Una experiencia única: Lo dejé subirse sobre mi y le agarre su pene
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Comenzaré diciendo que yo era una mujer muy activa sexualmente hablando.
Me casé muy joven para poder tener todo el sexo que pudiera. Tuve dos hijos, una nena y un varón, y por razones económicos vivíamos en una casa pequeña. Mi marido al inicio fue muy activo en la cama, pero eso fue decayendo con el tiempo.
Teníamos discusiones y peleas y no nos hablábamos por unos días y me iba a dormir al cuarto de los chicos. Una noche mi marido empezó a llamarme y yo no quería ir, sabía que era para sexo, pero tampoco quería que mis hijos pasaran por otra discusión. Así que me levante y me iba cuando mi hijo me dice en tono bajo, no vayas mamá. Yo lo mire y le dije que si no iba su padre no nos dejaría dormir.
- Después de que él se quitó las ganas, salí de la cama y me dirigí al baño, salí desnuda pensando que mis hijos dormían y al pasar por el cuarto, veo que mi hijo estaba tocándose su pene. Me metí corriendo al baño, sentía que estaba mal, pero a la vez me sentía excitada, mi marido no me había hecho excitar, pero ver lo que hacía mi hijo me hizo mojarme toda, lo estaría haciendo, pensando en mí, o solo era una reacción de un adolescente.
- Me lavé lo mejor que pude, me puse una tanga limpia y volví al cuarto.
- Pensé que estaría aún en eso, hice ruido al caminar para que me notara que volvía.
Pero lo encontré de espalda a la puerta y dormido, o haciéndose el dormido.
Tenía que acostarme con el de nuevo porque la cama era más grande que la de mi hija.
Me metí despacio y le di la espalda, intenté no pensar más en lo que había pasado y cerré los ojos. No había pasado media hora y siento que me tocan mis nalgas, me quede quieta y esperando a ver que pasaba. Sus manos subían por mi espalda y bajaban hasta mis pompis, me las apretaba y soltaba yo sentía un escalofrío por dentro. Lo dejé seguir un poco más, quería saber hasta donde se animaría, además si estaba así era por mi culpa.
De pronto siento su mano subir por mi espalda y me rodea hasta llegar a mi seno que estaba duro de lo excitada que me tenía. Sentí como me acariciaba mi pezón y me lo puso más duro aún.
Yo solo tenía mi tanga pequeñita y nada más y lo podía sentir respirándome en mi espalda.
No me animaba a moverme, lo dejaba hacer porque me gustaba, mi marido me había dejado a medias como siempre.
En eso escucho que me dice con voz apenas audible, “te dije que no fueras mamá“
Me quede quieta y solo me salió decirle que me perdonara, en eso el me aprieta más mi pezón.
Mis pechos estaban que me explotaban, el me abrazo más y me los acariciaba con las dos manos. Papá no te merece, me decía, y sentía sus manos en todo mi cuerpo. Yo estaba ya muy excitada y lo dejaba tocarme a su gusto.
Perdona le repetía, y me giro hacia él, y estaba todo desnudó con su pene muy duro. Separe mis piernas y lo dejé que viera cómo me tenía.
El me puso su pierna entre las mías y siento lo mojada que estaba.
No vayas más con el, me decía y me tocaba mis piernas y mis tetas. Yo no podía parar ya lo que hacíamos, sabía que estaba mal, pero no podía ni quería evitarlo. Lo necesitaba, y el a mi.
Sus manos las sentía en mis pechos y las bajaba a mi vagina, y yo separaba mis piernas para darle lo que buscaba. Sabia que mi marido no vendría porque ya se había saciado, pero ahora tenía que saciar a mi hijo. Lo dejé subirse sobre mi y le agarre su pene, lo tenía muy duro y gordo, más que el de su padre.
Espera le dije, no vayas tan rápido cariño. Lo calmaba, pero él estaba muy caliente y su energía era mucha. Me apretaba mis senos y me besaba toda, tomé su pene, hice a un lado mi tanga y lo puse sobre los labios de mi vagina. Lo abrace y le dije al oído que le prometía que el sería desde ahora mi hombre.
Lo deseaba tener dentro mío ya, quería que terminara lo que inició su padre. Cuando lo sentí, se metió toda hasta mi profundidad, me lleno por completa, las paredes de mi vagina ardían de pasión. Me pegué contra el y lo sentía ardiendo dentro mío. Mis jugos los sentía corriendo por mis piernas hasta mi trasero. Me beso en mi boca y lo bese más, nuestras bocas se entrelazaron como en un baile de pasión igual que nuestros cuerpos.
Sudábamos los dos, yo lo dejaba hacer todo lo que quería, le tocaba sus testículos y los sentía tensos y llenos. En un momento lo detuve y me subí sobre el, quería montarlo, tome su pene y lo guíe dentro miooo.
Me movía rápido de delante para atrás y mis tetas se agitaban en su cara. Quería gozar así y hacerlo gozar, el me tomaba por mis caderas y seguía mis movimientos, vamos amorcito le murmuraba dale a mami todo lo que tengas. Cuando sentí que me iba a venir, me dejé caer sobre el y mis tetas quedaron en su boca que las mordía y besaba mucho.
Tuve un orgasmo muy fuerte, mis piernas se aflojaron y sentía como me salía mucha leche de mi interior.
Quedamos abrazados así un rato hasta que me levante a lavarme de nuevo, pero ahora si muy satisfecha…
By: Ruth R 😍
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