MI ESPOSA ME ESTRENÓ EL CULITO POR AMOR

Tengo más de 40 años ya y hace unos meses tuve algunos problemas de próstata que me hicieron pensar en ir con el urólogo. Me detenía el hecho de que, llegando a la consulta, el doctor me iba a meter el dedo en el culo porque así es eso y forma parte del examen, y sinceramente como que me tenía nervioso este asunto. Lo platiqué con mi mujer, a la que le llevo diez años, y sonriendo para animarme, me dijo que si era necesario debía hacerse y punto, que si quería ella iba conmigo al doctor. Pasaron una o dos semanas y no me animaba, hasta que una noche en que estábamos cogiendo de lo más rico, nos colocamos en la posición del 69 estando yo arriba. Ella me mamaba la verga y me sobaba los huevos como sabe hacerlo, y casi me hace venir por la forma en que movía la lengua alrededor de la cabecita de mi verga.
Al mismo tiempo yo metía mi lengua entre sus labios vaginales que es una cosa que le encanta, porque así estimulo su clítoris y hago que se venga varias veces, dado que es multiorgasmica. Nos gusta coger con la luz encendida, porque de esta forma la vista de su cuerpo hace que se me pare con más fuerza, así que al estar usando mi lengua medio pasaba ésta por el esfínter anal de mi mujer. Pocas, muy pocas veces hemos hecho el sexo anal, y no porque no le guste a ella, sino porque modestia aparte la tengo un poco gruesa aunque no demasiado larga, y cometí el error de metérsela sin aplicar el suficiente lubricante la primera vez siendo aún novios, así que quedó un poco traumada. Sin embargo, aceptaba que le pasara la lengua por su agujerito trasero y eso estaba haciendo cuando de repente ella comenzó a hurgarme también mi ano. Pensé que debía ser tolerante para que, más tarde o en alguna otra ocasión, ella se dejara coger por atrás así que procuré mantenerme calmado y relajé mi esfínter anal.
Mi mujer puso cuidado en acariciarme en ese lugar pero me sentí excitado cuando comenzó a meterme el dedo. Lo hacía con delicadeza, debo decirlo, pero sinceramente me sacó de onda, sobre todo porque aunque ella es cachonda y le gusta coger, no es de las que tome la iniciativa. No dejaba de sobarme los huevos ni de mamarme la verga, pero de repente sentí que su dedo enterito estaba ya dentro de mi culo y que al mismo tiempo me estaba sobando las nalgas, casi como si mi culo fuera una bola de boliche. Me incorporé y voltee a verla y mi mujer solo me sonrió y me preguntó:

-¿Te gusta, mi amor? Ándale, déjame seguir culeandote, mi cielo? me encanta cómo se te para la verga, mi amor, te la siento rica en mi boca y? ¡Mira nada más cómo tienes los huevos, mi amor! Se te sienten pesados de tanta leche que traes en ellos? al ratito me la vas a echar en mi conchita, mi amor? ¿O en donde te gustaría echarme la lechita, mi cielo?

-¿De verdad quieres que te diga en dónde? Ay mi amor, nunca me habías hecho esto? se siente raro, mi amor, pero muy rico? ¿Dónde lo viste hacer, mi cielo?... ¿O se lo hiciste a alguien? ?le dije, y es porque ella hacía dos años que me había engañado cogiendo con un amigo de ella desde que era una chamaca. La perdoné por mis dos hijos y desde entonces no he tenido queja de mi mujer pero? ¡Caramba, eso de que nuestra esposa nos pique el culo es algo para pensarlo!

-¿Ya ves cómo eres, mi amor? ?dijo sonriendo y sin dejar de verme, mientras que con su dedo seguía hurgándome el culo- ya te dije que te soy fiel, y además, me encanta cómo me lo haces papacito? y ahora me gustas más, mi amor, por lo que me dejas que te haga? dime si te gusta? ¿Sientes rico?... anda, ponte flojito, mi amor, para que disfrutemos los dos.

-Pues sí, si me gusta, aunque siento medio raro que tengas tu dedo ahí, mi amor? ¿Qué no me iré a volver puñal?

-Ja, ja, ja, mi amor? no, para nada. La otra tarde una amiga me dijo que así se lo hace a su pareja y que así se le pone la verga más dura y que disfruta más? ¡Mira nada más cómo la tienes ya, mi cielo!... mira, mi amor, si quieres, méteme un dedo tú también- me dijo mi mujer y yo, ni tardo ni perezoso, comencé también a hurgarle el ano que, sinceramente, me encanta porque lo tiene fruncidito y sin almorranas o algo así. Nos estuvimos dando dedo mutuamente por varios minutos, sin dejar de mamarme ella la verga y yo succionándole el clítoris, que es algo que le encanta, pero sentí muchas ganas de venirme y se lo dije, y ella me sostuvo la mirada y me dijo:

-Pues lo prometido es deuda, mi amor? ¿En dónde te gustaría echarme tu lechita, mi cielo?

-En tu culito, mi amor? ay, de verdad me estás haciendo gozar con tu dedeada, mi amor ?le dije, y ella, sin dejar de sonreír, solo me dijo que si con la cabeza. Luego que se incorporó y nos besamos en los labios, ella solita se puso en cuatro y coquetamente volteó su cara y me dijo:

-Ahora sí, mi amor, métemela por el fundillito pero? no se te vaya a olvidar la cremita, mi cielo- recordándome aquella primera vez que se lo hice por atrás. Fui a la cómoda por el bote de aceite y le puse un poco en la entrada de su ano y me embarré la verga. Luego, coloqué ésta en la entradita mientras ella misma se abría las nalgas, y lentamente comencé a meter mi verga en su fundillo, hasta que fue penetrando su ano. No me moví yo, sino ella, en círculos, como favoreciendo que el ano se le dilatara y no le doliera, y así estuvimos un buen rato. Mi mujer metía la mano entre sus piernas semiabiertas y me sobaba los huevos, hasta que no aguanté más y le dije que me iba a venir. Ella solo dijo:

-Sí, mi cielo, échamelos, quiero sentirlo en mi culo papacito-Y después de echarle toda mi leche y que mi verga se saliera ya aguadita de su culito, ella se recostó y yo hice lo mismo. Luego, en voz baja me dijo- ¿Ya viste qué rico, mi amor? Y si yo aguanté tu vergota en mi culito, mi amor? ¿No vas a aguantar tú el dedo enguantado del médico, mi cielo? ? anda, mi amor, vamos mañana para que el urólogo te revise, y si te molesta un poco, piensa que yo aguanto tu vergota dentro del fundillo y la disfruto? y si te dejas tú, yo me vuelvo a dejar coger por el culo? ¿Estás de acuerdo, mi rey?