Descubierto por mi hermana y después se hace la dormida

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Era un caluroso verano. Por aquel entonces mi hermana 25 años. No recuerdo el motivo, pero esa noche no sacamos los colchones al salón como otras veces, por lo que tuve que aventurarme a entrar a la habitación de mi hermana.

Mi habitación, por el día era una salita, con sus 4 sillas y una mesa, y por la noche se convertía en habitación, pues del ropero se sacaba la cama. La mesa se colocaba debajo de la ventana, por lo que no podía asomarme, y las sillas se plagaban contra la pared.

Como he dicho, esa noche entré en la habitación de mis hermanas para intentar desnudar a mi hermana mayor, mi obsesión desde chico, a la que llevaba varios años desnudando. Mi hermana menor dormía en la cama de al lado.

Cuando me acerqué a la cama de mi hermana mayor, estaba durmiendo con un sujetador sin tirantas y una combinación de falda muy transparente, pues notaba sus braguitas por debajo de la tela. Comencé lentamente a acariciar a mi hermana por encima de la ropa. Estaba boca arriba, por lo que comencé por los pechos y luego bajé a su coño.

Subí despacio la combinación hasta la cintura, dejando ver sus braguitas por las que se le transparentaba el triángulo negro de su entrepierna. Antes de empezar a desnudar su coño, comencé a bajar el sujetador, dejando sus pechos al aire. Se mantenían firmes sujetados por el sujetador bajo ellos. Luego de jugar un rato con mi lengua en sus pechos, cogí el elástico de sus braguitas y comencé a bajarlas hasta casi las rodillas, dejando su delicioso coño peludito a la vista.

Me agaché y comencé a pasar mi lengua por sus labios vaginales, hasta llegar a su clítoris, Lo succioné y lamí durante un buen rato, Me saqué la polla y la rocé por su coño, sin llegar a meterla, hasta que me corrí en sus pelillos. Fui al servicio por un poco de papel higiénico para limpiarla. Después de limpiarla, me quedé un rato observando a mi hermana desnuda. Estaba tan concentrado en su cuerpo que no me di cuenta que se había despertado.

.- ¿Qué haces en mi habitación?… Preguntó entre cabreada y sorprendida… ¿Y qué hago desnuda?

.- No lo se… Contesté… Cuando entré para ver a los gatos, y echarles algo de comer, ya estabas así.

.- Vete de aquí… Me dijo, señalando la puerta… Mañana hablaremos y se lo diré a nuestros padres.

Me salí de la habitación, sin contestar, pero miré atrás y vi como mi hermana se vestía, y vi su coño peludito por última vez esa noche.

A la mañana siguiente, me levanté tarde. Mi padre había salido a dar un paseo y mi madre estaba de compras con mi hermana menor, por lo que estábamos mi hermana mayor y yo solos en casa.

.- ¿Que hacías anoche en mi habitación?… Preguntó cabreada… Y que querías ver a los gatos no me lo creo. ¿Qué hacía yo desnuda?

.- Solo entré a darle algo de comer a los gatos… Contesté… Desde mi habitación no puedo porque la mesa está en la ventana. Y lo de desnuda, ya estabas así cuando entré. Solo te miraba cuando te despertaste.

.- Por esta vez, lo voy a dejar pasar… Me dijo aun enfadada… Pero como te vuelva a pillar, se lo digo a nuestros padres.

.- Vale, No volverá a pasar… Contesté.

Creo que no me creyó, pero no dijo nada. Esperé varias noches, hasta calmar los ánimos, y volví al cuarto de mi hermana, aprovechando que mi hermana menor no estaba, pues iba a pasar unos días con su novio en el chalet de sus suegros. Cuando entré, la encontré boca arriba, durmiendo solamente con unas braguitas, sin nada más. Sus pechos se veían deliciosos, con las aureolas rosadas, coronadas por dos deliciosos pezones algo más oscuritos.

Sus pechos subían y bajaban al ritmo de su respiración. Me acerque a la cama, me agaché y suavemente, después de acariciarlos un rato, acerqué mi boca y los lamí, chupé y mamé como la otra noche, cuando me descubrió, mientras jugaba con mi mano en su coño. Besaba su cuerpo y bajando sus braguitas seguí besando y comiéndole el coño. No notaba reacción ninguna por su parte, por lo que me bajé el bóxer y me coloqué encima de ella y comencé a rozar el glande por la entrada de su coño. Me quedé un poco sorprendido, cuando al rozar mi polla por su coño, ella separó las piernas.

No sé si fue por instinto, porque estaba despierta y se dejaba hacer, o casualidad. Pero después de un rato rozando mi polla en su coño, terminé corriéndome en sus pelillos, la limpié, le subí las braguitas y mientras la observaba, se cambió de postura colocándose de lado, de espaldas a mí. Esperé un poco y, cuando la escuché roncar, comencé a acariciarle el culo, bajé un poco las braguitas y dejé su culo desnudo.

Lo acaricié y rocé un rato mi polla, haciéndome una cubana entre sus nalgas, dejándolo blanco con mi leche. La limpié y la vestí, quedándome un rato observando su cuerpo. Cuando me disponía a salir, se movió colocándose boca abajo y con sus manos se bajó las braguitas, casi hasta los muslos, volviendo a dejar su culo desnudo.

No sabía qué hacer, pues no sabía si estaba dormida o despierta, pero me arriesgué y volví a acariciarlo, metiendo mi mano por debajo, entre las piernas y llegando a su coño, metiéndole mi dedo anular, oyendo como daba un pequeño gemido. Me asusté y dejé de acariciarla. Volví a subirle las braguitas y me fui a mi habitación.

Me hice una paja pensando si mi hermana se dejó hacer o estaba dormida y lo hizo sin pensar.

A la mañana siguiente todo transcurrió como si no hubiera pasado nada. Aunque notaba como mi hermana me miraba de una manera que no sabía cómo describir, me hacía dudar, pues a veces sonreía y otras estaba como distante, pasando de mí o parecía cabreada, pero no hizo alusión a lo que pasó esa noche.

Durante todos los veranos, entraba en su habitación por las noches, para desnudarla y  haciéndole lo mismo. No puedo afirmar que mi hermana se dejara desnudar, pero a veces parecía que se dejaba, porque me facilitaba las caricias con sus movimientos, cambiando de postura o durmiendo con poca ropa, y que nunca les dijera nada a nuestros padres.

Incluso cuando sacábamos los colchones, y ella siempre dormía en el medio, se ponía poca ropa. Estuve abusando de ella, por decirlo de alguna manera, hasta que cuando yo tenía 24 años y ella 33, se casó.

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Sevilla1972
Sevilla1972
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