Los calzones de mi esposa

En esa ocasión mi esposa me preguntó que sentirán las actrices cuando mucha gente las admiraba y le propuse que si deseaba que un día todas las miradas se dirigieran hacia ella, ya que es alta tiene unas piernas bien formadas, unos glúteos muy apetecibles y unos senos bien proporcionados, y ella me dijo que en realidad le gustaría sentirse sexy por lo que la invité a ir de compras a una plaza, o mejor dicho a que se luciera.

Como hombre le dije que mi me excitaba como se veía con una minifalda negra o de cuadritos blancos con negros ajustada con sus calzoncitos blancos o una minifalda de roja o azul tableada igualmente con calzoncitos rosas o con una mini de mezclilla, ese día decidimos que llevara puesta la minifalda más corta que tuviera: la de mezclilla con una zapatillas rosas y obviamente sus calzoncitos rosa que se le ajustaban muy bien, le ayudé a rasurarse el bello púbico, le di un masaje y le ayudé a enjuagarse todo el cuerpo, le apliqué aceite aromático y se comenzó a vestir, primero se puso su panty rosa que se le ajustaba perfectamente marcándosele deliciosamente su vagina y sus nalguitas, después un bracier rosa también, una blusa blanca de licra escotada en donde sus senos se pudieran apreciar, su minifaldita que le llegaba un poco mas debajo de los glúteos pero que con solo agacharse un poco ella enseñaría los calzones, unas zapatillas rosas, y le comenté que llevara otros calzoncitos blancos de algodón con aplicaciones de encaje en la parte delantera y otros blancos transparentes en su bolsa por si se llegara a ofrecer, se perfumó totalmente y le puse también un poco de perfume en su panty, al salir ella se veía divina como si fuera actriz o modelo.

Durante el trayecto me percaté que su mini se le había subido y sus calzoncitos fácilmente se le veían, eso me excitó y cada vez que podía volteaba a vérselos, y eso le excitaba ya que sus pezones se habían levantado marcándose en su blusa cuando llegamos a la plaza fui a abrirle la portezuela y al bajar abrió las piernas enseñando toda su panty, fácilmente le vi el puente del algodón a la altura del clítoris y cuando sacó la otra pierna y las juntó por lo corto de su falda se le veía su calzoncito y al haber abierto y cerrado las piernas sus labios vaginales atraparon un poco de tela de su panty, por lo que su vagina se marcaba perfectamente, ya afuera del carro me agaché para acomodarle sus pantys y se lucieran mejor de tal forma que su vagina se marcara bien y sus nalgas se vieran más deliciosas remarcadas con su panty rosa y le acomodé la falda de tal forma que la parte posterior del puente de algodón del calzoncito se apreciara fácilmente, a ver eso no pude resistir y le puse mis labios y nariz en su vagina aspirando a través de su perfumada panty, le volví a acomodar y fuimos a que enseñara sus calzones a todos los afortunados concurrentes de esa plaza.

Ella era la sensación varias personas la volteaban a ver otros mas nos seguían. Nos sentamos en algunas bancas mientras ella algunas veces cruzaba sus piernas y en otras ocasiones distraídamente las abría y sus calzoncitos se veían con facilidad, y es mas en otras ocasiones se agachaba para ver algún precio y su faldita se levantaba por mas que ella no quisiera y se le veía todo el punte de algodón de su panty, tomamos un helado y en la formación sin que se dieran cuenta le ponía mi mano en sus glúteos por debajo de su faldita tocando sus calzoncitos, ella no reprochaba, le excitaba y yo continuaba en un momento que estábamos haciendo fila para ordenar un café pude tocar su calzón por la parte delantera y sentí que sus labios vaginales estaban abultados y su panty un poco húmeda, por lo que fuimos al carro a que se cambiara y se pusiera otra panty, cuando llegamos nos sentamos en la parte de enfrente, la bolsa con los calzones estaba en el asiento posterior, entonces ella puso su abdomen sobre el respaldo para alcanzar la bolsa dejando su delicioso trasero totalmente expuesto sus calzones se le apreciaban perfectamente todo el puente de algodón quedaba a la vista marcándose su vulva perfectamente, y en ese momento como no había nadie en el estacionamiento subterráneo, estando ella así la tome de las caderas y comencé a besarle sus calzoncitos y a morderlos suavemente ella recargó sus nalgas en mi cara y mi lengua estaba jugando en sus calzones que cada vez estaban mas mojados se los bajé un poco y le comencé a besar el ano y mordisquearle sus nalguitas.

Ya con sus calzoncitos mojados bajé mi lengua al orificio vaginal, le separé las nalgas y con movimientos circulares trataba de introducir mi lengua le besé el clítoris mientras mi nariz estaba frente a su orificio restregándola y percibiendo ese aroma tan rico que despedía luego volví a poner mi lengua en su orificio mientras que con otra mano le acariciaba sus nalgas y le introducía un poco el dedo en su delicioso ano, minutos después sentí una sustancia en mi lengua mientras ella trataba de contenerse para no grita. Después de su orgasmo le besé nuevamente todo su trasero y comencé a secarla con sus suaves calzoncitos, ella me dijo que estaba deseándolo desde hace rato, después de secarla, se puso sus calzones de algodón modelo bikini con tela transparente en la parte frontal con flores delicadamente dibujadas que tenían además un coqueto olancito de encaje a los lados y para terminar un moñito rosa en el elástico de la cintura, esos calzones están muy coquetos como si fueran de colegiala maliciosa, una vez arreglada y acomodándole su minifaldita, fuimos a comer y de paso a que enseñara sus calzones blancos que le hacían juego con su blusa blanca de licra, igualmente, al subir el carro mostró sus calzoncitos y su falda se le subió, desde mi lugar le podía ver el coqueto olan de encaje a la altura de su ingle y obviamente se podía apreciar a través de las flores delicadamente dibujadas en el frente de su panty, su arreglado bello púbico y el inicio de sus labios vaginales, cuando llegamos a la otra plaza por santa fé estacioné el carro un poco apartado, le abrí la portezuela y ella descendió mostrando sus calzoncitos blancos, le arregle los calzoncitos en su parte posterior alisándolos un poco para que lucieran tersos, suaves y pachoncitos, y por la parte de enfrente que sus olanes se vieran coquetos.

Caminamos por la plaza observaba como se sentía y además así era muy sexy, ella se quedó sentada en lo que iba por una limonada y al mi regreso abrió coquetamente sus piernas que tenía cruzadas, en ese momento me enseñó los calzones y otros hombres que estaban cerca también se los vieron, se apreciaban las flores cubriendo delicadamente su vagina con olanes de encaje a los lados, el inicio del puente de algodón y como eran de modelo bikini (o sea cortos), se apreciaba también el moñito rosa del elástico de la cintura, eran tan deliciosos que en ese momento no me importó que otros también se los vieran ya que para tocarlos, besarlos, morderlos y sobre todo disfrutar o que cubrían solo yo podía hacerlo.

Después fuimos a comer a un restaurante de la planta alta así es que estuvo de acuerdo en adelantarse en las escaleras eléctricas y yo solo tres escalones mas abajo iba contemplándole su blanco y terso calzoncito cubriendo sus deliciosas nalguitas y viendo como la parte trasera del algodón le cubría su rico ano.

Al llegar al restaurante pedimos algo de beber y unos cortes de res muy buenos, la verdad es que veces me sentía un poco celoso pero mi esposa era la más atractiva de todas las mujeres y no necesitaba ver hacia otros lados ya que solo quería ver lo mío, nos sentamos en un buff y le puse la servilleta en sus piernas, durante la comida podía de vez en cuando meter la mano debajo de su servilleta y como su faldita era muy corta le podía tocar sus suaves calzoncitos, en un momento se me cayó un cubierto por lo que me agaché por debajo de la mesa, el cubierto estaba cerca de ella y fue un buen pretexto para meterme debajo de la mesa y cuando mi cara estaba cerca de sus piernas ella retiró su servilleta y como no queriendo abrió sus piernas estuve a punto de comenzar a besarle su pubis al ver sus calzoncitos tan cerca mi pene se erecto y mis calzones se humedecieron algo, terminamos de comer y fuimos a un parque para caminar algo.

Llegamos a la zona de columpios y ella se sentó en uno y le comencé a columpiar. No nos acordábamos o fingíamos no acordarnos que la falda era corta, le empujé fuerte y fui al frente para ver que ella estaba sentada sobre sus muslos y que al columpiarse toda su panty se le veía por debajo de la falda mercándose por completo su vagina, y es que ella no quería ensuciar sus calzoncitos con el polvo que había en el columpio, esa escena era como de una jovencilla provocativa que le gusta enseñar sus calzones. Después nos dirigimos a otra parte del parque donde ya no había nadie le pedí que se agachara y enseñara nuevamente sus calzones y comencé a besárselos mientras con mi dedo se los tocaba a la altura de su orificio vaginal, ella me dijo que en su bolsa traía una solución desinfectante para las manos, me la apliqué y me paré, mi pene ya no podía mas, entonces de pié le di un profundo beso y con mi mano derecha le tocaba su clítoris por debajo de sus calzoncitos y con mi mano izquierda me deleitaba acariciándole su calzoncito a la altura de su recto sintiendo perfectamente la costura del puente de algodón y con un poco mas de presión sentía su delicioso ano, después le bajé un poco su calzoncito por enfrente, saqué mi pene y se lo introduje. Mientras mis manos estaban tocando sus deliciosas nalgas y cubiertas por la suavidad de su calzón y por un lado logré tocar su ano acariciándoselo en círculos después de un rato los dos tuvimos un orgasmo, caímos en la hierba y quedamos recostados descansando.

Ya estaba oscureciendo nos levantamos y sacudimos el pasto, le acomodé sus calzones y regresamos a casa, ese día fue muy placentero para los dos, y ya en el carro comentamos que a los dos nos excitó que ella fuera muy sexy y que nos agradaba que ella enseñara sus calzones.