Mi hijo me cogió muy rico estando borracha

Tener sexo estando borracha era algo que no hacía desde hace mucho tiempo. Por desgracia, mi esposo trabaja mucho y ya casi no le da tiempo ni a mis hijos y ni a mi más que para que le prepare el desayuno.

Pero afortunadamente tengo un hijo, Jorge, quien ya es adulto o al menos mayor de edad y que sin duda me la he pasado muy bien como compañero y como amante. Jorge es mi muchacho de 21 años. Una de las cosas que mas adoro de él es su forma de tratarme, tanto en la cama y como su madre que soy. El a ocupado el puesto de mi esposo por unos meses y valla que lo a hecho de maravilla. Por otro lado tengo a mi hija. Caro, también ya es mayor de edad y es un ángel. Muy simpatica, inteligente, amable, sacó un lado bueno. Y de jorge, diría que es una combinación de ella y lo que mi esposo no tiene. Ser dominante, cariñoso, darme apoyo. Quisiera que un día mi esposo me dedicara un tiempo, pero lo dudo. Y es por eso que pasó lo siguiente:

El estrés, la tristeza, el cansancio y la necesidad de tener a mi esposo se habían juntado en una noche cuando salí con mis compañeras de trabajo. Desahogarme un poco con la musica y un poco de cerveza me hacía falta desde hace tiempo. Aunque no era muy tarde regresé a casa a las 11:30. Las botellas que me había tomado ya me habían hecho efecto. Me sentía mareada aunque no cayendome. Fuí a la cocina. Tenía que tomar más. Era mi día para dejar salir todo ese malestar. Toda esa carga. Tomé una botella de vino y una copa, y me serví. El mareo hizo que hiciera algo de ruido.

- ¿mamá?, entraba Jorge a la cocina con una cara de sueño.

- ...hola...precioso, lo saludé con una voz suave.

- ¿que pasó? Tienes los ojos rojos.

- no nada, contesté tallandome los ojos.

- ¿lloraste?, ¿te corrieron?

- ni digas eso, tontito.

- ¿entonces?

Lo miré a los ojos. Mirar su rostro fue como viajar en un paraiso. La ebriedad me hacía ver a mi hijo como un hombre queriendome seducir. Me empezaba a gustar. De por si no es feo, es un chico atractivo pero verlo de otra manera que no fuera lo que es, estaba mal. Me recargue sobre la barra para evitar caerme. Mis ojos bailaban por toda la habitación. Las sillas parecían bailar, todo se movía a mi al rededor.

- hey! Mamá! Te caeras!, me avisaba Jorge tomandome de la cintura.

Sus grandes manos cubrían mi cuerpo.

- me siento un poco mareada

- si, se te nota.

Estaba parado frente a mi, invadiendo mi espacio personal.

- estas toda despeinada, mama, pero aún así sigues estando hermosa, me decía peinandome.

- jaja ay gracias, precioso. Deberías de eseñar a tu papá a ser detallista.

- a papá lo ha consumido mucho su trabajo, debemos entenderlo, pero no estás sola, nos tienes a Caro y a mi.

- lo sé, y se los agradesco mucho, le contesté y lo abracé fuertemente. Tocar un cuerpo masculino como el de mi hijo era casi nulo. No va al gimnasio pero practica natación y valla que le ha ayudado a tener una buena imagen. Su pecho me hacía sentir muy protegida y querida. Algo que no he recibido en mucho tiempo, y que justo Jorge me lo dio cuando más lo necesitaba. Dios, a pesar de que estaba durmiendo, tenía un aroma muy penetrante y fresco que hizo derretirme por completo. Acerqué mi rostro a su cuello y respire ese aroma tan varonil de mi hijo. Me separé mirando de reojo sus labios. Se veían tan antojables, en verdad.

- ¿que pasa, mamá?, me preguntó.

- ...heee...

Se acercó a mi rostro y bajó a mi cuello cubriendolo con sus ricos labios.

Levanté la cara al techo y cerré los ojos para sentir su boca.

- ...Jorge...

- ¿que mamá?

- ...¿que haces?

- que es lo que parece..., me dijo con tono sexy y seductor.

Mis manos nafraugaban en su pelo. Abrazaba su cabeza. Disfrutaba de sus besos. Lamía mi cuellos muy rico.

- sabes muy rica, mamá.

Sus manos no se despegaban de mi cintura. Me agarró fuerte y me subió a la barra quedando sentanda. Separé mis piernas y se pegó a mi. Nuestras caras estaban a cinco centimetros de distancia. Lo miraba.

- ven, le dije jalandolo de la nuca y lo besé. Nuestros labios se combinaban. Nuestra saliva se mezclaba entre nuestras bocas. Puso sus manos en mu culo y me acercó a él.

- que rico culo tienes, mamá.

Reí al escuchar y dije:

- tocalo, es tuyo, mi vida.

- si mamita, solo te lo agarré y se me paro la verga. Se me empezó a poner dura.

Decirme eso me excitó más de lo que ya estaba. Sentía mojada mi vagina. Estaba húmeda. Sentía como mis pliegues se abrían.

- quitame el pantalón, y cogeme, le pedí.

Desabroché el botón y me bajé el cierre mostrando mi calzoncito blanco.

- ven, levantate un poco, me dijo.

Levanté el culo apoyando las manos en la barra. Jaló mi pantalón de forma que me lo quitó por competo.

Sus ojos viajaban por mis piernas y se centraban en mi calzón blanco. Abrí las piernas.

- Dios! Estás muy rica, mamá, me decía tocandose su duro miembro.

Se acercó dandome un suave beso. Me desabrochó mi camisa. Mi brasier estaba a la vista. Me los jaló con fuerza, liberando mis ricos pechos. Mis puntas estaban paraditas. Acercó su boca y se metió una de mis puntas. Me jaló suavemente. Me succionaba la teta muy rico. Sentía como si estuviera amamantando.

- sigue, corazón, chupame.

Soltó mi teta y la lengueteo.

- dios, mamita. Ojala y te pudiera salir un poco de leche.

Cubrió con su mano mi seno derecho y me lo apretó como si quisiera exprimirme.

Bajó su otra mano y mi vagina. La resbalo sobre mi telita blanca. Sentí riquisimo su mano, sus dedos. Me acariciaba lentamente haciendo crecer mi excitación. Bajó la mano hasta la entrada de mi culo y con su dedo me fue penetrando el calzón en el ano.

- rayos, espera. No hagas eso.

- ¿porque mamita? Rejalate.

Respiraba lentamente. Sentía el calzón dentro de mi culo húmedo.

- sacalo, manchare mi calzón, mi amor.

- no creo que seas tan sucia, mamá.

Retiró su dedo. Dobló mi prendita y me froto el ano con ese mismo dedo.

- Aaahhh!!! ¿Porque te gusta hacer eso?, le pregunté.

- porqué estás bien ricota, mamita. Tienes un culo muy antojable.

- siento muy húmedo el culo.

- que rico mamita. Me gustaría lamertelo.

Aunque eran muy perversas las cosas que me decía, me gustaba que las siguiera diciendo y que las hiciera.

Sin decirme, metió lentamente su dedo en mi rabo.

- Aaahhh, Dios!! Dije y lo abracé fuertemente.

Sentír su largo dedo bien hasta adentro, era algo que no imaginé que fuera a hacer.

- ¿que sientes, mamá? ¿te gusta?

- ...siento raro pero me agrada.

Movía circularmente su dedo dentro de mi. Abrí por completo mis piernas para estar más cómodos.

Tomó mi teta izquierda y me jaló la puntita con sus labios.

- si, que rico, dije.

- que rico es todo lo que te hago. Tu hoyo está muy profundo, mami.

Sacó su dedo. Lo miró y se lo metió a la boca. Lo succionó probando muy tranquilamente el sabor de mi culo.

- que sabroso está tu culo, hermosa.

- no lo hagas más. No creí que fueras tan sucio.

Nunca imaginé que fuera tan pervertido y sucio.

- ven mamá, te la voy a meter.

Me bajó, me giró de forma que le diera la espalda.

Agarró mi trasero y me lo apretó. Me dio una rica nalgada. Escupió sus dedos y me metió nuevamente uno en el ano.

- Aaahhh!!!! Rayos!!!

- bien que te gusta, mamá, no te hagas pendeja.

Me penetraba rápido el culo con su rico dedo. Mi hoyo estaba muy lubricado de mi lubricación anal y de su saliva. Se sentía rico. Se agachó. Me abrió las nalgas y me lamío el ano lentamente.

- que rica sabes.

- ¿enserio?

Alzó mi traserito. Y me chupó mis pliegues. Me los jalo muy suavemente, succionandolos al mismo tiempo.

- Aaahhh!!! Que rico. Comete mi culo, precioso, le pedí acercando su cabeza a mi culo bien abierto.

Resbalo su lengua en toda mi zona. Lamío mi vagina bien mojadita.

- se te ve el orificio de tu vagina, mamita. Lista para que te penetre bien rico.

- penetrame, entonces. Meteme tu vergota.

Se levantó y se desabrochó desesperadamente el pantalón. Se lo bajó. Bajó su calzón y me untó su verga en mis pliegues.

La tenia dura, caliente. Me untaba su verga en mis nalgas. La tenía larga. Estaba muy excitado. Agarró su verga y acercó su punta de forma que entreara entre mis pliegues. Me la empujó lentamente hasta que meterla en mi rica vagina.

- Aaahhh!!! Dios!!! Que rico me la metiste!!

- que sabroso, mamita!!! Te entró toda!!!

- si, bebé!!! La tengo bien adentro!!

Me abrió el culo y me la empujó más

- siii!!! Así!!! Cogeme!!!

Me apoyé en la barra y separé más las piernas.

- eso mamita, así te quiero ver. Bien abierta.

Me acaricié las nalgas. Me empecé a frotar el ano con el índice. Quería ver como se excitaba.

- que rica mamá. Metetelo, penetrante el culo.

Escucharlo decir eso me agradó mucho. Hice lo que me pidió. Dios, pensé que sólo a él le gustaba hacer eso. Me apretó la cintura y me penetró hasta el fondo.

- Aaahhh!!! Siii!!!, jadeaba yo. El sexo y el alcohol combinaban muy bien.

- eso!! Mamita!!! Para bien tu culo que te quiero coger bien rico!!!

Me levanté de puntas y halze el trasero.

- ¿así te gusta?, pregunté con una voz cansada.

- si, me encantas.

Retiré mi dedo del culo y lo pasé a mi vagina para empezarme a frotar mi clítoris. La lubricación de mi culo se sentía tan rica en mi vagina. Mojé mis pliegues.

Coger con mi hijo era mejor que coger con mi esposo. No cabe duda que lo preferiría más él.

- que bueno que aún no plega tu papá, le decía.

- si, ojala y siga tardando para cogete más.

- si, mi amor. Cogeme tan rico como puedas. Soy toda tuya.

Pasó su mano derecha a mi ombligo de modo que quedamos muy pegados. Subió lentamente a mis pechos y tomó la punta de mi teta derecha y me la pellizcó muy suavemente.

- que rico, sentí!!!

Se verga era tan larga que me llenaba muy sabroso.

- dios, mamá, creo que me vendré!!

- si hermoso, vente dentro de tu mami!!!

- ¿eso quieres, maldita?

- si, eso quiero, pero no me digas así!!

- yo te digo como quiera, me contestó justo cuando aceleró más.

- Aaahhh!!! Dios!!! Sigue!!! No pares!!!, jadeaba como una loca.

- no grites, despertaras a mi hermana.

- es que... no puedo.

Me cogió más rápido, tenia ganas de vernirse. Lo notaba. Su respiración era muy agitada.

- sii!!! Así!!! Ya mero!!! Me vengo!! Dios!!! Siii!! Siii!!

- aún no, mi amor. Esperame, dije frotandome con rapides el clítoris.

Quería que ambos nos corrieramos.

- sigue!! Sigue!!, masturbate mamita.

- siii!!! Aaahhh!!!! Puta madre!!! Que rico!!!, sentía yo de maravilla. Mis piernas comenzaron a temblar, mis ojos vagaban por todas partes, mis ojos se cerraban de lo rico que me estaba corriendo.

- ¿estás lista?, preguntó exaltado y excitado.

- si amor!! Me quiero venir!!, dije muy caliente y con una voz cortada.

- que rico!!! Siii!! Ya!!! Ya casi!! Aaahhh!!!, Dijo al venirse por completo dentro de mí. - se siente caliente, mi vida. Me llenas muy rico, decía yo recargada en la barra.

Estaba exhausto. Cogerme lo cansó. Sacó su flacido miembro. Me sentía muy húmeda. Su semen me invadió todo el cuerpo por dentro.

- debemos dormir, bebé, le dije besando sus mejillas.

- ...ajá... Si, vamos.

- pero despacito porque despertara Caro, le dije.

Me subí el pantalón al igual que él, y nos dirigimos a mi recamara tambaleándome de lo mareada.