas del culo. Se limpió con unas toallitas húmedas, me dio un beso con lengua, y cogiendo la ropa se fue a su iglú con mi cuñado.
A la mañana siguiente, me levanté antes que ellos y fui al servicio del camping a lavarme. Cuando regresé estaban levantados preparando el desayuno.
Después de desayunar, mi cuñado se fue a la ducha, mi hermana se acercó y acariciándome la polla por encima del pantalón me preguntó.
.- ¿Has dormido bien?… Subía y bajaba la mano por mi polla… Yo de lujo.
.- Estupendamente… Contesté mientras acariciaba su coño… Mejor que nunca.
.- Intentaremos repetirlo esta noche… Susurró mi hermana… O cuando podamos.
.- ¿Y no se da cuenta tu marido?… Pregunté extrañado… Está dormido, toma unas pastillas para dormir.
.- Entonces de acuerdo… Comenté, echando a un lado el tanguita y metiendo un dedo en su coño… Cuando quieras.
Al poco rato llegó mi cuñado de la ducha y tuvimos que disimular. Entonces mi hermana fue a ducharse. Cuando regresó bajamos a la cala y en el agua, mientras mi cuñado estaba en la sombrilla, mi hermana y yo estábamos jugando tocándonos por todos lados. Incluso la apoyé en una piedra y, bajándole el bikini, le taladré el coño con mi polla, hasta el fondo.
Por la noche volvimos a repetir lo de la noche anterior, pero esta vez los dos completamente desnudos. Lo hicimos en total tres noches de las cinco que pasamos en el camping y fue delicioso follar con mi hermana con el cornudo de mi cuñado en la tienda de al lado
¿Te gustó este relato? descubre más fantasías literarias para adultos en nuestra página principal.