Excitante día de playa

Se trata de una historia muy excitante y fascinante completamente real, la quiero hacer publica para demostrar a todo el mundo que la vida es otra cosa que la rutina diaria y que hay que buscar lo más excitante.

Me llamo José Luis tengo 32 años y vivo en un pueblo costero del litoral sur de España, desde hace dos años estoy casado con Ana y mi vida sexual con mi esposa es satisfactoria. Ella mide un 1.70, pelo rubio, 110 de pecho y un culo fantástico, tiene 29 años, hasta este día solo había practicado el sexo conmigo aunque en numeras ocasiones hemos imaginado situaciones en las que intervenían otras personas (normalmente hombres y siempre ha tenido orgasmos múltiples).

Desde el verano pasado hemos empezado a ir a playas nudistas porque a los dos nos gusta la sensación de libertad de estar desnudos y además nos excita bastante que nos miren y mirar.

Un sábado de bastante calor decidimos preparar unos bocatas comprar varios periódicos y marcharnos a alguna cala donde estuviéramos totalmente solos para poder desnudarnos y acariciaros, con la esperanza que alguien nos viera para después en casa, hacer el amor y masturbarnos recordando la situación. Después de una hora de camino llegamos a una playa que tenia un acceso muy dificultoso, escalpado, con bastantes árboles y matorral, cuando llegamos abajo a la playa vimos a varias parejas muy distantes entre si desnudas y a su rollo. Seguimos andando hasta el final de la cala saltamos varias rocas y encontramos una pequeña cala totalmente cerrada con el agua cristalina y de unos 60 m. Decidimos quedarnos ya que nos atrajo bastante.

Yo me desnude inmediatamente y me tire de cabeza al agua ya que hacia un calor insoportable, el agua estaba estupenda, nade un poco hacia el fondo y me volví para llamar a Ana y puede observar como quitaba la ropa lentamente, camiseta, pantalón corto y el traje de baño, dejando al aire sus impresionantes pechos señalados por el corte del sol y el bikini y su pubis retocado para un día tan especial ya que últimamente se lo había dejado un poco y la verdad estaba bastante peludo.

A lo largo de la mañana estuvimos totalmente solos, de vez en cuando pasaban personas andando totalmente desnudas lo cual empezaba a excitarnos, además nos tomamos varias cervezas frescas, comimos y nos fumamos varios cigarros.

De vez en cuando mi esposa me dejaba que le echara crema solar en sus pechos, abdomen y piernas lo que aprovechaba para tocarla y acariciarla, dejaba pasar mi dedo por su rajita la cual la notaba cada vez mas mojada. Mas tarde paso un chico totalmente desnudo, con toalla al hombro, note como mi esposa se quedo mirando sobretodo a su polla, grande y larga como siempre ella había deseado, vi como se le empezaron a poner de punta sus pezones y como sin darse cuenta abría un poco las piernas, el chico nos miro, nos saludo y subió por encima de nosotros a unos 15 m tumbándose boca arriba para tomar el sol. Esto hizo que mi esposa se diera la vuelta hacia arriba para poder seguir observando a este chico con pinta de alemán o ingles, yo seguía a su lado tomando el sol disimulando pero el pene empezó a engordarme por la excitación del momento.

Ni corta ni perezosa Ana me dio un beso metiéndome la lengua hasta la garganta, sentí el frescor de sus labios y un sabor a cerveza que me excitaba profundamente, metí la mano debajo de mi mujer alcanzando directamente el clítoris como mi dedo índice para lo cual ella tubo que levantar ligeramente el cuerpo. Empecé a acariciarlo ligeramente notando como su conejito expulsaba un flujo delicioso, a la vez ella no dejaba de mirar a este chico y de besarme. A la vez que la acariciaba ella me contaba al oído con voz quebradiza que nuestro acompañante en la distancia se había empalmado y que no paraba de mirarnos a la vez que se tocaba el pene, esto termino con un orgasmo de mi esposa y no pudo evitar un pequeño quejido. Después me dijo que fuéramos al agua, no era para menos después del calentón.

Mas tarde seguimos tomando el sol y el chico se acerco para pedirnos fuego y ofrecernos un cigarro a lo cual accedimos y le ofrecimos una cerveza. Se situó justo al lado de mi esposa quedando ella justo en medio de los dos, comenzamos a charlar y a beber y este nos comento que era de Munich, y que se llamaba Simón, además nos ofreció varios porros que compartimos entre los tres, mi esposa era la primera vez que fumaba lo cual aumento su excitación. Se coloco con sus pechos mirando hacia arriba y empezó a untarse crema, nuestro nuevo amigo se ofreció a ayudarle cosa que a mí me excito y lo consentí, pude ver la cara de mi esposa de placer cada que pasaba su mano por el ombligo y poco a poco subía hasta los pezones, ella disimuladamente comenzó a tocarle el pene y este no tardo en ponerse grande, nunca habíamos visto nada igual. Yo empecé a chupar un pecho y Simón el otro, mi esposa abrió completamente sus piernas y empezó a agitar las dos pollas una con cada mano de manera rápida.

A la vez que le chupábamos ambos pechos nos cruzábamos las manos en su conejo pude ver como Simón introducía su dedo y me esposa se doblaba de placer. Este ni corto ni perezoso se levanto le abrió mas las piernas y metió su polla hasta dentro de la vagina de Ana, yo me levante y le metí la polla en su boca, la situación era muy morbosa mi esposa por primera vez era follada por dos tíos, escuchaba como los huevos de Simón pegaban contra ella y como ella sacaba mi polla de su boca para besar al alemán, era tal la excitación que este no pudo mas y se corrió dentro del coño de mi mujer soltando gran cantidad de esperma, rápidamente me incorpore par ver mejor la situación, cuando este se retiro, no pude remediarlo y me subí encima de mi esposa y le metí mi polla hasta dentro, nunca había sentido nada igual, como tenia su clítoris chorreando con semen de otro hombre, lo que me excitaba hasta el punto que después de varias envestidas me corrí esta vez pude sacarla y escurrir mi polla en sus pechos.

Después nos despedimos del chico y volvimos a casa sin comentar lo sucedido, pero volvimos ha hacer el amor de una manera sobreexcitada.