Mi Adonis

Autor: daniela | 10-Feb

Heterosexuales
¿Es la naturaleza?, ¿Metemos en el asunto a Dios y digo que me ha creado así?, ¿Es culpa mía que soy un pendón?, No lo sé, pero sea por lo que sea no lo puedo evitar. Llevo un largo periodo de abstinencia sexual, involuntario, claro, y lo llevo mal, muy mal. Mientras las cosas se desarrollan normalmente, con tranquilidad, tengo el asunto bajo control, trabajo, hago las faenas de casa, escribo historias eróticas, me masturbo, como, duermo, me masturbo, y paso los días sin pensar demasiado en la compañía de un hombre, pero cuando por cualquier circunstancia hay algo que me incita, pierdo los papeles.

Todo esto viene a cuento de lo que me está sucediendo en los últimos días. En el trabajo he coincidido con un muchacho de 18 años, es una copia en carne y hueso de un dios pagano, alto, guapo, buen tipo, sonrisa angelical, simpática, amable, inocente; segura estoy de que Apolo y Adonis palidecerían de envidia ante él. Por alguna razón desconocida para mí, es muy retraído, apenas sale de su casa. Yo, a pesar de tener muchísimos más años, estoy de muy buen ver, y mejor tocar, que diría un amigo mío, y me mira con ojos de cordero degollado y esas miradas son como cuchillos al rojo que se clavan en mis carnes; además es un experto en asuntos de informática, ciencia que se escapa totalmente a mi comprensión: Sólo sé escribir, buscar la página de Internet para poner lo escrito, y se acabó.

Hace unos días se ofreció muy amablemente para enseñarme como copiar de aquí y luego pegar allí. Estuvimos un rato ante el ordenador, juntitos, arrimados ante pantalla y teclado; sus ojos devoraban mi escote, en dos o tres ocasiones que nos rozamos respingó como si le hubieran pinchado, sus manos temblaban al manejar el ratón; No quise, aunque me costó, mirar su entrepierna, pero me la imagino. Creo que lo disimulé y no se dio cuenta, pero yo estaba igual o peor que él. ¡Madre mía!, Si tiene 18 años, me decía, casi la edad de mi sobrino, pero notaba su deseo y eso encendía el mío. La cosa pasó, hemos estado viéndonos en el trabajo, normal, charlando entre unos y otros. Pero yo quería aprender a manejar lo de las ventanas, eso tan sencillo para el que sabe hacerlo: abres una página, las dejas a mitad pantalla, abres otra, lo mismo y puedes hacer dos o tres cosas al tiempo, y ¿Quién me iba a enseñar eso? Mi Apolo.

Había tomado mis determinaciones muy en serio: sólo la técnica, sin pensar en ninguna otra cosa, nada de fijarme en él, ni roces ni nada de nada. Amen. Llegué a mi casa del trabajo, me duché, me arreglé, cambié de ropa, y ya estaba llamando a la puerta, había ido a la velocidad del rayo; subimos al piso de arriba, a la salita-biblioteca-sala de juegos donde está el ordenador. Me senté ante la pantalla, lo conecté y empezó a darme explicaciones; estaba inclinado, su cara junto a la mía; olía a una de esas colonias que, según los anuncios, vuelven locas a las mujeres, no me volvió loca, pero era un aroma muy agradable. Enseguida noté sus ojos en mi escote ¡maldita sea! Me tenía que haber puesto un jersey de cuello alto, no lo pensé a tiempo, ¿O no quise pensarlo?. Para darme una explicación me tomo la mano para indicarme donde tenía que cliquear y en el mismo movimiento su brazo me rozo el pecho. Oía su respiración agitada junto a mi oreja, su deseo me envolvía, sus ondas chocaban contra mi cuerpo, produciéndome una sensación casi física, me sentía alterada; le pregunté no sé que intentando mantener la serenidad, pero la voz me salió algo ronca; Al contestarme llevó la mano al teclado y esta vez su codo permaneció tocándome el pecho varios segundos y, aunque parezca mentira en una mujer de mi experiencia, un estremecimiento recorrió mi cuerpo. No podía ser: un chiquillo me rozaba la teta con el codo y yo me ponía caliente como una quinceañera.

Había que terminar con el asunto, giré la cara para decirle que ya le había entendido, que podíamos dejarlo; su rostro estaba alterado, rojo como la grana, su respiración entrecortada, sus ojos nublados, todo él despedía un halo de urgencia sexual como nunca había visto; mientras lo miraba, entre sorprendida y excitada murmuró: “Eres tan hermosa” y me besó en la boca mientras me ponía una mano entre los pechos. Las dos caricias eran torpes, ni sabía besar ni sabía que hacer con la mano, pero tenían la enorme fuerza que da la pasión de la juventud. La verdad es que me encendió la sangre. Los buenos propósitos, las buenas intenciones se vieron arrastrados por la ola de pasión que me recorrió. Me puse en pié, no sabía bien para que, ¿Iba a decirle que se fuera?, ¿Me iba a lanzar sobre él como una fiera?, No lo sé, pero al ponerme de pié me abrazó fuertemente, restregó contra mi vientre el duro bulto de su verga y se corrió; lo noté inmediatamente en sus gemidos, en sus espasmos, en la lasitud de su cuerpo; quedó allí, alicaído, asustado por su atrevimiento y avergonzado por su rápida eyaculación, tierno e indefenso como un niño. Y entonces mi pasión se multiplico por mil, se convirtió en una pasión fría, si ello es posible, determinada, capaz de saltar por encima de todo y de todos.

Lo senté en una silla, le di un beso en la mejilla y le dije: “Espera un momento cariño, ahora vengo” Fui al servicio situado al lado de la salita, llené un recipiente con agua caliente y cogí esponja y toalla, y al volver, sin escuchar sus protestas, le hice quitarse pantalones y calzoncillos, limpié ambas prendas de semen lo mejor que pude y luego, arrodillada ante él, empecé a lavarle el pene; al momento empezó a levantársele y cuando se lo sequé ya estaba duro como una piedra. Mi Apolo estaba bien provisto, tenía una verga de excelente tamaño, recta y bien formada; me deleité en su contemplación, luego en su tacto cuando empecé a masturbarlo y finalmente con su sabor y textura cuando pasé mi lengua por ella y después de lamerlo un rato, me lo metí en la boca y lo chupe con deleitación y con ansia: Estaba corriendo un riesgo enorme, aunque mis sobrinos estaba fuera de casa, mi hermano atendiendo el negocio y mi cuñada por las tardes no subía casi nunca al piso de arriba, algo podía torcerse y alguien sorprenderme, con el consiguiente escándalo. Pero daba lo mismo, estaba ciega de pasión, nada importaba, sólo aquel hombre-niño, su disfrute y el mío. Me notaba el sexo inflamado, completamente inundado, sentía el pulso de la sangre en el clítoris, sólo con el placer de la verga en la boca estaba a punto de correrme; él, a pesar de haber eyaculado momentos antes estaba otra vez preparado. Me aparté y, mientras lo dejaba descanar, me quité las bragas, desabroche la blusa y el sostén y dejé los pechos al aire.

Me miraba con arrobo, cuando me acerqué alargó las manos y con delicadeza puso una sobre cada pecho, tacándolos cuanto apenas; el ligero contacto de sus manos me quemaba, gemí de placer y me di cuenta de los cabeceos de su verga; si quería tenerlo dentro de mi no podía hacer nada que nos excitase más, tenía que ser ya. Me coloqué frente a la silla donde estaba sentado; mi altura no daba para poder cabalgarlo desde el suelo, así que puse los pies en las barras laterales de la silla, me apoyé en sus hombros y me dejé caer sobre su tiesa verga; tuve que indicarle como situarla para que me entrase, por fin, al tercer intento, sentí como me penetraba, proporcionándome una enorme satisfacción, tanto por el gusto de sentirlo dentro de mí, como por oír su gemido de placer. Cuando quedé sentada sobre él, con su verga dentro de mi cuerpo me detuve; Mis pechos, redondos, plenos, erguidos, duros, con los pezones tiesos, desafiantes por la excitación, quedaban justo a la altura de su cara; sabía cuanto le gustaban, así que los balanceé y le dije: ”¿No quieres hacerles nada?” Hundió la cara entre ello, los chupaba, los mordía, los besaba, se volvía loco con ellos y me ponía loca a mí. No podíamos aguantar más. “Sujétame por el culo”, le dije; me agarró por las nalgas y me ayudó cuando me levanté, y al descender el placer ya era incontrolable “Más rápido, más rápido”, le apremié; con la ayuda de sus brazos me moví lo más aprisa posible notando como su polla me daba gusto en todos los rincones de mi sexo, y mientras lo sentía correrse dentro de mí, entre suspiros y gemidos de placer, alcancé un maravilloso orgasmo.

¿He hecho mal?, ¿Se puede culpar al, tigre que mata, destripa y se come al inocente cabrito?. No lo sé, el tiempo lo dirá. Vosotros ¿Qué opináis?.

Relatos eróticos relacionados

Mi ex y yo tenemos un caso de manutencion que por una vez mas nos volvimos a ver en la corte despues de muchos años. Me sentia muy nerviosa cuando lo vi, pero me equivoque. Él me acerco para saludarme y me pregunto por mi hijo. Le dije que estaba estudiando y por eso no se habia hecho presente. Me hizo a un lado para hablar privado conmigo y me decia lo bonita que lucia, pero lo que mas me pudo fue cuando me dijo "Despues que veamos al juez...
22-Oct
26271
Era una noche fría de invierno, en que no podía dormir por el viento y los truenos que se sentían, hasta que en un momento, empece a sentir como mis vecinos se reían y conversaban, al parecer estaban de fiesta, de pronto, todo quedo en silencio, pensé que ya se habían quedado dormidos, y yo aún sin dormir y con mucho frío, pero no, de pronto sentí ruidos de cama, pensé que se acostaban, pero después fue mas y mas, luego unos gemidos, claramente estaban teniendo sexo y...
13-Jun
187463
Hacía tiempo que estaba aburrida de Juan, mi pareja. Aunque el sexo era increíble con él, no podía parar de ver tíos por la calle y imaginándomelos en grupo... Me fui dando cuenta que con los años mis gustos habían cambiado. Me fijaba sobretodo en los más jóvenes, adolescentes de instituto que podrían ser mis hijos. ¡Qué fuerte decirlo, pero así eran mis fantasías sexuales! La idea de tener a unos cuantos a la vez me ponía enferma y esa idea tan descabellada empezó a surgir en mi trabajo. Cada...
06-Aug
51985
[Confesiones] Soy un chico de 24 años y me gustaría expresar mi experiencia con mi fantasía sexual. Siempre me ha atraído pensar en una situación tan sencilla y habitual como es la de una chica haciendo pis. No sé porqué me ocurre esto, pero lo veo muy excitante, es algo que no puedo explicar.
15-Apr
75172
Hola, este relato es verídico, pues alguna vez con la confianza que tenemos con mi sobrina que ya cumplio los 18, hablando de enamorados y enamoradas me dijo tio alguna vez has tenido una relación loca con alguna chica, yo le dije que si, es mas le conte eso y mas pues vi que ella se inereso en la conversa , cuando le dije y cual es tu fantasia, ella me dijo dando un jajaja... a eso no te lo puedo decir, le pregunte porque no, se puso roja...
05-Mar
248700
Sin testigos ni el temor de que mi padre nos fuera a sorprender cogiendo ami mamá maria y ami nos estabamos dando amor en un hotel a 3 horas de distancia de nuestro pueblo natal y ya mi mamá habia sido mia varia veces ese dia y aun mi verga seguia dura como un roble desafiando ala panocha peluda y estrecha de mi mamá maria. Asus 37 años mi mamá estaba perfecta ni gorda ni flaca con sus pechos grandes y sus nalgas y caderas muy firmes...
07-Sep
48203
[Infidelidades] Mi novio es una persona increíble, amable, caballero y muy romántico, pero tiene un defecto, es sumamente aburrido en la cama, me tiene tanto respeto que no hace nada fuera de lugar. Mis deseos de experimentar sexo me llevaron a entablar una relación especial con mi amigo, este se llama Tomas, es también un asiduo visitante de “PeruCaliente”, con él nos conocemos desde hace dos años, es divertidísimo y sexualmente atractivo, pero es el novio de mi mejor amiga.
26-Apr
29096
[Sexo con Maduras] Soy una mujer de 33 de edad, soy enfermera y adoro mi trabajo pero a pesar de mi seriedad profesional me encanta ver los pacientes hombres desnudos, especialmente los tipos maduros mayores de 50 y los ancianos. Me vuelve loca y me encanta cuando debo lavar enfermos de esas edades o cuando me toca a mí afeitarlos abajo para alguna operación.
10-Jan
93463
Gracias amor, este sabado la nena anduve de traviesa por ahí, fui a la zona rosa a una tienda de ropa y articulos de adultos y sexys, con mi carnudito, mi marido, Uli, estaba èl exitado porque cuando subi a la camioneta temprano su esposita hizo la maldad de inclinarme totalmente sobre el asiento del pasajero con al puerta abierta, para permitir que tres chavitos que estaban atrás se quedaran boquiabiertos de lo que les deje ver?todo, o toda la comisura de mis nalgas, pues la faldita de mezclilla es...
20-Sep
88631