El Abuso IV relatos xxx

Autor: ElMariscal | 16-Jun

Fetichismos

El Abuso (Parte IV)

   Los siguientes instantes, no podría especificar se fueron segundos, minutos, horas, días años o quien sabe cuanto, fueron de desconcierto y confusión, solo me daba cuenta que todo giraba a mi alrededor y mi corazón latía como nunca antes, comenzaba a recobrar la cordura y notaba como me habían estado moviendo, luego con un poco más de lucidez em-pecé a sentir como acariciaban y besaban mis muslos y glúteos. Seguí despejándome y note que seguía con ese miembro descomunal en la boca, solo que dada mi semi-inconciencia, de momento, era él quien acariciaba mis labios con ese húmedo trozo de carne, y era él quien lo introducía dentro de mi boca, cosa que cambio a medida que me recuperaba y cada vez más conciente lo hacia de a poco más yo misma. Pero me bastó reaccionar solo un poco más para hacerlo del todo, lo cual fue al darme cuenta de que me encontraba recostada boca abajo, posición en la que ya estaba desde antes, pero ahora estaba en forma transversal con respecto a la reposera. Es decir, mi pecho estaba apoyado contra ella, mi cabeza levantada, no por mí, sino por que quien me penetraba oralmente me la sostenía con sus dos manos para asegurarse de que succione, y mis piernas colgaban por el otro lateral de la reposera, o mejor dicho y debido a la corta altura de la reposera, mis rodillas bastante separadas una de otra apoyaban contra el suelo dejando mi zona trasera completamente expuesta y cómoda para que, como ya les dije, el cuarto de ellos estuviera atrás mío besando, acariciando y lamiendo mis muslo, cola y orificio anal. Esta hombre, que se encontraba casi recostado detrás mío haciendo esta labor se incorporó y acercó su pene hacia mi zona genital y anal para comenzar a pasearlo de arriba hacia abajo y de abajo hacia arriba por toda mi intimi-dad.

   Imploraba para mi misma que no hiciera lo que creía iba a suceder y que pude confirmar que habría de suceder. Luego de poner duro su miembro acariciándolo contra mí pude sen-tir como apuntaba la cabeza de su herramienta contra mi, hasta ese día, delgado anito.

-        Nooo, por favor, así no, se los suplico.

-        No te preocupes niña, luego de los primeros momentos lo disfrutarás como nunca has disfrutado nada antes.

-        Noooo, se lo pido, lo tengo virgen, me lastimarán.

-        Si no te relajas seguro que será doloroso. Distiende tus músculos, relájalos?

-        Noooooooooooo??.ahhgggggggggg, nnnnnggghghaaaaa.

-        Tranquila, se está metiendo?.

-        Ngggghhhh, AAAAAUUUUUCCH, espera deteeeeeeeente por favor

   Y así lo hizo, claro que por unos instante en los que, aunque sea un poco, me recuperaba. Pero claro está, luego retomaba la penetración.

-        Vamos mi niña que seguimos un poco más.

-        Despacio, uuuuuuuuuffff, oouchh.

-        Ya pasó la cabeza, ¿La has sentido?

-        Si, nnnnnghhh, pero despacio con el resto, me estas haciendo explotar desde dentro.

   Y era cierto, nunca me había fijado tanto en la diferencia de tamaño que hay entre la co-rona de la punta del miembro de un hombre y la parte que le sigue, pero había podido notar como, una vez que la cabeza pasó por completo, mi anillito se cerraba un poco nuevamente para quedar cobijando esa descomunal esfera de carne en mi interior. Y continuó con la parte final, que en realidad no era ningún final por que aun quedaban por introducir más de veinticinco centímetros de su negra hombría en mi interior.

-        Así mi niña, estás con muy buena dilatación, relájate que seguimos.

-        Vale, pero despacioooooooonngggggg.

-        Relájate, bien.

-        Uffff, nnnngggghhhhhh, ¿Falta muchooooo?

-        Ja, no has llegado a la mitad.

-        Detente allí, te lo ruego.

-        No, lo siento, pero la tendrás hasta que mis testículos golpeen tu almejita.

-        Entonces, uffff aaaayyy, por fav?nnnghnhhhg?vor, nnnnnggggh, mastúrbame o has algo así para calmarme un poco el dolooooorrrrnnnngggghhhnnnnn.

   La verdad que a esa altura, no tenía problemas en sobrellevar psicológicamente hablando, la idea de que me hurgara con sus dedotes, y eso era algo que necesitaba para calmar las dificultades de la dilatación anal. Dilatación que gracias al lubricante que me habían puesto mientras el otro de ellos me penetraba con sus dedos, y gracias también a esa penetración que de a poco me habia estando dando con anterioridad, no me producirían el desgarro que me hubieran causado al penetrarme en esa forma sin nada previo, aunque no por esto dejaba de ser extremadamente dolorosa. Dándome el gusto, quien me desvirgaba el ano, pasó por el costado de mi cuerpo uno de sus brazos, y llevó su mano a través de mi abdomen hasta posarse en mi inflamada y colorada vagina, y allí, comenzó a masturbarme con sus dedos.

   Si bien había tenido orgasmos, esta era la primera vez en esta orgía que agradecía que me estuvieran hurgando la ?chonchita?, no necesitó acariciarme demasiado para que comenza-ra a sentir los efectos, y pronto, el dolor anal se transformó en una mezcla rara que alterna-ba entre el ardor que sentía allí atrás y momentos en los que sentía la excitación de la mas-turbada que me daba, excitación que cuando se producía me hacia dejar de sentir el inmen-so dolor y podría, para mi pesar, reconocer que producía que resultara placentera hasta la penetración posterior que me estaba dando.

   Luego de unos intensos minutos en los que tuve que volver mi atención nuevamente hacia ese falo que besaba, lamía y acariciaba, por que introducirlo en mi boca resultaba casi épi-co, pude notar que su pelvis se apoyaba en mis glúteos, y ahí lo supe, me lo había introdu-cido hasta el fondo. No podía decir nada, más que agradecer que la peor parte hubiera ter-minado, y rogar que esa atrocidad que me estaban haciendo terminara cuanto antes. Y des-pués de detenerse uno o dos segundos dentro mío, como si disfrutara la hazaña, comenzó esa lenta y extraña retirada, su miembro empezó a deslizarse hacia fuera de mis entrañas haciéndome sentir que mi anillito se retorcía y daba vuelta como una media, sentía como la parte más gruesa del cuerpo del pene pasaba, como mi anillito levemente se cerraba y como comenzaba a hacer fuerza, esta vez desde dentro hacia fuera, la coronilla de la cabeza. Y allí tuve el indicio que me faltaba para saber que también esta actividad la disfrutaría, mi cuerpo nuevamente fue en contra de mi voluntad y me trajo la extraña sensación de no que-rer que esa ferocidad saliera de mi interior, y como un espasmo mi redondelito posterior se apretó tratando de contener dentro mío aunque sea una punta de mi desvirgante poseedor.

-        No te preocupes gatita, no te la sacaré en un buen rato ? me dijo el muy desgraciado interpretando lo que mi cuerpo le pedía. ?

-        Bueno. ? Le susurré yo completamente ruborizada ?

-        Ábrete que ahora comenzaré a encularte.

   Y así lo hizo, con movimientos continuos, y acelerándolos cada arremetida un poco más, inició un ?entra y sale? que me dilataba el ano en una manera placenteramente animal. Y, con la supuesta excusa de que tuviera más lugar para pasar su mano y así él siguiera mas-turbándome, yo en cada arremetida, empinaba más mis glúteos, y claro está mi agujerito, hacia arriba. Y digo excusa por que la verdad es que ya me estaba convirtiendo en una suer-te de gata en celo que disfrutaba cuando esa barra caoba salía y amaba cuando reingresaba.

   Allí estaba yo, lamiendo y masturbando al de el miembro descomunal, aunque todos lo eran, y siendo empalada de atrás por este otro negro que, de cuando en cuando, retiraba por completo su miembro y jugaba con sus dedos a abrir mi ano mientras seguía masturbándo-me con la palma de su manos y además ahora también tenia la otra masajeando mis pechos.

   Luego de un rato, momento para el cual ya estaba completamente dilatada, mi intruso posterior retiró su miembro, e incorporándose, se sentó al lado de donde me encontraba recostada apoyando la zona de sus glúteos justo en el borde de la reposera y dejando así su mástil completamente erecto mirando hacia el techo. Por un instante creí que buscaba que se la mame a él, pero de inmediato me aclaró lo que quería.

-        Ven, quiero que te pares delante de mí dándome la espalda y con una pierna a cada la-do de las mías, te inclines hacia delante dejando tu precioso culito a la altura de mi ca-ra. ? Y así lo hice ?

-        ¿así? ? Le pregunté mientras tomaba esa posición y me iba inclinando hacia delante. ?

-        Bien, ahora quiero que te vayas sentando sobre mi ?trozo de carne? para, lentamente, empalarte tu misma.

-        Uffff. ? Resoplé yo en parte por disgusto y en parte por saber que regulando yo las arremetidas podría ser algo un tanto más placentero. ?

   Él se recostó hacia atrás, lo cual solo exponía más su miembro, y yo sabia que tenia que ?auto-encularme?. Pero esta no era mi única función, ya que si bien el de el miembro más descomunal se había retirado no se a donde, ahora tenia delante de mí a quien me había penetrado en primer instancia, y poniendo su pene a la altura de mi rostro exigió que se lo mamara nuevamente. Lo cual no me resultaba fácil por que además de tener que estar su-biéndome y bajándome yo misma sobre ese miembro, quien me enculaba, mejor dicho, quien hacia que me ?auto-enculara? yo misma, como con sus manos me sujetaba de las caderas para ayudarme con el esfuerzo de subir y bajar, de penetración en penetración, me tiraba hacia abajo penetrándome hasta el fondo con su expuesto miembro, y en esos mo-mento tenia que desatender el miembro que succionaba para recuperar la respiración.

   Para esa época de mi travesía por el mundo de las orgías y el sexo interracial, yo ya esta-ba hecha un desastre, mi pelo estaba todo enredado por las sacudidas que me habían dado, y empeorado por la mezcla de transpiración y esperma seco que allí había ido a parar, además del que se encontraba por todo mi cuello, rostro y boca. Mi vagina estaba comple-tamente inflamada y con sus labios exteriores completamente enroscados hacia fuera, así como también estaba cubierta por semen, parte seco en todo mi bello púbico y piel y otra parte aun fluyendo de mis interiores expulsado por la presión que hacia en mi interior quien me penetraba, aun en estos momentos, analmente. Y por supuesto no quería ni mirar que pasaba por mi retaguardia.

   Pasados uno minutos en los cuales seguía siendo penetrada anal y oralmente, quien tenia el miembro más descomunal de todos reapareció parándose delante mío, por un instante creí que vendría a terminar lo que había dejado postergado pero pronto me di cuenta que tenían otro plan para mi. A quien estaba recostado debajo mío no le costó casi nada de es-fuerzo tirarme hacia atrás sosteniéndome con sus brazos pegada de espaldas contra él, que además, al pasar los brazos por el costado de mi cuerpo, aprovechaba para, sujetándome las muñecas delante de mi pecho, inmovilizarme. Mis piernas quedaron una a cada lado apoyadas en el piso ya que si no apoyaba mis pies, quedaba completamente recargada con el ano sobre ese miembro. Así, sin decirme nada, el del miembro descomunal inclinó su rostro sobre mi vulva, y comenzó a darme las mejores de las chupadas que tuve en toda la noche. No les describiré el tipo de cosas que me hacia con sus labios, lengua y dedos por que a esa altura no distinguía nada de todo el placer que me daba, la diferencia estaba en la furia con la que lo hacia. Mi vagina estaba nuevamente chorreando cuando él se incorporó, me levantó las piernas poniendo una a cada lado de su cintura y enfiló el tremendo taladro que tenia por pene contra mi temblorosa vagina. Si bien estaba completamente mojada y extremadamente excitada, el que me penetrara con ?eso? me causaba un temor indescripti-ble, temía que me desformara mi cavidad en forma permanente, y además, teniendo en cuenta el espacio interior que ya ocupaba a través de mi orificio anal el otro miembro, no sabia si esos descomunales monstruos tendrían lugar para cobijarse los dos juntos en mi interior.

   Todas las hipótesis fueron innecesarias ya que estaban dispuestos a probarlo en la prácti-ca. Creo no mentir si les dijera que mientras esperaba la penetración comencé a contar en vos baja, como si de una cuenta regresiva se tratara. Apenas sentí la punta comenzar a hacer contacto, me abracé con mis piernas a su cintura y tiré mi cabeza hacia atrás recosta-da sobre el hombro de quien, por el momento sin moverse, se incrustaba en mi ano.

   Su miembro comenzó a acomodarse lentamente, y las paredes de mi cavidad y labios va-ginales trataban de estirarse lo más posible para permitir su entrada, sinceramente creía que la penetración seria mucho más dolorosa, incluso me atrevería a decir que resultaba extra-ñamente placentero sentir la fuerte presión que la inmensamente abarcativa cabeza del miembro causaba en la parte más onda de mi intimidad.

   Por supuesto se podrán imaginar que ni por asomo pudo terminar de incrustar ese mons-truo en mi interior, y que cuando aun faltaba un buen tramo de su herramienta por fuera, fue suficiente para chocar con mi útero. Y viendo que no tenia dificultades para soportar lo que me hacían, inmediatamente comenzaron ambos a entrar y salir de mi interior lo que al comienzo resultó un tanto descoordinado por la incomoda posición que tenían, principal-mente quien analmente me penetraba desde debajo mío. Luego de intentar hacerlo así du-rante unos instantes, quien me penetraba vaginalmente, a quien fuerzas no le faltaban, me tomó las caderas con sus manos y me levantó levemente para, en parte penetrarme él con más comodidad sin que yo me resbalara por sus arremetidas hacia delante, y además eso le permitía a quien estaba por debajo hacer más cómodamente lo suyo también aprovechando que ya no necesitaba sujetarme con sus manos para amasar mis pechos desde detrás mío.

   A todo esto, regresó el hombre al que había estado succionando un rato antes, quien me tiró la cabeza nuevamente hacia atrás por sobre el hombro de quien tenia a mis espaldas y sin darme demasiadas indicaciones introdujo su miembro nuevamente hasta el fondo de mi garganta, o mejor dicho, hasta donde podía. Por supuesto, también esperaba algo de co-operación de mi parte, así que con una de mis manos y sin sacarlo de mi boca lo tomé y comencé a sacudirlo como lo había estado haciendo durante todo este tiempo, sin dejar de acompañar esta labor con mis labios y lengua.

   Estuvieron haciéndomelo por todos los lugares posibles al mismo tiempo durante lo que estimo deben haber sido unos diez minutos, tiempo suficiente para producirme un nuevo orgasmo el cual no fue tan salvaje como los anteriores, supongo que por no tener ya fuer-zas de ninguna clase. Y así quedé, cuando quien me penetraba analmente comenzó a gruñir en mi oído he instantes después descargo un arsenal de espeso fluido directo en mis intes-tinos, sentía como esa manguera se inflaba y escupía su carga una y otra vez en lo más pro-fundo que jamás llegó nadie en mi cuerpito. Y sin dar tiempo para salir ni acomodarme, empezó con su descarga directo en mi garganta aquel a quien se la había estado mamando últimamente. Como a esta altura ya se imaginarán, no tenia demasiados prejuicios por lo que era correcto o no hacer y además no era yo quien lo decidía, por lo cual yo misma lo ayudé a acabar. Lo ayudé a sacar todo lo que quedaba en los conductos de aquella venosa extremidad y así, mientras con mi mano lo oprimía desde la base hacia la punta, con la bo-ca y lengua limpiaba lo que salía, y como si fuera una experta, una vez finalizado, lo saque de mi boca y tragué lo que quedaba.

   Y ya, con las últimas fuerzas que me quedaban, terminé de soportar los embates del úl-timo que quedaba, para ese momento ya me encontraba con mis espaldas directo sobre la reposera, ya que los otros se habían marchado de mi lado, y quien me penetraba aun con esa particular herramienta se preparaba para vaciar otra carga en mí. Carga que no tardó en llegar y que, sin asombrarme ni lo más mínimo, fue tan abismal como anteriores veces, y si bien para ese momento ya no tenia sensibilidad en mis genitales y lo único que podía distinguir era el plaf?plaf de mis glúteos chapoteando en un pequeño charco de fluidos propios y ajenos que se encontraba sobre la reposera, pude notar como acababa por sus muy claramente gestos de placer.

   Minutos después, ya vestidos me cargaron hasta el cuarto de baño donde tomando un salvavidas de los que usábamos en verano me lo colocaron a la altura de mi pecho y me introdujeron en la tina de baño llena con agua tibia donde me quede hasta horas después, en las cuales dormité, pensé en lo que había sucedido y pensaba si ya se habrían ido.

   Cuando el agua ya empezaba a enfriarse, me enjuagué y lave todo el cuerpo y, juntando fuerzas de donde pude, salí para ver si aun se encontraban. Al salir pude ver que se habían ido y no se habían llevado nada, fui a mi cuarto a buscar un pijama y a acostarme aprove-chando que ya era nuevamente de noche, y encontré una nota sobre mi cama. En ella me escribían diciéndome que no se llevaban nada y que a cambio sabían que yo no le diría na-da a nadie. Cosa que, unos días después aun con mis genitales y ano medianamente infla-mados y considerablemente dilatados, en especial mi agujerito posterior del cual aun salían fluidos cada vez que iba al baño, no se si por temor o vergüenza decidí no hacer.

   Hoy, tiempo después ya no hay virginidad que conserve y esto se nota particularmente por que cuando mantengo relaciones con algún muchacho, siempre notan mi dilatación anal y por lo general siempre me piden hacerlo de ese modo, situación a la que en forma habitual accedo sin decir nada, ya que me he vuelto una sometida que no tiene él valor de decir no.

Relatos eróticos relacionados

En los departamentos donde vivo hay un macho como de 40 años que lava los carros en una ocasion lo vi y le dije que si tenia tiempo de lavar el mio me dijo que mañana por que tenia varios que hacer hoy le dije que si era sabado toco la puerta de mi depa le di las llaves de mi coche para que lo lavara y como a la hora me acorde que habia dejado en la parte de atras publicidad de un antro gay lo cual me puse...
05-Nov
121256
Desde la mañana del Viernes, que me encontraba con mis hormonas ardiendo, considero que todo se desencadeno cuando el profesor me dijo la noche del Jueves que a la mañana se iba con su familia de vacaciones y me pidió que por favor, no fuera a encontrarlo, porque la señora estaba desconfiando y un divorcio lo quebraría económicamente. La cosa es que no puede, no quiere y yo me siento como loca, porque a partir de ese momento tengo ganas de hacer el amor, me extrañó verme al espejo estrujándome los...
24-Jul
35624
[Fantasías Eróticas] Mi querido vicioso: hoy me has hecho pasar uno de los mejores días de mi vida en muchos, muchos meses, si los cuento... son al menos desde septiembre, cuando empezó el tema de la medicación, y echando atrás la vista, hasta el mes de mayo incluso. Me encantaría hacer el amor contigo, claro que sí, hace mucho tiempo que ese deseo va conmigo, a veces secretamente, porque como tú bien dices, la atracción que hay entre nosotros es, creo, mucho más grande de lo que pensábamos que podríamos llegar a tener con prácticamente un desconocido, y fíjate lo que me atrevo a decir.
09-Dec
18060
[Infidelidades] Lo vi y me encantó. Simplemente iba paseando y apareció ante mí como por arte de magia. Aunque más que rojo, aquel tanga era de un suave color granate. ¡Y no tenía costuras!. Era fantástico. No dudé en entrar a la tienda y comprármelo. Camino de casa no podía dejar de pensar en José María... estaba segura de que le encantaría, porque yo jamás había tenido un tanga de aquel color y... ¡Vaya, que creo que estrenar ropa interior es un motivo de fiesta!. Bueno, ya es de imaginar el pase de modelo, las posturitas delante el espejo y ante tu pareja y luego... Así que iba ideándomelas para sorprenderle. Aquel día era viernes por la tarde y casi iba siendo ya la hora de que mi marido saliera de la oficina para volver a casa... ¡era perfecto!. Decidí ir hasta allí, entrar a su despacho y mostrarle mi última adquisición de lencería.
17-Feb
26358
Nunca había tenido la necesidad de explotar las ganas de tocar mi cuerpo, de acariciarlo, de disfrutar de mis manos sobre él. Hoy al despertar de un sueño que se volvería un recuerdo, me insitó a ser yo mi propio primo. Sí, mi sueño intimo había pasado limites. Mi sueño se veía tan real que desearía que fuera así. Sentir las manos de Jorge vagando por todo mi cuerpo y disfrutando de ese momento tan perverso que mi mente estaba formando. Eran las 8 de la mañana. Afortunadamente era un...
27-Dec
59184
[Transexual] Soy un hombre muy hombre. Me gusta sentirme macho y hago ostentosidad de mi masculinidad siempre que puedo. Sí. De hecho, entré en el ejército con dieciséis años y lo dejé a los cuarenta, obligado por una lesión. Desde entonces, entreno cuanto puedo en un gimnasio cercano a mi casa y entreno a chicos en el noble deporte del boxeo. Puede decirse que soy un macho ibérico de los de toda la vida.
27-Jan
61756
No importa, lo lejos, lo distante, lo cerca o lo próximo que esté a mi, deseo seguir recordándolo, no lo amo, no lo quiero, siento que es un deseo físico, incontrolado por mí, sueño, mojo mi ropa interior al pensar en él, en el deseo de sentirlo cerca de mí, en su aroma de mañana, en el olor de su piel, de sus dedos largos sobre, dentro de mí, me humedezco cuando al despertar he sentido como él me había penetrado, como había entrado en mi interior, como había...
15-Sep
21601
[Sexo con Maduras] Todo sucedió en un suburbio de Lima, en el Perú. Por esas cosas impredecibles, mi casa de habitación quedó ubicada junto a la de Gloria, una mujer de cerca de 45 años de edad, cuyo matrimonio había fracasado y ahora vivía sola, aunque no deja de realizar fiestas con sus amigos. Sin embargo, y ello lo sabía yo por la cercanía de mi vivienda, nadie había aún redescubierto sus secretos eróticos.
14-May
32082
Las oportunidades que nos brindan las pacientes de convivir son únicas. Tal vez no sea correcto y lo admito, pero hay veces que una mujer no solo es hermosa sino que está totalmente desatendida de parte del esposo y no falta la que casi de manera abierta nos coquetea y pienso que si ella tiene ganas de coger y nosotros le negamos el gusto, lo mas seguro es que se vaya a coger con otro y así ni la disfrutamos nosotros ni ella está a salvo de...
23-Jan
34631