Mi primera vez con otro hombre

Autor: Graciela | 06-Apr

infidelidades
Hola!! Mi nombre es Laura Graciela, soy uruguaya, 51 años de edad y 22 de casada, morocha (morena) cabello negro corto, gordita y la verdad, no represento ni ahi, la edad que tengo.

Toda esta historia que voy a contarles, comenzó hace unos años cuando a mi marido se le ocurrio la idea que yo me entregara a otro hombre. Pues bien, esa posibilidad ni me hacia nada, pues no me interesaba. Hasta que descubro a mi marido que tenia una historia con una compañera de su trabajo.

Mi indignacion fue tal, que primero pase meses sin permitirle tener sexo conmigo, y luego comence a hacerme a la idea de hacerlo con alguien. Yo la verdad, nunca me habia fijado en nadie pues mi marido lo tenia todo: buen mozo, bueno en la cama, con mucho dinero, me daba muy buen pasar, pero eso si, tremendo mujeriego. Y ahi comence a hacerme a la idea de buscarme a alguien para hacerlo. No iba a ser facil para mi.

Pero, la vida tiene esos momentos especiales. Un dia estando sola en mi dormitorio, llamo a un sanitario (fontanero) para efectuar un arreglo en la cocina de mi casa. Cuando llega y llama a la puerta, voy a abrirle y ... guauuu!!, yo que nunca me fijaba en ningun otro hombre, quedo boquiabierta con el tremendo pedazo de macho (muy joven) que llegaba a hacerme el trabajo.

Hermoso ejemplar masculino, y encima, tremendamente timido; yo estaba vestida con un short muy diminuto y una blusa que cubria mis seños y poco mas, y todo eso lo turbo, notoriamente. Ahi si, me libere. Lo primero que traje a mi cabeza, fue el affaire de mi marido con su compañera de trabajo. Ese fue el motor que me impulso para iniciar mi venganza. Luego de indicarle al chico, el trabajo que debia realizar, me fui a mi dormitorio y cambie mi vestuario por unas ropas transparentes (short y camisa), quitandome las bragas y el sosten. Asi vestida, baje nuevamente a donde estaba el chico trabajando y comence a buscarle charla. Cuando de pronto se fija en mi, se turba nuevamente, a lo cual le pregunte por que se ponia colorado y tartamudea algo inentendible.

Yo, que jamas me imaginaria tomando la iniciativa en el sexo, entonces me acerco a el, le tomo una mano y la llevo directamente a mi vulva y el por su cuenta, lleva su otra mano a mis senos.

Lo que siguio de inmediato, no vale expresarlo en palabras. Solo puedo decir que me tomo en sus brazos y me llevo a un sofa, donde literalmente "me cogio", porque fue muchisimo mas que hacerme el amor. Su "herramienta" estaba durisima, y yo mojadisima; eso era exactamente lo necesario para lograr una penetracion que me hizo ver estrellas, soles y lunas, todo al mismo tiempo: es que el chico ademas, era muy bien dotado, y me lo hizo sentir.

Fueron tres, cuatro, quizas cinco, minutos, y alcanzamos un orgasmo simultaneo como hacia años no lo alcanzaba con mi marido (Alberto). No dio tiempo a sacarla, por lo cual se corrio completamente dentro de mi. Y yo hubiera deseado que esos segundos fueran horas. Fue divino. El pobre chico quedo "muerto" sobre mi, pero con una carita de felicidad, indescriptible. Luego repetimos el acto una vez mas, aunque ahora si, pareciamos dos viejos amantes, porque disfrutamos de nuestros cuerpos, de una manera muy especial. Lo que no hicimos al principio.

A partir de ese dia, y por espacio de un año, todas las semanas nos veiamos dos y hasta tres veces, donde haciamos el amor durante horas.

Al cabo de cuatro meses, decidi contarle a mi marido que me estaba viendo con un hombre joven y bien dotado, que me hacia el amor de tal manera que me tenia como esclavizada con el. Eso a Alberto lo ponia a mil ... y con tremendas erecciones, me hacia el amor dos y hasta tres veces por noche, cada vez que se lo contaba.

Puedo decir, que nuestra vida sexual, a partir de entonces, mejoro notoriamente, con mi esposo motivado para competir con un chico mucho mas joven que el, y yo olvidando por completo la aventurita que tuvo con su compañera de trabajo.

Lo que si no me atrevo a confesarle, es que el chico (Nacho) lo hace muchiiiiiiiiiiiiiiiisimo mejor que el.

Pero ese es mi secreto.

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