Una fiesta muy caliente

Hola, me llamo Cecilia y quisiera relatarles una experiencia que tuve hace ya varios años y que aún hoy al recordarla me hace sentir muy excitada. Soy una mujer de 35 años, casada con Rafael desde hace 10 años, siempre he sido muy temperamental (caliente) aún desde mis años de preparatoria, en esa época me encantaba coquetear con mis compañeros y me dejaba meter mano en cuanta ocasión se podía, incluso, llegue a gozar de cierta fama.

Conocí a mi ahora esposo en una situación bastante morbosa, durante una de las fiestas del colegio, ese día, llegue vestida con una falda a medio muslo, sin medias, ya que tenía unas piernas bien formadas y totalmente depiladas, zapatillas de aguja y una blusa negra sin sostén. Acudí acompañada de dos amigas (Diana y Laura) que según dijeron me presentarían un amigo prometedor, con una sólida posición económica y bien parecido. Apenas llegamos, el alcohol empezó a correr con singular alegría, apenas terminábamos una ronda, los meseros acudían con otra, mis amigas Diana y Laura, me presentaron a Rafael, que al igual que nosotras tomaba una copa tras otra.

Como a media noche, tanto el como yo ya estábamos bastante entonados y pude darme cuenta de que yo lo atraía muchísimo, no quitaba los ojos de mis senos que debido a mi excitación natural y al frió, tenían los pezones erguidos, cada vez que me levantaba o sentaba tampoco quitaba la mirada de mis piernas, todo esto, me tenía muy excitada y dada mi fama, me propuso que lo acompañara al carro. Camino al estacionamiento, se nos unieron Diana y su recién adquirido galán, así, caminando entre el jardín, Rafael me iba acariciando las nalgas por sobre la falda y de ves en ves intentando meterlas debajo, mientras Diana y su pareja no perdían tiempo y se iban metiendo mano a gusto.

Cuando llegamos al carro, nos encontramos con que en el asiento posterior se encontraba dormido un amigo de Rafael, el al darse cuenta nos dijo: esta bien jeton... entremos!!! Diana y su pareja se sentaron adelante y Rafael y yo en el asiento trasero. Apenas hubimos cerrado las puertas, Rafael saco de debajo del asiento del conductor una botella de tequila, la destapo y dándole un gran trago nos la paso diciendo ¡salud!. Mientras yo daba un trago, el empezó a acariciarme los senos sin importarle que tanto Diana como su pareja estuvieran vueltos hacía nosotros, a mi tampoco me afectó mucho y acabando de dar mi trago, se las pase hacía adelante.

Rafael empezó a besarme el oído y a meterme la lengua y a soplar y esto a mi me excita demasiado, así que alargue mi mano y empecé a sobarle el pene por encima del pantalón, ya lo tenía a medio parar y a mi siempre me ha excitado mucho el que el pene de un hombre crezca en mis manos o boca, mientras el continuaba acariciando mis senos. Adelante, podía ver como Tomas se estiraba hacia atrás mientras la cabeza de Diana desaparecía por enfrente del asiento. Apenas la cabeza de Diana desapareció de mi vista, pude ver como Tomas volteaba hacia atrás con ganas de poder observar lo que hacíamos, esto me calentó todavía mas, así que decidí que era momento de bajar la cremallera de Rafael. Apenas saque su miembro, Rafael echo la cabeza hacia atrás y se recargo en la ventanilla, de esta forma quede yo sentada entre Rafael y su amigo dormido.

Viendo la cabeza de Rafa echada hacia atrás, voltee a ver a Tomas y al mismo tiempo, tome el pene de Rafael y sin quitar mi mirada de la Tomas, empecé a masturbarlo. Miraba a Tomas a los ojos, y sacaba mi lengua y remojaba mis labios, mientras el pene de Rafa crecía en mi mano izquierda, con la derecha, abrí mi blusa para permitirle un vistazo de mi senos. Con ganas de provocarlo mas, me incline hacia el miembro de Rafael quedando mis nalgas apuntando al dormido y con un ángulo inmejorable para Tomas, abrí mi boca y empecé a lamer la punta del pene de mi pareja. En esto me encontraba cuando sentí que me acariciaban las nalgas por debajo del vestido, voltee sonriente pensando que era una de las manos de Tomas y oh! sorpresa, el dormido, no estaba dormido y además se le podía apreciar un gran bulto entre las piernas.

Me encontraba demasiado caliente así que simplemente me incline y me metí el pene de Rafa en la boca mientras esas manos acariciaban mi trasero, me sobaban y los dedos insinuantes, rozaban el borde de mis bragas, estaba segura de que se había dado cuenta de lo mojadas que estaban y la sola idea me excito todavía más. De repente, sentí algo frió en la entrada de mi sexo pero poco a poco me adapté y lo deje hacer mientras continuaba mamando el miembro de mi pareja, subía y bajaba y sentía como cada vez crecía mas en mi boca, es una sensación que siempre he disfrutado mucho. La sensación de frió paso y poco a poco fui sintiendo como mi vagina se dilataba para recibirlo, lo sentía enorme y comencé a moverme lentamente para salir al encuentro.

El temblor en las piernas de Rafael me indico que iba a venirse, así que sencillamente me metí todo lo que me cupo en la boca y empecé a acariciarle los testículos... de repente, mi boca empezó a recibir descargas de semen que sencillamente me trague, y luego con la lengua, inicie un movimiento de arriba abajo con el fin de limpiarlo todo, el sencillamente grito y se quedo con la cabeza echada atrás, fue en ese momento cuando voltee hacia atrás y pude ver a Diana y Tomas volteando a verme. El muy cerdo del dormido me había metido la botella de tequila y los dos babosos de enfrente se estaban masturbando viendo como ese objeto entraba en mi. Me indigné pero lo morboso de la situación pudo mas que yo, con mi pareja totalmente borracho y fuera de juego yo misma tome la botella y me comencé a masturbar para los tres mirones, siendo una botella de cuervo conmemorativo, era delgada y larga asi que se deslizaba con facilidad en mi sexo, me senté de frente y abriendo las piernas introduje un poco mas de la mitad... el dormido abría los ojos como platos y ya había sacado su miembro del pantalón, era bastante grande de unos 17 cms, algo gruesa y la tenía totalmente parada. Viendo esto, me saque la botella y pasando una de mis piernas sobre de el, me senté viendo hacía la cajuela del carro y lentamente me introduje esa deliciosa verga dentro de mi, empecé un sube y baja lento que fui acelerando... mientras 4 manos acariciaban mis nalgas unos dedos especialmente traviesos (supuse que serían los de Tomas) acariciaban mi ano y de vez en vez, introducía uno.

El dormido (aun no sabía como se llamaba) saco mis senos y empezó a chupármelos, mordía mis pezones y apretaba y separaba mis nalgas, cosa que los otros aprovechaban para meterme mano, de repente tuve que soltar un grito. Algo se estaba abriendo paso en mi ano y dolía. Me incline hacia el dormido intentando aliviar el dolor y solo conseguí que lo que me taladraba el ano entrara más. Poco a poco me fui adaptando y el dolor empezó a disminuir, fue cuando oí a Diana decir: Métesela toda Tomas! Hasta la etiqueta!.

La escena ha de haber sido de lo más bizarro yo, sentada sobre la verga de un desconocido con mi pareja jetona a un lado y con una botella de tequila introducida en el ano por el amante de mi amiga. El caso es que Rafael se entero de todo por Tomas y aún así al terminar la prepa iniciamos un noviazgo plagado de infidelidades por mi parte que termino en matrimonio, ya que yo amo a mi marido pero el no adora el sexo como yo, y aún habiéndolo discutido y conociéndome me propuso matrimonio.

Los primeros años, hizo algo para podernos compenetrar sexualmente, accedió a que viéramos juntos pelis porno, me compro un estuche de vibradores, con mucho esfuerzo de mi parte accedió a que hiciéramos sexo anal, y finalmente, pero aún a regañadientes se esforzó por hacerme sexo oral, la verdad no se que tiene en la cabeza o que lo excita, le he preguntado e intentado de todo pero para el sexo es solo acostarse sobre de mi, penetrarme y moverse 7 u 8 minutos, eso si, siempre se vacía dentro de mí y yo aún ni acabo. Siendo tan caliente como soy, tengo que recurrir a la masturbación, pero como ustedes sabrán, eso no lo deja a una totalmente satisfecha, así que me empecé a cansar de esta situación, y un buen día decidí que tenía que satisfacerme como cualquier mujer, quería desear y ser deseada, y que mi pareja me diera verdadero placer. Enfrente a mi marido una vez mas, pero el simplemente me dijo: espérame en el cuarto y sucedió lo de siempre, me penetro sin apenas caricia alguna, se vació dentro de mi y se volteo a dormir.