Un caballo para las mujeres (I)

Autor: Anónimo | 13-May

Dominaciones
Sin saber exactamente cómo, ni porqué, me desperté un poco atontado. Lo último que recordaba de anoche era que una joven y hermosa mujer, delgada, de estatura mediana, blanca, de ojos y cabellos negros, se me había acercado en el bar y me brindó una bebida. Luego de eso no hay más nada en mi cabeza hasta ahora que me despierto.

Me encuentro tirado sobre un montón de paja, las paredes del lugar son de madera, puedo ver a mi lado derecho, en el piso y pegado a la pared, lo que parece ser un comedero. Delante de mi se encuentra una puerta un poco ancha pero chica, si acaso de un metro de altura, y sobre la cual entran los rayos del día.

Traté de ponerme de pie pero un tirón de mi cuello me llevo nuevamente hasta el suelo, estaba amarrado por el cuello a una argolla que se encontraba en la misma pared en la cual estaba el comedero. Pude percatarme también que no tenía nada puesto más que calzón negro. Por lo demás, no tenía ni medias, ni zapatos; nada. El comedero estaba dividido en dos secciones: la una tenía agua, y la otra lo que parecía ser avena. Empecé a llamar a gritos a cualquiera que me escuchara pero nadie venía. Luego de casi una hora de estar en esto, el hambre se empezó a hacer más fuerte, por lo que decidí probar un poco de la avena que había en el comedero. Todo esto tenía que hacerlo a cuatro patas ya que el comedero estaba en el suelo y además era lo que me permitía la soga que me amarraba del cuello.

Luego de un rato pude vislumbrar dos siluetas que se acercaron a la puertilla del lugar donde me encontraba. Dado que el sol entraba por allí, no podía ver claramente quienes eran, pero por la silueta pude ver que eran dos mujeres, una de las cuales traía puesto un sombrero vaquero. La puerta se abrió y ambas entraron, ya dentro las pude ver mejor. Una era una mujer alta, rubia y de ojos claros. La del sombrero vaquero era la chica con la que había platicado la noche anterior. Ambas estaban de pie frente a mí vestidas con jeans, unas botas y camisa de cuadros. Sin dudarlo les dije que me soltaran y que pagarían por esto. Inmediatamente después de mis palabras, la rubia me dio una cachetada con mucha fuerza y me gritó que me callara. Literalmente dijo: “Cállate! aquí no tienes ningún derecho, aquí solo eres un animal!”. Al tratar de responderle me dio una patada en el pecho que me hizo tumbarme a sus pies. Continuó diciendo: “Aquí eres solo un animal, un caballo, y como tal serás amaestrado. Te dejarás montar por cualquier mujer de las que estamos en este establo de entrenamiento”. A lo que yo le contesté: “¿Cómo? ¿Qué es lo que les sucede a ustedes?” Seguidamente a mis palabras hubo otra patada dirigida esta vez a mi cara. Esta me estremeció más aún, dejo mi nariz sangrando. La rubia dijo: “Cállate, los caballos no hablan. En adelante contestarás sólo sí o no con un movimiento de tu cabeza, ¿entendiste?” Con tal de no recibir otra patada no me quedó más opción que hacer un gesto de afirmación con mi cabeza. “Así me gusta” dijo la rubia, y continuó al tiempo que me tiró una pequeña toalla “toma, límpiate la nariz con esto, ya que te van a ensillar para empezar tu entrenamiento. Mónica se encargará de eso”. Y diciendo aquello, la rubia dio media vuelta y se marchó dejando la puerta de mi establo abierta. Mientras, Mónica se dirigió al lado izquierdo de mi establo donde había una silla de montar que allí se encontraba y de la cual yo no me había percatado antes.

Yo estaba en cuatro patas. Tomó una especie de riendas que también habían allí y se acercó a mí. Mientras me las iba poniendo en la cabeza me dijo: “Esto es un negocio, probablemente cuando estés listo serás vendido a alguna clienta, mientras tanto confórmate con saber que ahora eres nuestro caballo y como tal serás entrenado, montado y cabalgado.” Al tiempo me iba instalando el sistema de las riendas que cubrían la parte superior e inferior de mi boca, lo que no me dejaba abrirla del todo. Luego, como en las riendas de los caballos, la mía empezaba a un lado de mi boca, pasaba por detrás de mí, a mi espalda dónde iban a ser manejadas y terminaba en el otro extremo de mi boca. Yo no podía creer que me encontraba en esta situación, siendo arreglado para ser montado por una jineta como si yo fuera un caballo. Luego, tomó la silla de montar la cual tenía tenia sus estribos igual a la silla de los caballos y pude sentir el olor a cuero de la misma cuando me la fue acercando. Posteriormente dejó caer la silla sobre la parte inferior de mi espalda. La misma se amoldaba a la forma de esta área de mi espalda. Ella se agachó y amarró las correas de la silla por debajo mío, en mi abdomen. Mónica se volvió a poner de pié, soltó la soga que me ataba el cuello y me dijo: “Ya estás listo para ser montado”.

Debo admitir que la mujer era bella, estaba de pie frente a mí vestida con sus botas chocolates, jeans azul y camisa de cuadros. Un sombrero de vaquera y su cabello negro suelto, mirando hacia abajo, a mí, tenía un aire de superioridad. Prosiguió: “lo primero que debes aprender es que cada vez que una jineta te vaya a montar, la misma se parará enfrente de ti, así como estoy yo en este momento, y tú deberás agacharte a sus pies y besárselos, esto lo harás como muestra de tu sumisión y obediencia, cada vez que te vayan a montar. Si te montan 100 veces en el día, las 100 veces deberás agacharte y besarle los pies a tu jineta. "¿Entendiste?” A mí no me quedaba más remedio que aceptar aquello, así que hice un gesto de afirmación con mi cabeza. Ella dijo entonces: “bueno, ¿qué esperas?”. Ya sabía lo que quería que hiciera. Yo, sintiéndome totalmente humillado me fui inclinando lentamente hasta llegar a sus pies. Estando allí acerqué mis labios y le besé las botas una vez cada una. La humillación era terrible. Ella dijo entonces: “muy bien”, y habiéndolo dicho caminó hacía uno de mis costados, se detuvo y pasó una de sus piernas por encima de mi espalda. Estando ya allí, se dejó caer sentada sobre mi espalda. La misma se me dobló un poco con su peso. Luego estuvo acomodándose un poco, se levantaba un poquito y se volvía a dejar caer dando como saltitos, como probando la amortiguación de mi espalda para que la misma se hundiera un poco y poder ella estar más cómoda sobre mí. Y en efecto me dijo: “encorva un poco más la espalda, húndela más”.

Tuve que hacerlo. Esto era para mí algo inaudito y extremadamente humillante. Tenía montada sobre mí a una mujer que, además de que me iba a cabalgar, me exigía tener doblada mi espalda, lo que era doloroso, sólo para que sus nalgas estuvieran más cómodas sobre mí. Luego de hacerlo, y de que ya estuvo cómoda, metió una de sus botas en el estribo de mi lado izquierdo, y luego acomodó la otra en el estribo del lado derecho. Ya estaba completamente sentada sobre mí, todo su peso era soportado por mi cuerpo. Luego dio un pequeño salto más para terminar de acomodarse bien, y tomó las riendas templando un poco mi cabeza haciéndome mirar hacia el frente. Entonces ordenó: “Muy bien, camina” al tiempo que sacudió las riendas. Así que lentamente di mi primer paso con ella encima. Ibamos hacia fuera del establo.

(Mi historia como caballo no terminó aquí, apenas empezaba. Continuará)

[email protected]

Relatos eróticos relacionados

Me llamo Micaela, tengo 21 años, vivo sola desde los 18, se puede decir que soy una zorra con todas las letras. Hubo una persona en mi vida que mucho me enseñó a sacarle provecho a mis dotes naturales. Trabajo hoy dia en una empresa de telefonos y estudio un terciario. Siempre me gustó el dinero, valermelas por mi misma, pero en mi país los trabajos no siempre son bien remunerados, por lo tanto recurro a algunos "trucos" para conseguir una ayuda extra. Nadie de mi familia conoce sobre mi...
24-Sep
43014
[Grandes Relatos] Comenzaré diciendo que fui educado en el seno de una familia muy conservadora, donde el tema del sexo era un tema tabú. Durante muchos años, fruto de ignorar su existencia, nunca me interese por el sexo. Por eso, puedo afirmar que conocí primero el amor que el sexo.
26-Nov
38950
Llevamos casados 3 años, ella tiene 30 años y yo 42. al 2 año ya empezamos a fantasear, mientras hacíamos el amor, con la participación de otro hombre en nuestros juegos y era algo que nos excitaba mucho. después de unos meses de fantasías decidimos dar un paso mas y salíamos a discotecas o conciertos vistiéndose ella muy sexy y provocativa, minifalda muy corta y blusas transparentes y escotadas sin sujetador. solíamos acudir a sitios donde hubiese bastante gente y siempre habían tíos que se rozaban con ella o la...
16-Apr
30136
Yo tenía 15 años.Ya tenía alguna experiencia sexual, aunque de escaso valor.Alguna prostituta.Nunca había tenido ninguna aventura sexual resultado de una relación.Vivíamos en el campo. Una tía vieja nos visitaba por alguna temporada. Hermana de mi padre, y mayor que él. Hoy pienso que ella tendría más de 50 años. Era viuda, y sus hijos, mis primos hermanos, eran mayores que yo.Viajábamos una noche en el auto de mi padre hacia unos vecinos de campo, distantes unos 20 o 30 minutos, por caminos de tierra. Mi tía vieja y yo...
13-Oct
126703
Eran las once de la noche, un pequeño ruido me despertó y con ese pretexto me levante y me dirijo a la sala donde se que duerme mi hijastra, tiene quince años y tiene el mismo cuerpo de mi mujer a su edad. Es como tener una segunda oportunidad de tener el mismo cuerpo. Como se imaginan, al conocer a mi mujer ella ya tenia hijos asi que no la pude gozar virgen. Ahora cualquier pretexto me sirve para ver a mi hijastra alli tendida en su camita con sus...
12-Jan
63805
[Orgías] Me llamo Marta, cuando empecé la Universidad, me mudé de casa de mis padres, en un pueblo del interior de Cataluña, a Barcelona, provisionalmente, me instalé en casa de mi hermana, cuatro años mayor que yo, y casada desde hace dos años. Debo decir que tanto mi hermana como mi cuñado no pusieron ninguna dificultad a que me instalara con ellos con lo que mis padres quedaron tranquilos, de que su hija pequeña, no estuviese sola en la gran ciudad, que pudiera ser controlada por su hermana y no descarriarse, según su forma de pensar, por la libertad que confiere vivir sola a punto de cumplir dieciocho años. Mi hermana Julia y su marido Juan vivían su vida y no se interferían para nada en la mía.
27-Jan
45293
Mi historia se origina cuando decido darle una sorpresa a mi madre, aprovechando que ella había ido a visitar a mi hermana ya casada y que vive al norte del país dándole un buen mantenimiento a la casa ya que hacia mas de tres años que no lo recibía y eso a raíz de la muerte de mi padre, no hubo ningún contratiempo hasta que ya nadamas me faltaba acomodar las cosas que yo creí que mi madre no quería deshacerse de ellas por lo que las lleve a ese...
11-Jun
36561
[Heterosexual] ¡Que iluso fui al pensar que aquella noche iba a ser como las demás!. Como cada sábado, me preparé para ir a pinchar música al local donde trabajaba. Había estado toda la tarde en Internet charlando con mis buenos amigos/as del chat y pasando unos ratos muy agradables a la par de, porque no decirlo, morbosillos. Lo único fuera de lo normal es que esa tarde no estaba por allí conectada una muy buena amiga de las que en ese chat son habituales. Pregunté, pero nadie me supo dar respuesta.
04-Jul
14146
Y siguen los relatos de la piruja de mi vieja: cada ves que cogíamos y para que nos pusiéramos mas calientes....después del cachondeo, me gustaba y a ella le encantaba que le besara los pies...que por cierto duraba un buen pues era una cosa que la hacia ....casi venirse y de ahí me iba a mamarle su cochito y su culito....ah como gozaba que le hiciera esto.... y enseguida me decía....ya meteme la verga, ya no aguanto....agggg...cógete a tu puta....soy tu puta...ya métemela...no seas así...me tienes bien caliente.....pero yo la hacia...
21-Apr
15830