¡Háblame sucio!

Hace unos días mi mejor amiga me mandó un mensaje de audio justo cuando estaba entrando a su casa, ese sonido al abrirse y cerrarse de su puerta, hace años que se grabó hasta adentro de mi mente, y con el simple hecho de escucharla por celular, provocó en mí un déjà vu, me hizo recordar otra ocasión que nos vimos hace algunos años. Aquí la historia.

En la tarde me mandó un mensaje mi mejor amiga diciéndome que iba terminando de trabajar e iba en carretera rumbo a nuestra ciudad, me preguntó si estaba disponible para un encuentro sexual, le dije que sí solo que me diera media hora en lo que terminaba mis quehaceres y estaría a puntual afuera de su casa.

Rápido me alisté, revisé que la mochila que contenía nuestro kit tuviera todo, y avisé en mi casa que tenía que salir por cosas del trabajo que urgían. Ese kit que menciono era una mochila deportiva que contenía toallitas húmedas, un baby doll verde claro y tanga del mismo color que a veces ella me modelaba, un trapo para limpiar o para no manchar donde lo hiciéramos, una botella de agua y una bala vibradora que cuando se le antojaba ella la usaba.

Para dar contexto, relatos antes ya he comentado que nuestros encuentros sexuales eran en una casa que ella tenía deshabitada y que estaba amueblando poco a poco para mudarse ahí en un futuro.

Llegué primero, me estacioné unos 20 metros atrás de su casa, y me di cuenta que en su calle había mucho movimiento de gente, ya que al lado de su vivienda está un taller mecánico. A los pocos minutos llego y se estacionó exactamente afuera de su cochera. Era inevitable que los mecánicos y clientes nos iban a ver entrar juntos e imaginarse qué iríamos a coger ya que su casa estaba deshabitada, pero, ella inteligentemente ya me había aleccionado meses antes para estas situaciones, siempre que estuvieran sus vecinos observándonos, al saludarla tenía yo que decir en voz alta.

  • “¿Bajo del coche las cajas?”.

A lo que ya me tenía que contestar igualmente en voz alta:

  • “Si, baja esas que están en el asiento de atrás”.

Todo el teatro para que ellos pensaran que éramos compañeros de trabajo, y que estaríamos ocupados con el contenido de las cajas que contenían productos de la compañía para la cual laboraba.

Y ahí me tienen como todo un actor sacándolas de su coche y metiéndolas a su casa, y nada más entramos, dejé las cajas en el suelo y me abalancé de inmediato sobre de ella a manosearla como desesperado, hacía tres meses que no teníamos un encuentro, así que como maniático sexual la abracé por detrás arrimándole y pasándole todo mi paquete por las nalgas, una mano agarrándole las tetas, y con la otra tallándole sobre su pantalón la vagina. Después de ese momentáneo fajecito, ella fue a saludar a su perro que tenía en el patio de atrás, dándole algo de comida para que dejara de ladrar.

Al regresar de dale de comer al perro, la tomé de la mano y la llevé al ventanal del comedor que daba precisamente hacia el patio de atrás, me bajé el pantalón hasta las rodillas y le dije:

  • “Mámamela tantito”.

Se hincó frente a mí y mirándome a los ojos y con una gran sonrisa me dice:

  • “¿Quieres que nos vea Chester verdad?”.
  • “Claro, me da mucho morbo observar cómo tu perro te ve mamándomela”.

Y ahí estábamos en el ventanal, a medio metro del perro quién estaba atento a la escena, giraba su cabeza a la izquierda y luego a la derecha como queriendo entender qué era lo que estaba haciendo su ama. Ella volteó a verlo y le dijo:

  • “¿Quieres?, jajajaja, pobrecito no entiendes lo que estoy haciendo ¿verdad?”.

Después de un minuto y ya teniendo la verga como brazo de albañil, dura dura, nos fuimos rumbo a la recámara, pero antes de entrar a ella me detuvo y dijo:

  • “Me voy a poner el baby doll, espera”.

Y estando ahí en el pasillo, afuera de la recámara, se desvistió y se puso dicha prenda pero sin calzones, se recogió el pelo haciéndose un chonguito en la parte de arriba, me ve a los ojos y modelándome el outfit me dice:

  • “¿Cómo me veo?, ¿bien?”.
  • Como siempre, hermosa y deliciosa mmmm.

“Vamos a hacer esto: hace unos días vi una película porno que me encantó, donde una mujer muy joven, güerita se sienta delante de un hombre muy mayor, ya un viejito, y mientras el sentado también, la abraza por atrás y con una de sus manos la masturba. Me gustó mucho esa escena, hoy quisiera hacerlo así, vamos a sentarnos en el piso, yo me paso el vibrador por el clítoris y tu mientras me abrazas por atrás, me metes y sacas el dedo de la vagina, ¿Va?”.

  • “Tienes una fijación con los hombres mayores ¿Verdad?”.
  • “Jajajaja, si creo que si”.
  • “Okey va”.

Fui a su cuarto, le quité el edredón a su cama para ponerlo en el piso frío, y ahí, en el pasillo, afuera de los cuartos de su casa, me senté en el suelo recargado en la pared, y ella igual se sentó pero delante mío, con su espalda recargada en mi pecho. Prendió la bala vibradora, y comenzó a pasársela por el clítoris, yo con mi mano derecha le bajé los tirantes del baby doll, e inicié masajeando y manoseando fervorosamente sus tetas. Como traía recogido el cabello con su chonguito, observé que en su nuca sus vellos castaños claro formaban unos caireles, hasta de espalda se veía hermosa, así que comencé a besarle la nuca, los lados de su cuello y las orejas. Después mi mano izquierda, se fue directo hacia abajo, y mi dedo medio, entraba y salía por su ya muy mojada vagina, de inmediato comenzó a soltar gemiditos de placer, estábamos recreando aquella escena porno que tanto le había gustado. Cuando aquello se empezó a poner más caliente dijo:

  • “Ayy que rico… mmm… “
  • “¿Te está gustando?”.
  • “Sii mucho… ¡háblame sucio!”.
  • “… que rico, lo estás disfrutando, ¿verdad putita?”.
  • “Sí, todo lo siento riquísimo ahh”.
  • “Disfrútalo, suéltate, saca la puta que traes dentro”.
  • “Sii, sigue así, ya no tardo en venirme mmm”.
  • “Imagina que estás en una porno, tu eres la güerita de película”. Eres una puta caliente ¿verdad?”.
  • “Sii, lo soy, ¿te gustó así?”.
  • “Claro, por eso vengo a calmarte las ganas, a orgasmearte”.
  • “¿Traes condones?, tengo muchas ganas de hacerlo”.
  • No, pero en el coche si traigo uno. Déjame voy por él.
  • No, no, mejor sigue así, otro día lo hacemos.

Ella tenía muchas ganas de ser penetrada, su novio ya llevaba unos seis meses en Estados Unidos trabajando, ella estaba en abstinencia solo teniendo orgasmos masturbándose con videos porno o con los fajes y el sexo oral que ocasionalmente yo le daba. Ese día pudo haber sido la primera vez que cogeríamos, pero al no haber traído preservativos dentro de la mochila, hizo que todo quedara en una deliciosa masturbación con mis dedos y La bala vibradora.

También ese fue el primer día que me pidió que le hablara sucio, estalló en mí cerebro una bomba, ya que siempre había querido hacerlo, pero por temor a que se ofendiera nunca lo había hecho. Por cierto, hoy hace un mes que nos vimos para entregarle un regalito musical le dije “wey”, y me contestó que por qué la insultaba, y le respondí que a lo largo de nuestra vida le había dicho cosas peores, y con una sonrisa pícara en su cara y viéndome los ojos me dice:

  • “¿Puta?”.
  • “Jajaja, Pero eso te lo decía con gusto no como insulto, de hecho te confieso que escribí unos relatos de nosotros dos y los subí a internet…”

Pero bueno esa es otra historia, historia de nuestro reencuentro que en algún día se los contaré.

Así que desde el 2016 hasta hoy que están leyendo esto, siempre le digo que es una puta, mi puta.

Prosigamos. Así que estando así sentados, como jugando al trenecito, yo continuaba dedeándola y diciéndole al oído

  • “Hoy estás mojadísima, muy tu, muy caliente. Ve todo lo que te estuviste perdiendo todos estos meses”.
  • “Sí la verdad, ya lo necesitaba ufff”, ya no tardo en venirme, sigue así.
  • Vente puta, vente, te prometo que la siguiente vez sí traigo condones para meterte toda la verga.
  • “¡Si!, ¡si!, ¡me vengo!, ¡ahhh!”.

Después de su orgasmo, cerró sus ojos, se recargó en mi pecho y todo quedó en silencio como por 30 segundos. Después de eso se comenzó a carcajear y me dijo:

  • “Jajaja ay qué rico estuvo, por poco y me desmayo, casi muero en el intento. Dame unos minutitos déjame recupero y sigues tú amigui”.
  • “Sí no te preocupes cierra tus ojos y descansa, yo espero”.

Posteriormente se reincorporó y me dijo:

  • “Listo, ¿qué quieres que te haga?”.
  • “Aquí mismo deja me acuesto, tú híncate a mamármela hasta que explote en tu boca”.
  • “Está bien”.

Y ahí me tienen acostado sobre el piso del pasillo observando cómo se la tragaba toda, entraba y salía de su boca como si fuera un helado. Por lo regular ella casi no saliva mucho, Pero esta vez comenzó ensalivar la verga abundantemente, subía y bajaba su cabeza masturbándome con sus labios y lengua, se la sacaba de la boca y se formaban unos hilos espesos de baba y volvía a mamar, primera y única vez que hacía esto, ya estaba anonadado y fascinado porque verdaderamente parecía una escena porno, por lo mismo no tardé mucho en acabar, le avisé que ya me venía, ella esperando los chorros de semen en su boca, disminuyó la velocidad de la mamada, y ahí estoy, sintiendo los espasmos de un delicioso orgasmo, hasta que ya no pude más y le dije que parara.

  • “Qué rico me la mamaste amigui”
  • “Es que ya eran muchos meses que no nos veíamos, Ya nos hacía falta”.

Siempre hemos sido grandes cómplices, grandes amigos, tanto que siempre nos agradecemos mutuamente y de todo corazón los encuentros sexuales, y mientras esto pasaba y nos vestíamos le dije:

  • “Y sin conocernos el y yo, te puedo decir que soy el mejor amigo de tu novio, porque es mejor que andes conmigo de puta dándome las nalgas, a que andes con un cabrón que no te quiera, no te cuide y ande de chismoso divulgando todo lo que hacen”.
  • “Si, de hecho viéndolo así, si eres su mejor amigo jajaja”.

Recogimos todo de lugar observando perfectamente que no se quedara nada para que la muchacha de la limpieza no supiera la que se armaba ahí una vez al mes. Y ahí vamos de nuevo a la salida de su casa, a hacer el mismo teatro de regresar a su coche las cajas que habíamos bajado. Yo no sé si los mecánicos y los vecinos nos la creyeron todos los días que nos vimos, lo que sí estoy seguro es que Chester su perro, fue el único testigo presencial de todas las veces que fui y de lo que llegamos a hacer los dos en esa casa.

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cocoliso
cocoliso

Hombre soltero en los cuarentas, fan del porno y relatos eróticos, fetichista de las bragas femeninas.

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Un comentario

  1. DESEO REALIZAR MI FANTASÍA, “QUIERO VER” A UNA PAREJA COGER Y YO MAMARLE LA PANOCHA A LA MUJER, con mi lengua, lamer chupar, mamar, el clítoris, saborear sus jugos vaginales, mamarle Toda su “rica y sabrosa panocha en su jugo con mi lengua, lamer chupar, mamar, el clítoris, saborear sus jugos vaginales, QUIERO VER COMO LE METEN LA VERGA A LA PANOCHA QUE ME VOY A COMER “Primero Quiero Ver” cómo le meten la verga a la mujer para después yo después que le metió la verga su marido, mamarle yo su “rica y sabrosa panocha en su jugo con mi lengua, lamer chupar, mamar, el clítoris, saborear sus jugos vaginales, mamarle el clítoris y toda su sabrosa panocha húmeda, después que se la cogieron. QUIERO VER COMO LE METEN LA VERGA A LA PANOCHA QUE ME VOY A COMER

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