MITOS QUE NO TE PERMITEN SER FELIZ 2

A mis 18 años y ya terminada mi secundaria y más comprometido con mi rol de estudiante y deportista, lleno de sueños e ilusiones esperando conocer la hermosa niña de cabellos de oro, de ojos azules y de labios frescos, aquella princesa con la cual juntar nuestros destinos llenos de amor y romanticismo. Alejado casi por completo de mi hermana, quien por aquellos días cursaba sus últimos semestres de universidad como psicóloga en un prestigioso plantel educativo de Bogotá, que era la ciudad en la que todos los estudiantes terminaban viviendo para facilitar el duro trajinar de la vida universitaria.

Extrañaba a mi hermana y confidente, con la que estaba muy agradecido y por la que mis sentimientos de hermano se confundían cada vez que pasaba por su alcoba bacía, mi corazón parecía querer salirse del pecho. En ocasiones entraba a su cuarto me acostaba en su cama tocaba su ropa me excitaba su olor en especial su ropa interior la que me obligaba al solitario ejercicio de la masturbación.

Buscando llenar el vacío causado por la ausencia de mi hermana coqueteaba con vecinas y compañeras de colegio con las cuales lograr intimidad, pero entre más las trataba más ridículas, precoces e ignorantes las veía; ya no soportaba estar en el plan de novio cursi de visitas en la puerta con besos puros; en un pueblo en el que evidenciar el noviazgo era motivo para convertirse en centro de comentario público y compromiso familiar.

Cada vez que entraba en la habitación fisgoneaba más sus objetos personales, libros, tratados y demás; en tanto que mi corazón cambiaba de ritmo con cada descubrimiento. Mientras leía fragmentos de libros y trabajos, hice un descubrimiento que marco mi vida para siempre. Una especie de diario camuflado entre los cuadernos viejos, aparentando ser de historia en el cual relataba con lujo de detalles las más íntimas vivencias y conflictos de tipo emocional.

Mientras leía ávida mente aquel diario en el que mi adorada hermana expresaba sus temores, intentando seducir a su pequeño hermano tomando como disculpa el complejo sobre su pequeño pene; pues sabía que lo que hacía no estaba bien, que era incesto, que era pecado, y el temor que sentía si fuese descubierta. Pero por otra parte el saber los momentos difíciles por los que estaba pasando su hermano al creer que su pene era anormal en tamaño. Sabía que su pequeño hermano estaba expuesto a caer en traumas psicológicos por explorar a ciegas el mundo sexual, pudiendo caer en manos de adolescentes ignorantes e inexpertos que lo llevarían a crear mitos erróneos sobre la sexualidad.

Ahora entendía porque había escogido esa carrera. Aquel diario envolvente el cual leía con morbo, pero también con curiosidad, pues entendía los difíciles momentos que pasaba mi hermana a la hora de tomar la decisión de hacer sexo oral, con la dudosa creencia sobre el mito de hacer crecer el pene con la succión de un ternero historia de la cual ella no estaba segura pero que le causaba mucho morbo.

Para ella saber que podría aprovechar el momento por el que estaba pasando su pequeño hermano en beneficio propio, llevando a cabo su fantasía de tener por primera vez un órgano masculino en su boca, en ese momento no importaba el tamaño. Para ella era sublime saber que sería la causante del primer contacto sexual de su hermano virgen, y recibir como premio su primer orgasmo, sus primeras gotas de semen; sabía con seguridad que no había tenido ningún rose sexual.

Ella por su parte solo había visto penes en fotografías pero que ya había descubierto el placer de un orgasmo; accidentalmente en un paseo mientras se divertía al costado de una piscina al sentir el cosquilleo del chorro que alimentaba de agua la piscina. Según relata La presión del hidrante distrajo su atención, pues se encontraba bajo el agua a la altura de su pubis causando tal placer, que se limitó a disfrutar simulando descansar un poco. Dio la vuelta para confirmar dónde estaba el resto de compañeros, lo cual permitió que la presión del hidrante coincidiera con su cola y provocara un delicioso cosquilleo en su ano y borde vaginal; viendo que todo seguía normal y que nadie se daba cuenta del descubrimiento placentero, decidió continuar alternando constante mente el giro de su cuerpo para lograr estimulo en toda la zona peri vaginal; lo que según narra ella en su diario, fue una sensación indescriptible, sobre la cual estaba decidida a explorar pero al no tener la piscina cerca, dio para continuar su ávida exploración en libros revistas y tertulias con sus compañeras las cuales en medio de su relativa ignorancia, inventaban y arreglaban historias fantasiosas sobre la sexualidad; pero sin encontrar explicación al verdadero motivo de su descubrimiento orgásmico.

Todo coincidía con mi historia, lo que causaba en mi excitación y morbo; saber que mi hermana estaba pasando por momentos difíciles, en su exploración sexual, y que coincidía con mi ingenua forma de aprender sobre el sexo; descubrir como paso a paso en medio de sus temores, buscaba como utilizar mi ingenuidad en beneficio propio; saber que disfrutaba llevando a cabo aquella terapia de la cual sabía que solo era un mito pero que de alguna forma les ayudaría a ambos en la deliciosa exploración de nuestros sexos.

Líneas más adelante y mientras me masturbaba al ritmo de la lectura, fue alucinante saber la ansiosa necesidad que tenia de ser penetrada y que de no ser por las dichosas terapias, habría caído en manos de aquel chico inepto que pretendía desprenderla de su celosa y bien guardada virginidad; la cual según la lectura había decidido reservar como premio para aquel chico ingenuo, que era su hermano ahora convertido según ella en el macho de su vida y por el cual estaba en deuda ya que había robado su ingenua virginidad.

Comprenderán el rumbo que toma la historia pues ambos éramos adultos, y cuyas relaciones sexuales se hicieron esporádicas producto de nuestra separación, pero que aún llevábamos acabo en cuanto teníamos la oportunidad. Por mi parte siempre respete su virginidad, el temor a complicar las cosas con embarazos; me era suficiente con sus besos y caricias, sabiendo que en el momento que hiciera una propuesta buscando su penetración todo acabaría.
Ahora desconcertado por aquel descubrimiento, consiente por mi parte de su himen intacto que solo me limitaba a examinar cada vez que abría su vagina para meter mi lengua y acariciarlo suavemente.
Comprenderán estimados lectores que siendo un adulto consiente de mis actos, no podía ir corriendo a penetrarla porque sí. Pero me enloquecía de morbo el conocer sus pensamientos íntimos en intenciones para con migo, y que día a día me hacía a la creencia que esa relación incestuosa poco a poco tenía que acabar; más cuando nuestros padres empezaron a notar y presionar, por que en nuestras vidas personales no incluíamos noviazgos parecía que habíamos desechado cualquier tipo de relación amorosa fuera del hogar; lo que podía dar cabida a comentarios de tipo homosexual.

Habiendo analizado con madurez y sensatez la situación, lo correcto era esperar que fuese su decisión; yo no podía bajo ninguna circunstancia tomar la iniciativa ni generar la más mínima sospecha, sobre si yo estaba enterado de los secretos en su diario, y de hecho me causaba morbo esperar su actitud como psicóloga manejando la situación.

Ella por su parte comunicaba a nuestra madre que no podía bajar a visitarlos, so pretexto de tener el fin de semana un trabajo de estudio por realizar, lo que daba oportunidad para que yo le llevara a su aparta- estudio los viáticos y algunos libros que pudiese necesitar, y de paso nuestro anhelado encuentro terapéutico jajajaj

Estando en Bogotá solo éramos una pareja más de los tantos novios que podría haber. Íbamos al cine, nos besábamos, hablábamos de sus posibles pretendientes, yo de mis frustradas conquista etc. Lo que daba pie para hablarle sobre sexo y los deseos que yo tenía de penetrar una chica del colegio y de la cual me atreví a dar su nombre; mentía con el fin de provocar reacciones en mi amada hermana. La cual inexplicablemente no se inmutaba, parecía tomarlo normalmente, lo que me exasperaba ya que la ansiedad por penetrarla era enloquecedora; ahora entendía al chico que la pretendía en aquellos tiempos jajaja

Frustrado y con un tierno beso regresaba a mi hogar en aquel pueblo monótono y silencioso en el cual mi único consuelo era su diario y la masturbación.
En una de sus periódicas vistas a nuestro hogar, llevábamos a cabo nuestra común privada charla, recibí el golpe más duro de mi vida pues mi hermana hizo con voz tierna y como si fuera una de las cosas más normales del mundo, la más terrible revelación. Que se había enamorado y que tenía novio. Sentí que el mundo se me venía encima; mudo por la desesperación solo balbucee las palabras ?que bien te felicito? coincidiendo con el saludo de una antigua compañera lo que dio pie a retirarme sin decir nada.

Loco de celos y rabia pero consiente de que ese día tenía que llegar, me arrepentí totalmente de haber leído aquel diario, el cual solo había creado una absurda obsesión que me era imposible superar, dando cabida a la toma decisiva y desesperada por salir, desaparecer, no tener contacto con nada que me la recodara; Y en un momento de locura me regale en una de esas batidas para el ejército.

Ya con mi cabeza rapada y un fusil terciado en medio de aquellas duras faenas y malos tratos por parte de los comandantes, veía con cabeza fría la estupidez de mi locura, pero con la mente ocupada tratando de sobre vivir poco apoco se desvanecía mi terrible obsesión.
Mi familia por su parte ignoraba mi paradero, se hicieron conjeturas sobre si me había llevado la guerrilla, posible secuestro, colocaron denuncio por mi desaparición; yo era consciente de lo que mis padres deberían estar sufriendo, pero para grandes males grandes remedios y lo estaba logrando.

Después de un año ya más tranquilo llame a mis padres y les comente sobre mi paradero, los cuales nunca entendieron mi absurda decisión, pero más tranquilos prometieron venir a visitarme.

Adaptado en mi vida militar nunca espere a corto plazo represivas visitas, y menos en ese remoto lugar; hasta cuando recibí la noticia en el puesto de mando se me hacia el llamado para recibir visita lo cual me causo emoción y corrí presto a recibirla. Ho sorpresa era mi hermana, más hermosa que nunca y con lágrimas en los ojos me abrazaba me besaba me golpeaba y me gritaba porque le había hecho esto. Sentí que había sido un gran error avisar sobre mi paradero, pero ya era tarde y no tenía explicación ninguna.
Sin embargo su sorpresiva visita dio para nuestras charlas privadas en la cual le pregunte si ya se iba a casar con el chico; tomo su tiempo para contestar? y me dijo lo siento, solo era una mentira, nunca he pensado en comprometer mi vida con nadie, mi compromiso es con tigo. Sé que no está bien pero no me siento capaz de dejarme tocar por alguien que no seas tú.
Volví a cero, todo se desmorono nuevamente. Volví a besarle, no me importaba si los demás miraban si era mi hermana o mi novia. Le explique lo mucho que la amaba y lo duro que fue saber que tenía novio, y que ese era el motivo de estar allí. Pero también le hice saber que el tiempo pasaba y ambos teníamos que hacer lo nuestro. Que ya era hora de que formara cada uno hogar que tuviera hijos. Me dijo que era consciente de eso, pero que había algo que no la dejaba vivir en paz.

Mi corazón volvió a latir de la emoción como presagiando el tema por venir, nos sentamos y más tranquilos, inicio una tierna y absorbente retorica sobre nuestro pasado para concluir en el tema que me había llevado a tan difícil situación; quería que yo la hiciese mía fue entonces cuando sentí que todo ese sufrimiento valió la pena; Mi hermana esperaba que yo tomase la iniciativa en su penetración intentando darme celos para presionarme.
Ya no era caso de urgencia, ya habíamos esperado lo más porque no esperar lo menos. Hablamos sobre nuestro posible encuentro y nos prometimos que esto no sería barrera para hacer vida conyugal o posibles noviazgos futuros como era normal.
Continuara.