La primera vez que le fui infiel a mi marido

Mi nombre es Rocío tengo 25 años, de buen cuerpo, morena clara 1.70 de estatura. Siempre me ha gustado vestir muy coqueta, con pantalones muy ajustados y blusitas escotadas, minifaldas sanconas. Me encanta que los hombres me lancen piropos en la calle. Tengo dos años de casada y mi marido por su trabajo se ausenta hasta un mes dejandome solita.

A partir de mi matrimonio, descubrí que soy una chica muy sensual, pues cuando tenia relaciones sexuales con mi pareja siempre tenía de 4 a 5 orgasmos y cuando el se ausentaba, sentía un inmenso frio dentro de mi. Fue hace casi un año durante una de esas ausencias de mi marido que me reuní con varias amigas de la Universidad, nos citamos en un antro donde tocaban música tranquila y se podía platicar a gusto. Después de varias copas y plática sobre nuestras vidas, Karla ya media ebria, comenzó a platicarnos de sus aventuras sexuales, Karla permanecía aún soltera pero su vida sexual era muy variada, nos contó sobre uno de sus amantes que la hacía extremecerse de placer, luego las demás también platicaron sobre sus maridos y su vida sexual, cuando me tocó mi turno, les dije que de cierta manera yo me sentía reprimida en el plano sexual, debido a las largas ausencias de mi esposo. Entonces Karla me dijo que era una tonta, que debería ser mas liberal y deshinibida que estaba desperdiciando mi tiempo. ya era de noche cuando nos despedimos.

Al llegar a casa, me sentía muy exitada y cuando me acosté en la cama totalmente desnuda empecé a recordar la platica de Karla, me toque todo el cuerpo hasta que tuve un gran orgazmo imaginando que estaba haciendo el sexo con otro.

Para no hacer esta confesión muy larga, durante los dias siguientes yo me sentía muy caliente, curiosa de tener una relación sexual, pero me daba miedo.

Fue una mañana cuando salí a la compañía de teléfonos a realizar el pago correspondiente me arreglé mas sexy de lo común, con un vestido corto y escotado, con zapatillas muy altas. Estaba yo formada en la fila cuando un señor como de unos 40 años me saludó muy cortés, no se por qué, pero le correspondí al saludo, el señor se retiró y yo pague la cuenta. Al salir de las oficinas de la telefónica, vi que el señor estaba recargado en una camioneta y cuando me vió se me acercó invitándome a que me subiera a su camioneta ofreciéndome llevarme a mi casa o a donde yo quisiera, el tipo no era mal parecido y como no le percibí malas intenciones pues acepté subirme con él. El empezó a manejar sin rumbo fijo mientras me decía que yo era una chica muy guapa y que le gustaba mucho, que ya tenía varios meses de estarme siguiendo pero que no se atrevía a abordarme, pues sabia incluso que yo era casada, pero que ese dia era su dia de suerte, y que se sentía el hombre mas afortunado por que yo estaba con el en su camioneta. se portó como todo un caballero, yo sólo lo escuchaba, sonreía y me sentía halagada con sus piropos, entonces me preguntó si podríamos irnos a un lugar mas íntimo para platicar mas agusto y en donde nadie nos viera y me causara problemas con mi esposo. que podíamos tomar alguna copa de vino y que no tuviera miedo, que no me dañaría de ninguna forma, para esto, yo ya me sentía relajada y de cierta forma exitada, asi que acepté su invitación. Siguió manejando sin dejar de chulearme, de decirme que era toda una mujer, con bonita cara y un cuerpo muy sensual, yo le agradecía sus palabras y le sonreía, todo el camino, iba yo viendole la cara, y cuando voltee al frente vi que estabamos entrando a un motel en las afueras de la ciudad, quizá el vió en mi cara un gesto de incomprensión y me dijo, mira Rocío no tengas miedo, no haremos nada malo, nada que tu no quieras, si quieres solo conversaremos y yo sonreí, cosa que él tomo como una aceptación, cuando pasamos por la cabina donde pagó la habitación, yo me agaché temiendo que alguien me reconociera y asi me fui hasta que paró la camioneta, el bajó y abrió la puerta de la habitación, luego me abrió la puerta de la camioneta, me tomó de la mano y entramos al cuarto. Ya dentro, nos sentamos en un sofá de dos plazas y me preguntó si queria beber alguna copa, vaya si la necesitaba, me sentía muy nerviosa pues era la primera vez que estaba yo asi con alguien desconocido y que no era mi marido, asi que le dije que si, entonces el pidió una botella de cogñaq y cuando la llevaron a la habitación yo me escondí en el baño, temiendo me viera alguien conocido, cuando cerro la puerta, sali del baño, me senté nuevamente en el sofá y empezamos a beber, el brindó por mi, bebiendo estuvimos platicando cosas sin sentido, de su esposa y de su frialdad, de esa forma fué entrando en el plano sexual, ya después de varias copas, yo me senti con valor y ya le correspondía a su platica sexual, me dijo que se me notaba que tenía necesidad de tener una vida mas plena de sexo, empezó a tocarme las piernas y me fue levantando el vestido, sus caricias y sus palabras hicieron que me exitara, me chuleaba mucho mi cuerpo y luego se paró, se quitó la camisa y me preguntó si no tenía calor, si le contesté. entonces me dijo, pues quitate el vestido, animada por las copas y por la exitación, me paré y me quite el vestido quedando solamente con el bra y la tanga, me senté y el me abrazó, me besó las orejas, el cuello mientras que su mano recorría mi pierna desde la rodilla hasta la vagina, yo ya estaba muy caliente, entonces el me dijo, bueno mi amor, vamonos a la cama, nos paramos y el me abrazó, intentó quitarme el bra sin éxito, asi que yo me lo quité y me dijo, mira nadamas mi reina, tienes el busto grande, ahora me encantas mas, me senté en la orilla de la cama y el se fue al baño, me acosté enmedio de la cama pero sin quitarme la tanga, cuando salió del baño, ya desnudo no pude evitar verle la verga que por cierto ya la tenía bien parada, era muy grande un poco mas grande que la de mi esposo, pero sobre muy gruesa, el me preguntó ¿no te estorba la tanga? no le dije, a mi no, si a ti te estorba pues quitamela tu. se sentó junto a mi y me quito la tanga, luego se recosto a mi lado y empezo a besarme el cuello, las orejas y sus manos recorrian mis muslos hasta que llego a mi vagina, me la acariciaba y con sus dedos me abrió la raja, me toco el clitoris y luego puso uno de sus dedos en mi orificio vaginal, por lo humeda que estaba empezo a meterme su dedo, pero yo lo retiré, el siguió besandome las orejas el cuello y fue bajando a mis pezones, primero me los beso y luego empezo a mordizquermelos, yo tenia mis ojos cerrados disfrutando todas sus caricias, pero como yo ya estaba caliente y ya queria que me penetrara, lo jalé hacia mi cara y el se montó sobre mi cuerpo, yo lo abracé, abri y levanté mis piernas quedando mi raja abierta dispuesta a ser penetrada, cuando sentí la cabeza de su verga en mi vagina, lo jalaba con mis piernas de su cadera para que ya me cogiera, el con sus manos me abrio mas la raja pues no me entraba su verga por lo gordota que la tenía, fue asi como me fue entrando poco a poco ese enorme y grueso pene, cuando me entró la mitad de su verga, senti que estaba muy abierta de la raja, me sentía muy llena, y asi me la fue metiendo toda poco a poco, era tan rico lo que yo estaba sintiendo que casi en cuanto me la metió toda, tuve mi primer orgazmo y no pude contener mis gemidos de placer, asi mas adentro, metemela mas por favor que estoy sintiendo muy rico, hasta que terminé de venirme. El siguió metiendomela y sacándomela, me besó la boca y me metió su lengua, dame la tuya me dijo, nuestras lenguas chocaban con un ritmo salvaje, y eso hizo que me calentara aun mas, con mis ojos cerrados, estaba disfrutando cada centimetro de su hermosa vergota, cuando me la sacaba, sentía claramente como junto con su verga se me salían mis carnosidades, y cuando me la metía yo levantaba mis nalgas para que me penetrara mas profundamente, de pronto sentí como se me venía mi segundo orgazmo, fue mas rico que el primero. despues de mi segundo orgazmo, el me levanto las piernas y empezo a bombearme mas rápido, y de pronto el empezó a gemir muy fuerte, que rico mi reina, que rico y apretadita tienes tu rajita, me vengo, entonces yo aprete mis musculos vaginales para venirme junto con el, lo rasguñaba de la espalda, mas le decia yo, dame mas, que rico me coges, con los apretones que le di en su verga, nos venimos los dos riquisimo, ay mi cielo, que rico, aprietamela mas mamita, y al acabar los dos nos tendimos en la cama agotados.

Nos dimos un regaderazo y nos enjabonamos uno al otro, cosa que hizo que nos volvieramos a calentar, salimos del baño y asi mojados me puso a cuatro patas en la orilla de la cama, me besaba mi cintura, las nalgas y llegó a mi ano, cuando su lengua toco mi ano, no pude contener un grito de placer, movia su lengua alrrededor de mi ano deliciosamente, luego empezo a meterme la lengua en mi anito, yo estaba como loca, bajo de mi ano a mi vagina y la recorria de arriba a abajo, del clitoris al ano, ya cogeme por favor, ya metemela, el puso la punta de su verga en mi ano, pero yo me retiré, por ahi no, con mi mano le agarré la verga y me la acomodé en la raja, me empuje hacia el y me la meti toda de un solo empujón, el me agarro de la cintura y me empezo a bombear muy rápido, asi estuvimos hasta que nos volvimos a venir juntos.

Ya bañados y vestidos, salimos del motel y me llevó al centro de la ciudad, no sin antes quedar de vernos nuevamente. Esa noche, dormí como angelita, bien cansada pero eso si bien satisfecha y con mi rajita bien abierta.