La primera vez con el sexo anal

Autor: FOLLAME | 25-Dec

Heterosexuales
Tenia 23 años y hacia al menos 6 meses que me habia separado del que habia sido mi marido. En esos 6 meses me harte de escuchar como la gente me decía que saliese y me divirtiera, que aun era muy joven y bonita, que tendría oportunidad de conocer a algún hombre, volver a casarme y ser feliz, pero yo ya entonces, sabia que no me hacia falta volver a casarme para ser feliz.

Recuerdo que fue un Domingo por la noche cuando cansada de estar aburrida en casa, decidí salir a disfrutar un poco de mí mas que merecida libertad. De toda la vida he sido muy coqueta, me gusta arreglarme pasa salir, pero a mi ex eso no le gustaba, y quizás por eso, esa noche, quise darme el gustazo de ir como siempre habia deseado hacerlo, por lo que elegí el vestido de entre todos los que tenia que sin duda menos gracia le hubiera hecho a mi ex. Me lo habia comprado en un arrebato tres meses antes, pero aun no lo habia estrenado... era un vestido de noche negro que dejaba desnuda casi toda mi espalda, terminado en una ceñida minifalda semi abierta por un lateral... tras varias pruebas, me puse unas medias hasta poco mas de medio muslo y unos zapatos negros, naturalmente pase de llevar sujetador (llevaba desnuda la espalda), asi que de ropa interior solo me puse unas braguitas tanga negras, más que nada para que no se me marcaran las costuras sobre la ceñida minifalda.

Aun sin mí ex a mi lado, salí de casa dudando de mi aspecto, pero por las miradas que me echaba por el retrovisor, el taxista que me recogió, “adivine” que estaba bastante aceptable. El taxista me dejo a la puerta de una discoteca que conocía de oídas, y ya antes de entrar me di cuenta de que no habría mucha gente, pues al día siguiente era día laborable, ya en la puerta dude, pero la sonrisa del portero despejo mis dudas y entre con decisión. Ciertamente no habia mucha gente, pero enseguida lo agradecí, pues te podías mover con libertad hacia las barras. Situándome en la barra que se encontraba más cerca de la pista de baile, me tome tres copas una detrás de otra, rechazando varias invitaciones para beber acompañada o bailar. Algo más que entonada por las copas, escuche sonar una pegadiza canción de ese año y me lance a la pista de baile, donde tarde bien poco es estar rodeada de sonrientes chicos que me miraban con descaro, comenzando a recibir piropos por todas partes, hablando asi con varios chicos, los más lanzados, que me entraron.

No se por que, mire hacia una de las barras y mi mirada se cruzo con la de un hombre, pues pasaría o rondaría los 30 años, recuerdo que no era especialmente atractivo, pero su mirada, clavada sobre mí me cautivo y excito, yo seguí bailando y charlando con algunos de los chicos que me rodeaban, pero no podía evitar mirar hacia el grupo del tío de la barra y el siempre me pillaba mirándole, hasta que una vez que me pillo, me sonrió en la distancia... y yo, no se por que, le devolví la sonrisa, de inmediato me puse colorada y me dirigí a toda prisa hacia la barra contraria a donde el se encontraba, estaba casi vacía y en la semioscuridad, pero me hacia falta beber algo.

Tras servirme y pagar la copa a un sonriente y guapo camarero, me gire mirando hacia la pista de baile, quedándome de piedra al ver como aquel hombre se habia colocado a mi lado, sentado sobre un alto taburete. De reojo le vi como me miraba detenidamente el culo y las piernas, viéndole hacer un gesto de aprobación, pensé que lo mejor seria irme hacia la pista de baile y de un trago me termine mi copa, pero no me moví de allí, y cuando nerviosamente, gire la cabeza, sus ojos se clavaron sobre los míos, notando entonces el contacto de sus dedos sobre mi mano al cogerme mi vacía copa diciéndome, -¡Tomate otra copa conmigo!-. Su voz no me pedía que me quedara, me pareció más bien como si me lo estuviera mandando, de nuevo quise irme, pero me quede allí, quieta, a su lado, esperando una nueva copa.

Apenas me tendió la copa, sentí como posaba una de sus grandes manos a mi derecha, sobre mi cintura, para tirando levemente de mí con firmeza, acercar mi cuerpo al suyo, y al estar sentado mi cuerpo quedo entre sus piernas, yo quería apartarme, pero no lo hice... de repente di un respingo al sentir como desplazaba su mano desde mi cintura hasta mi desnuda espalda, -¡Tienes la piel muy suave!-, me susurro al oído segundos antes de comenzar a recorrer mi espalda con su mano, sintiendo un inmediato y placentero escalofrió que me erizo el vello de todo el cuerpo. De nuevo le mire de reojo y de nuevo me pillo, para desviando la mirada, dar nerviosamente un largo trago a mi copa acabándola antes de volver a mirarle a los ojos fijamente mientras posaba mi vaso sobre la barra, esta vez él, tampoco aparto la mirada, y más por esta, que por su caricia, sentí como mi sexo se humedecía con rapidez.

Apenas aparte la mirada, cerro su mano sobre mi cintura y me coloco con firmeza de espaldas a el entre sus separadas piernas, hice ademán de dar un paso hacia adelante, pero él me retuvo cerrando sus piernas sobre mi cuerpo al mismo tiempo que metía sus manos bajo el vestido, aprovechándose de la semioscuridad que nos envolvía para deslizarlas desde mi espalda hasta mis pechos, yo no solo no insistí en alejarme, si no que cerré mis manos sobre sus rodillas mientras sentía como me acariciaba con ambas manos los pechos, notando como mis pezones se ponían duros como rocas apenas comenzó a acariciármelos entre sus dedos, para ladeando la cabeza ofrecerle mi boca, ahogándose en su garganta mis primeros placenteros suspiros mientras me morreaba apasionadamente.

No se exactamente cuanto tiempo pasamos asi, quizás fueron segundos, quizás minutos, no lo se, lo cierto es que cuando aparto su boca de la mía, note como sus manos abandonaban mis pechos, con una me retiro el pelo ladeándomelo antes de comenzar a mordisquearme la nuca, volviendo a meterla de inmediato bajo el vestido para seguir acariciándome uno de mis pechos... mientras que con la otra comenzó a acariciarme el culo por encima del vestido, notando con claridad como la deslizaba lentamente bajo la minifalda. Yo ya estaba muy excitada cuando note su mano en la cara interior de uno de mis muslos, mirando a la gente que bailaba frente a mí en la pista pensé en detenerle, en hacer que parara, sin embargo me di cuenta de que en realidad estaba separando ya las piernas, deseando que me acariciara mas íntimamente.

Dejo de morderme la nuca cuando notando como sus dedos llegaban hasta mi entrepierna me recosté hacia atrás, notando junto a una de mis orejas su cálido aliento mientras sentía, cada vez mas excitada, como dos de sus dedos se posaban sobre la efímera y fina tela de mis braguitas tanga, siguiendo el trayecto de la tela en sentido ascendente entre mis nalgas, -¡Me gusta tu culo!- me susurro al oído antes de lamerme la oreja haciendo que me estremeciera de placer. Sin embargo lo mejor estaba por llegar, sentí sus dedos descendiendo lentamente aun sobre la tela, repentinamente un ahogado y largo gemido broto de mi garganta cuando repentinamente presiono sus dedos sobre la tela, hundiendo tanto los dedos como la tela en mi sexo al mismo tiempo que me pellizcaba con rudeza el erecto pezón que seguia entre sus dedos, a duras penas pude contener mis gemidos cuando apartando la tela del tanga, deslizo toda su mano entre mis piernas, me separo obscenamente los labios del coño y sin dejar de presionar, comenzó a deslizar sin descanso sus dedos a través de mi encharcado sexo, encontrándome repentinamente con que habia dejado de acariciarme el pecho y colocando su mano bajo mi barbilla, me acariciaba los labios, restregándome contra ellos la saliva que comenzaba a escapar por la comisura de mis labios, escuchando como me susurraba, -¡Te vas a correr ya!- apenas unos pocos segundos antes de que efectivamente, tensándose mi cuerpo como un arco, me corriera espasmódicamente, tapándome con su mano la boca para acallar mis gemidos de placer... sin embargo no me dejo recuperarme, y siguió acariciándome, ahora, y tras meterme un dedo por el culo, restregándome con el resto de sus dedos desde mi ano hasta el clítoris, consiguiendo asi que me corriera tres veces mas en apenas unos pocos minutos, -¡Ahora te voy a joder!- me susurro haciéndome incorporarme y seguirle hacia los aseos con paso aun indeciso.

Apenas entramos en los aseos masculinos, tiro de mí hacia uno de los vacíos reservados, para hacerme entrar primero, ponerme de cara a la taza del aseo, desnudar mis pechos, levantarme violentamente la minifalda y arrancarme las bragas de dos fuertes tirones antes de hacerme inclinar hacia delante, cerrando mis manos sobre la tapa del wc y escuchando el ruido de su cremallera al bajarse mientras separaba las piernas. Jadee de excitación al sentir como restregaba su polla contra mi sexo... el jadeo que se convirtió en gemido al notar como me metía apenas la punta... gemido que se convirtió en alarido de placer cuando agarrándose con firmeza a mis caderas, me la metió casi entera de un solo y violento empujón que me hizo correrme de inmediato, doblándoseme las piernas al ser estas incapaces de sostenerme, pero el no me dejo caer... y no solo eso, si no que aprovechándose de mi más que vulnerable situación, saco su polla de mi sexo y separándome las nalgas, me metió, haciéndome sollozar de dolor, un par de cm. de su gruesa polla por el culo, yo intente apartarme, gritar, pero el, tapándome la boca con una mano, y aferrándome violentamente por el pelo con la otra, comenzó a presionar con sus caderas metiéndome su polla cm a cm por tan estrecho canal, haciéndome llorar del más violento dolor que nunca habia conocido a medida que las paredes de mi recto se expandían para permitir el lento pero firme avance de su polla... no pudieron ser más de un par de minutos, pero a mi se me hizo eterno hasta que se detuvo, notando sus cojones contra mis nalgas.

Se quedo inmóvil dentro de mí durante unos pocos minutos, notando como me soltaba el pelo y llevaba su mano hasta mi entrepierna, comenzando entonces a acariciarme el clítoris, para a los pocos segundos comenzar a sodomizarme lentamente... para mi sorpresa, apenas hubo unos pocos segundos de diferencia entre el termino del dolor y el comienzo del placer, placer que aumento con el ritmo y la fuerza de sus embestidas, placer que me hizo primero sollozar y luego gritar de gusto, placer que me llevo a pedirle que se moviera más rápido, placer que me llevo a orinarme de gusto mientras me corría sintiendo como su corrida me abrasaba las entrañas... esa noche y otras más, que algún día contare, las pase con el hombre que me rompió el culo y al que le debo ser como soy, hoy en la actualidad.

Un saludo a tod@s

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