Historias de mi prima en casa de mis abuelos

Cuando tenía 19 años, vivía en casa de mis abuelos. Al cabo de un tiempo, mi prima, que tenía 18 años, se vino a vivir con nosotros y comenzamos a llevarnos muy bien.

Una vez, mi tío me rogó que la acompañara a su cuarto a dormir, ya que él se iba a trabajar a una empresa por jornadas de 22 días.

Fui a acompañarla la primera noche.

Nos dormimos cada uno en una cama diferente.

A la noche siguiente, decidimos dormir en la misma cama por pereza a hacer la cama.

Nos acostamos viendo la tele y conversando. Como hacía mucho frío, decidimos abrazarnos. De repente, empezamos a acariciarnos. A mí se me puso el pene duro y ella se dio cuenta; por momentos me lo rozaba. Decidí tocarle la vagina por encima del pijama y no me dijo nada, así que decidió cogerme el pene.

Cuando le metí la mano en su vagina, estaba mojadita; ella hizo lo mismo, me lo sacó del bóxer y yo le quité la tanga ruca que llevaba.

Nos quedamos desnudos, la puse encima de mí, cogiendo sus nalgas y acariciándola. Decidí subirme encima de ella, besándole desde el cuello hasta llegar a su vagina, donde le di una buena mamada. Esa cosita estaba deliciosa.

Ella cogió mi pene y se lo metió. Comencé a follarla, pero lo malo es que no podíamos hacer mucha bulla porque mis abuelos estaban en el otro cuarto.

Hicimos el amor tres veces esa noche. Al día siguiente, cada uno se fue al estudiar. La siguiente noche fuimos a la cama, la desnudé, le mamé la concha, se me subió y follamos un buen rato. Después, me hizo una mamada rápida y me dijo que se lo metiera por el culo.

Así pasamos toda la semana follando con mi prima querida.

Me fui a otra ciudad a vivir, pasaron los años y ella ya tiene marido.

Me gustaría proponerle que recordáramos viejos tiempos.

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