Relatos Eroticos de semental

Les voy a contar cuando trabajaba en una oficina en el centro de buenos aires hace bastante tiempo atrás. tuve un jefe que me clavaba su poroga todos los días apenas llegaba al trabajo. el tipo tenía unos 45 años y yo 20. era un tipo hermoso super masculino y con una pija gigante de 24x8cm . (descendiente de alemanes, 1, 90 de alto y unos 90 kilos, musculoso, barba cerrada rubio rojiza, blanco de ojos verdes). yo en esa época tenía 1,80 78kilos rubio oscuro, ojo miel, buen...

Hola mi nombre el Mariana y el relato que les contare en real, bueno comenzare contadoles que actualmente vivo con mi mama y su esposo, mama es joven ya que a mi m tuvo cuando recién termino el colegio, las cosas con papa no funcionaron asi que se divorciaron cuando yo tenia 14 años y ella se volvió a casar con Steve desde que el llego a casa las cosas cambiaron ya que mama trabajaba mucho y Steve trabajaba desde casa en la computadora. Un dia no fui al cole...

Soy luis tengo 19 años, desde que tenia 14 años empece a ser atraido x mi mama y mia ria, mi mama es atractiva de pelo al hombro mide 1.59, de piel clara, buen busto, buena cintura, y buenas nalgas, yo diria que sus medidas son 95-65-98, ella se mantiene en forma ya que a mi mama y a mi tia les gusta ir mucho al gimnasio, mi tia tambien es muy guapa, mide 1.57, de piel un poco morena, igual tiene buen busto, buena cintura y unas nalgas muy...

EL tercer curso en la facultad de Bellas Artes había terminado más que bien para mi amiga Silvia y para mí. Habíamos conocido a unos apuestos jugadores de un equipo de fútbol amateur algunos meses antes, cuando fueron a jugar a nuestra ciudad, Sevilla, contra un equipo local. Tan sólo pasamos una noche con ellos, una noche en que celebramos su victoria de una forma muy especial sexualmente hablando. Aquellos dos sementales nos dejaron marcadas desde el preciso momento en que nos despedimos de ellos aquella mañana, y en nuestras mentes...

Pandilla de diez chicos adolescentes. Lugar, una gran ciudad. Cuál? no importa. Todos, dueños de la más despampanante hermosura y virilidad, que venían además preparando de manera concienzudamente perversa, para cometer aquel acto de zafado impudor el cual consistía en atrapar a una muchacha que atraparían, y, a ésa, violarla hasta hartarse en medio de la más lujuriosa acción depravada en la cual descargarían sus ardientes ganas alimentadas además, por una preparación física que a esos efectos venían en ese sentido trabajando, para así llegar como potros sementales y descargar...

[Grandes Series] Provocado y exacerbado por las deliciosas caricias de Ojitos Verdes sobre la incansable verga de Don Anastasio, está continuó con los calientes y espesos chorros de sus pócimas testiculares, acompañados por la risa ardiente y por momentos grosera, de la fogosa e impetuosa muchachita. Esa mujercita, en cuyo hogar estaban llegando los invitados para festejarle su cumpleaños, desvergonzadamente fregaba sus senos con excitación sobre las espaldas del viejo encargado de los campos de su padre. Ésto lo excitaba, lo activaba casi con violencia al hombre, que, aunque sexagenario continuaba despertando su libido adormecido durante varios años. En las últimas cuatro horas, la pícara y escabrosa manceba, había transformado al viejo potro vencido, en un brioso semental impensado, descubrimiento que guardaría celosamente, tal vez para uso personal. El azabache animal, totalmente desbocado era seguida con velocidad por Tormento el negro ovejero de Ojitos Verdes, hasta que lo alcanzó, se le cruzó y ayudó al viejo con sus ladridos y mostrando sus dientes a que Bonito aflojara la carrera. Estaban a una legua casi de la estancia, cuando, el caballo se calmó.

[Amor Filial] Mi nombre es Begoña y vivo en una ciudad del norte de España, cuyo nombre prefiero no decir para mantener el anonimato de mi relato. Tengo 48 años y mi físico entra dentro del standard que puede considerarse normal para una mujer de mi edad: 1,68 m. de altura, pechos más bien voluminosos, anchas caderas, culo apretado, ojos verdes y cabello castaño. Estoy casada con Carlos, de 52 años, y tenemos una hija, Cristina, de 24 años, y un hijo, Borja, de 18 años. Pertenecemos a la clase media gracias al esfuerzo de mi marido, quien se pasa casi todo el día trabajando, demasiado tiempo para mi gusto. Es, como le digo muchas veces, un verdadero adicto al trabajo. Tanto es así que sus obligaciones maritales las tiene bastante olvidadas por lo que muchos días tengo que autosatisfacerme a escondidas, cuando estoy sola en casa, para compensar esa falta de atención de mi esposo.