Una amistad excitante (II)

Autor: annkaxia | 31-Dec

Grandes Relatos
Luego de esa noche, nuestra relación cambia radicalmente, el solo hecho de pensar en él, hacia estremecerme. Cuando nos veíamos, la tensión entre nosotros era increíble. Pasamos una semana sin acercarnos más de unos metros, viéndonos con los amigos o juntándonos en algún lugar público, siempre con gente alrededor. Toda la semana estuve provocándolo, me encantaba y lo mejor es que se quedaba con las ganas y eso me excitaba. El martes yo estaba hablando con un chico que conocía hacia un tiempo. Este era sexy pero nada comparado con él. Hablábamos de cosas sin relevancia cuando lo vi pasar, él estaba del otro lado del aparador, mirando hacia dentro, con el rostro fijo, como con celos.

Al notarlo, intente provocarlo acercándome más a este chico, hablándole al oído, mientras a él, lo miraba fijo. Me miraba desafiante, yo me acerqué aun más a este chico y coloque mis pechos muy cerca de su brazo rozándolo. A su vez este, pensaba que me le estaba tirando, eso ayudo más a la situación. Mientras más me acercaba, mas provocativamente lo miraba. Él sin poderlo resistir mas entro a la tienda. Justo en ese instante, su amigo lo empuja hacia fuera diciéndole que siguieran su camino sino llegarían tarde a clase. Se fue y de golpe mi interés en este nuevo muchacho desapareció, me aleje, lo salude y seguí con mis cosas, pobre lo debo de haber desconcertado bastante. Viendo como se ponía por semejante estupidez, el jueves me propuse provocarlo aun más. Estábamos en una reunión con amigos. Él muy sexy, tenia puesto ese vaquero que tanto me excita y una remera con cuellito; traía alpargatas porque hacia calor. Yo, en cambio, me había vestido provocativamente, me propuse incomodarlo a distancia.

Traía puesto unos pantalones bajos bien ajustados, una remera con un pronunciado escote, que resaltaba mis senos de manera llamativa, y mi amado saco largo. Cuando llegue salude como es normal, pero a él lo salude como si nada muy rápidamente, apenas. Quedo de nuevo desconcertado. Había comenzado a gustarme esa expresión en su rostro. Me senté en la mesa justo delante de él, durante un rato largo no lo mire, ni siquiera de reojo; pero sabia que él si me miraba, sentía sus ojos sobre mí. En determinado momento, se puso a discutir con otro chico de manera muy acalorada. Dejándome así, fuera de su foco de atención, fue ahí cuando di el primer paso. Me quite el zapato y por debajo de la mesa comencé a tocarle la pierna, él dándose cuenta de lo que yo hacía, intentaba disimular y seguir el hilo de la discusión. Yo seguí subiendo hasta su entre pierna, mientras lo miraba fijo. Comencé con movimientos delicados y circulares en esta cosa que sin duda lo altero porque perdió completamente el hilo de la conversación.

De repente se armo discusión entre los demás chicos que había en la reunión, pero él se había callado y aproveche para el siguiente paso. Puse mi brazo izquierdo como tapándome y mi dedo índice delicadamente en mi boca, mientras seguí jugando con mi pie en su entre pierna. Nadie notaba lo que estaba haciendo, a excepción de él. Aumente la fuerza y la cantidad de movimiento con el pie. Mientras con mi mano derecha disimuladamente recorría con los dedos el escote de mi remera, estirándolo hasta ver la hendidura entre mis senos. Esto realmente lo estaba excitando y lo alteraba por que no sabía como disimularlo y a mí me encantaba. En eso dirigieron la conversación a mí, yo me incorpore enseguida:

- ¿Qué?, ¿De que hablan?- pregunte.

- ¿En que planeta estas? Te hablábamos de...

Disculpen - interrumpí - voy al baño porque me siento mal - dije para salir del paso.

- ¿Que le pasa?- le preguntaron a él, - ni idea - oí que contestaba mientras yo cerraba la puerta.

Entre al baño muerta de risa por lo que había pasado, me quede sentada en el inodoro para tranquilizarme. Minutos mas tarde, golpean la puerta:

- ¿Estas bien? - era él.

- ¿Estas solo? - pregunte en vos baja.

- Si, ¡ábreme! - contesto.

Le abrí lentamente y él de un sopetón se metió para adentro trancando.

- ¿Que haces? - pregunte - ¡se van a dar cuenta!.

- No creo, pero el peligro me excita - dijo empujándome contra la pared.

Comenzó a besarme apasionadamente, se notaba que lo de recién había surtido su efecto yo obviamente me deje llevar por las circunstancias. Sus manos estaban en mi cabeza agarrandome, para que no me escapara; las mías comenzaron al tocar su espalda. Iba directamente hacia ese culito que tanto me gustaba tocar, cuando de repente él, las toma con fuerza y las apretó contra la pared, sobre mi cabeza, mientras seguía besándome. La sensación era muy excitante, sus besos me volvían loca, pero que me aprisionara y encima en un lugar que se podían dar cuenta, era excitante. La temperatura me subía y la tensión también, con mi rodilla comencé a rozar su pené, volvía a estar hinchado quería liberarme, pero él hacia cada vez mas fuerza. Luego dejo de besar mi boca y siguió así por mi cuello, del lado de afuera del baño se escuchaban voces, voces conocidas. Eran ellos, y estaba a distancia de una puerta. Pero el continuo, bajo por mi escote buscando mis pechos besándome con intensidad.

Mi temperatura era cada vez más alta, cuanto más besaba mí busto, más firme se ponía y más nerviosa me ponía yo, tal vez los otros escucharían algo. Trataba de no emitir sonido, mientras él había logrado liberar mis pezones y los estaba chupando con entusiasmo, eso me ponía más cliente. La excitación de ambos aumentaba, cuando de pronto escuchamos.

- Voy a preguntarle ¿sí está bien si le pasa algo?.

En ese momento se detuvo, me miro a los ojos y dijo muy suavemente:

- Sigue la corriente.

Rápidamente me dio vuelta y me puso contra su cuerpo, inmovilizándome con sus brazos, mi trasero estaba sobre su pené, grande, excitado, queriendo salirse del pantalón. No tuve tiempo de protestar ya que:

- ¿Estás bien? - era mi amiga preguntando.

- Si, si - respondí, mientras él me tocaba con una de su mano la entrepierna.

- ¿Necesitas algo? - pregunto, él moviendo sus dedos apretaba el vaquero contra mi clítoris, con movimientos mas que excitantes. Yo me volvía a calentar y la situación me ponía más nerviosa aún; si abría la puerta me iba a encontrar, excitada en sus brazos, con mis senos fuera de la remera y su mano en mi pelvis.

- ¿Esta segura, que no té pasa nada? - volvió a preguntar.

- Si, si ya salgo - respondí.

Yo estaba demasiado excitada para salir, esa conversación no la podía seguir, sus dedos hacían maravillas sobre el vaquero, yo quería gritar pero no podía hacerlo. Debe estar descompuesta - se escucho de afuera, ella se había retirado.

- ¡Basta! - le dije bajito pero con firmeza, él me soltó, sin dudarlo.

Lo mire con una mirada desafiante, él respondió:

- Yo dije que no iba a hacer nada que no quisieras - con cara de pícaro -Pero la venganza ¡me la debías! - remato.

Me incorpore, lave mi cara, intente poner cara de yo no fui. Pero él seguía tocándome.

- ¡Basta! - dije.

- Eres sexy hasta enojada - replico.

- Bien escóndete y sal dentro de un rato. Aquí no ha pasado nada.

Salí busque a mi amiga y le dije que me iba, que estaba muy descompuesta. Nadie había notado nuestra ausencia, con lo que me tranquilice y me fui. Caminado a casa, sola, imaginaba la cara de él al salir y no verme. Había sido una experiencia peligrosa y excitante, me lo merecía por haberlo provocado. Igualmente no me iba a quedar de brazos cruzados el próximo movimiento seguía siendo mío.

Al fin, lo tan esperado… Esta noche íbamos a terminar lo que había quedado inconcluso. Llego el fin de semana, yo sabia que sus padres se iban para afuera. Su hermano tenía fiesta toda la noche, estaba todo arreglado. Esta noche íbamos a terminar lo que había quedado inconcluso. Yo, había dicho que iba al cine con la barra y que nos encontrábamos en su casa. A los chicos les dijimos que nos veíamos en el cine, pero obviamente la intención no era llegar. Las excusas estaban prontas, las ganas sobraban, yo sabía que esta me tocaba a mí. Traía puesto una camisa blanca, debajo ni sostén negro muerte que se trasparentaba, una pollera corta en tablas. Sabia que eso lo calentaba, una tanga negra muy cavada, medias a medio muslo y zapatos altos. Estaba hecha una calentona, pero me cubría un sobretodo que no dejaba que mis ropas se vieran.

Toque timbre en su casa, nadie abría, insistí y nada. Pensé que se había ido, empuje la puerta y esta se abrió, entre y la cerré. Intente sacarme el saco, pero él me tomó por la cintura y comenzó a besar mi cuello a acariciarme, con una mano recorría mi vientre. Nuevamente en busca de mis senos, la otra en busca de mi pelvis. Me excitaba mucho que hiciera eso, pero recordé que me tocaba a mí y le dije:

- Basta - el muy sorprendido me soltó.

- ¿Estas bien?, ¿Que pasa? ¿Te hice daño? - pregunto consternado.

Yo sonreí, lo mire a los ojos y le dije con mirada sensual.

- ¿Jugamos?.

Eso no lo esperaba ya que contesto.

- Ok ¿pero de nuevo?.

- No, esta vez me toca a mí - estaba sorprendido pero accedió.

Me quite el saco mientras entramos en su cuarto, le dije al oído.

- Debes confiar en mi, no haré nada que no quieras - él sonrió.

Cerré la puerta, apague la luz, lo coloque de pie en el medio de la habitación. Estaba nerviosa, nunca había hecho nada semejante, pero no me iba a achicar. Me pare delante de él y lo bese, lentamente, fue un beso sin lengua, pero era calentón. Le mordía muy lenta y suavemente los labios. Luego su cuello, él quería tocarme pero con mis manos se lo impedí. Traía puesto una camisa, que yo comencé a besar, mientras desabrochonaba. La temperatura en el cuarto comenzaba a subir. Luego se la quite con mucha delicadeza, me separe de él y comencé a caminar a su alrededor mirándolo, deseándolo, tocando penas con mis dedos su tórax, su brazo, su espalda. Me coloque detrás de él y comencé a besar esa espalda que me enloquecía, acariciando con mis manos su tórax.

Empecé a bajar, lamiendo, besando, la temperatura subía, la tensión también. Llegue al cinturón, con mis manos comencé a acariciar su pené por en cima del pantalón, con mis labios besaba y mordía lentamente su trasero. La excitación aumentaba, su pené estaba firme, grande, intentando salirse del pantalón. Seguí besando y mordiendo su trasero, mientras con mis manos bajaba a la entre pierna, justamente debajo del pené. Comencé a presionar en ese lugar con mi dedo mientras, con la palma de la mano masajeaba sus testículos. Él estaba cada vez mas excitado, yo me fascinaba con su excitación, tenerlo así me calentaba cada vez más.

Con estos movimientos comencé a abrirle las piernas lentamente. Se dejaba, estaba encantado. Volví a subir, tocando y apretando su pené, este quería salir. El no sabía que hacer con sus manos, comenzó a moverlas a tocarme, me aleje. Salió en mi búsqueda pero lo detuve, seguía detrás de él, tome sus manos y un hilo de seda; lo amarre, fuerte pero con mucha dulzura. Bese sus dedos, uno por uno. Luego me pare y volví al cinturón, lentamente lo desabroche, su excitación aumentaba y yo me calentaba mas con esto. Desprendí el botón de su pantalón, luego baje su bragueta, su pené peleaba por salir del bóxer. Lo toque, lo acaricie, el se excitaba. Me acerque aun más a él, mi cuerpo pegado al suyo, sus manos en mi pelvis, me rozaba, me excitaba. Metí las mías por dentro de su bóxer, comencé a tocar su pené. Estaba grande firme, luchaba por liberarse, toque sus testículos, estaban calientes.

Comencé a pasar mis manos por este, liberándolo de su prisión. Estaba erguido, firme era enorme, lo tocaba mas y más, él se excitaba, su pené se volvía mas firme, mas erguido, hinchado, caliente, comenzó a jadear, a pedirme más, sus manos, tocaban mi pelvis por encima de mis ropas, el me acariciaba, buscando mi clítoris, era sensual, excitante, el calor subía, el gemía, imploraba, me gritaba, que siguiera, yo seguía más, más, más fuerte, de pronto un liquido salió de dentro de él, era espeso, pegajoso, caliente, quede cubierta por el y lo solté. Retrocedí, me coloque frente él comencé al limpiarme sus líquidos en mi ropa, recorriendo lentamente todo mi cuerpo. Mi camisa, me tocaba los senos por encima de ella mi vientre, mi cadera, mi trasero, el se volvía a excitar.

- Me vas a matar – dijo.

- Shhh - respondí.

Prendí la radio y puse una música muy sensual. Me acerque a él, rozaba mi boca sobre la de él, intento besarme se lo impedí. Quería liberarse no podía, estaba muy bien atado. Me di vuelta y coloque todo mi cuerpo sobre el suyo, mi trasero sobre su pené, lo tome con mis manos, este se estaba endureciendo nuevamente, lo coloque dentro del bóxer. Quería verlo sufrir mas, apreté con mi trasero su pené en el bóxer, mientras me movía suavemente masajeándolo. Mis manos las coloque sobre su trasero y lo apretaba, lo estrujaba mientras me movía sobre él. Estaba excitado, su cuerpo estaba caliente. Tome el cinturón y comencé a bajar su pantalón lentamente. Necesitaba un espejo quería verle su cara. Quería ver su expresión de excitación, le quite el pantalón y me levante, lo deje solo en el medio de su cuarto. Con la misma sensación que yo había tenido antes, estaba parado y atado, pero él si podía verme.

Me recosté en la pared frente a él y lo observe mientras chupaba uno de mis dedos, tenia gusta a sus jugos. Me excitaba verlo así, solo, desprotegido, en esos bóxer negros, sin saber que hacer. Comencé a desprender mi camisa lentamente, botón a botón, él se excitaba, no lo desprendí todo deje dos. Toque mis senos, mis pezones, por encima del sostén, estos estaban firmes. Comencé a bailar de modo muy sensual, alrededor de él. Lo miraba fijo, lo provocaba, intentaba tocarme pero me alejaba. Al compás de la música fui quitándome la camisa se la tire en la cara, no veía. Me acerqué a él, le quite la camisa de la cara, lo tocaba apenas con la yema de los dedos, bailaba a su alrededor, coloque mis senos en su espalda y me acariciaba con esta.

Él estaba muy excitado, yo cachonda, caliente, pero lo iba hacer sufrir más. Tome una silla y lo senté, él intenta besarme pero yo no lo dejaba. Seguía bailado y tocándome, eso lo calentaba más, con mis manos recorrí mis piernas, quitándome las medias muy lentamente, luego subí lentamente hacia la entre pierna, por debajo de la pollera, comencé a tocarme la pelvis, se excita más, eso me calentaba mucho. Me detuve camine hacia él me abrí de piernas y me senté en su falda, lo bese, lo necesitaba, él se notaba caliente. Su beso fue intenso apasionado, en esos besos me perdía, quería liberarse y yo quería que me tocara, pero aún no, podía resistir más. Lo detuve, él quería más, me aleje, me pare de espaldas a él pero muy cerca. Quite mi pollera lentamente bajando por mis piernas de espaldas, de manera tal que mi trasero estaba casi en su rostro. Me quería besar y no lo dejaba. Luego lo mire, me recosté en su cama; lo observaba, miraba cada parte de su cuerpo, estaba excitado, quería liberarse, quería tocarme pero no lo dejaba.

Comencé a tocarme nuevamente, pero esta vez una de mis manos fue directo a mi clítoris, movía mi dedo en forma circular, como él hacia conmigo, nunca me había masturbado, menos enfrente de alguien; pero verlo de esa manera me excitaba necesitaba tocarme. Mi otra mano tocaba mis senos, estaban muy firmes mis pezones, más aún querían salirse de mi sostén. Con mi dedo tocaba más y más mi clítoris, estaba muy excitada, él con mi excitación se calentaba más. Mirándolo a los ojos metí mis dedos en la vagina, metiéndolos y sacándolos. Mis manos mas fuerte sobre mis senos, gemía, era incontrolable, él estaba muy caliente su pene parecía que iba a estallar en el bóxer, yo jadeaba gritaba, me tocaba. Ahí tuve otro orgasmo, no tan intenso como los anteriores, pero esta vez delante de él, y por mi propia cuenta.

Me fatigue, respire hondo y lo miraba él estaba caliente, hervía me quería y no podía tocarme, su desesperación aumentaba. Me pare y me acerque a él. Puse en su boca el dedo con que acababa de masturbar, lo chupo con intensidad. Lo levante de su silla y comencé a besarlo, fue un beso profundo, caliente, su temperatura estaba muy alta. Seguí besando su cuello, baje por su tórax, su ombligo, su pelvis. Bese por encima del bóxer su pené. Seguía hinchado, lentamente comencé a bajar su bóxer, se lo quite quedando al descubierto, esa hermosa verga, la tenia firme, grande, caliente. La bese, el se estremeció, seguí besándola, lento pero apasionadamente, sus testículos, su pene, era enorme, llegue hasta su punta. Comencé a chuparlo, era algo que nunca había pensado que haría, pero era rico, con mi legua jugaba con el. Él gemía, jadeaba, estaba caliente, quemaba mis labios. Gemía, yo no podía creer lo que estaba haciendo, gemía, pedía más, más.

Pero mi boca se lleno de sus jugos, lo solté, lo escupí, me dio un poco de asco.

- Perdón - dije, el encanto se había roto. Me invadió nuevamente esa sensación de vergüenza, espantosa.

- No, no te pongas así - dijo - Ven desátame - agrego.

Le desate diciendo:

- Perdón soy una estúpida.

- No, lo estabas haciendo excelente, no pensé que te animarías a tanto - dijo tomándome entre sus brazos, me beso, me beso suavemente al principio pero con intensidad luego. Era un beso consolador.

Debió durar horas, eso es lo que yo sentí, mi vergüenza se desvanecía, en el placer de su beso, era apasionado, era increíble. Continuo besándome el cuello, con sus manos me saco un bretel, luego el otro. La temperatura nuevamente subía, me quito completamente el sostén, dejando totalmente descubiertos mis senos. Los beso uno, luego el otro mis pezones, se endurecían. Yo con mis manos buscaba su trasero, que tanto me gustaba. Pero no pude él siguió bajando, besándome excitándome, con cada beso. Me quito con los dientes la braga. Eso me hacia aumentar aun más la temperatura, la tensión subía pero lentamente. Luego volvió a mi boca a besarme, intensamente. Nuestros cuerpos estaban desnudos, pegados uno al otro, sus manos me recorrían. Yo en su trasero, hacia lo mío. Él, tomo el mío y comenzó a apretarlo con sus manos, a tocarlo era excitante. Rozo mi entre pierna, me estremecí. Metió sus dedos buscado mi vagina, me excitaba, la temperatura subía y con esta la tensión. Me besaba el cuello, me excitaba. Mi vagina estaba dilatada y húmeda, sentía como chorreaba entre mis piernas.

- No me lastimes - susurre.

- Lo sé - contesto.

Me volvió a besar profundamente, pero este fue muy corto. Ya que me subió a su cintura y me recostó en su cama. Seguía besándome, pero sus manos estaban agarradas de las mías, sosteniéndome. Siguió besándome, beso mi cuello, mis pechos, mis pezones, estaba excitado, siguió hasta mi ombligo, lo beso, lo lamió. Me excitaba más, más, era increíble eran sensaciones muy fuertes. Soltó mis manos y tomo mis piernas, las abrió, las beso, beso mi pelvis, con su lengua rozo mi clítoris me estremecí. Jugaba en él, con sus manos tocaba mis senos. Estaba muy excitada, mi vagina se dilataba más, estaba húmeda, él subió besándome por el vientre, los senos, los chupo.

Me excita más, más, me beso en la boca, fuerte, con ganas en ese momento, me estaba penetrando. Lo sentía, era grande, firme, caliente, más grande que dos dedos, al principio dolió un poco. Luego fue placer, subía y bajaba, comencé a gemir, el también, jadeaba, gritaba, más, más. Sus manos estaba sobre las mías, apretando fuerte. Gemíamos juntos, era muy fuerte. En ese instante tuvimos ambos un orgasmo simultáneo, fue fuerte, intenso, largo, todo lo anterior lo había merecido. Fue sabroso, su semen me bañaba, su cuerpo me cubría. Caímos los dos rendidos, en su cama cansados, excitados, pero satisfechos.

Fue mi primera vez completa, pero su espera había valido la pena. Quedamos dormidos.

Annkaxia
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