Me visto muy bien para mi marido, pero soy una gran puta

Autor: Rita | 16-Feb

Infidelidades
Hola. Mi nombre es Rita, soy una chica joven y casada desde hace pocos meses con mi novio de toda la vida, pero lo que quiero contar no está precisamente relacionado con nuestras relaciones maritales, pero esperad un poquito? creo que lo primero en estos casos es describirme un poco: Soy una chica castaña, no demasiado alta, mido 1m 67cm y creo que estoy bien proporcionada, vamos, tengo mis curvas y en estos tiempos de trastornos alimenticios yo estoy muy orgullosa de tenerlas? mi pareja siempre dice que estoy buena y yo se que los hombres prefieren ese tipo de físico donde pueden agarrarse a algo.

Por lo demás, creo que soy bastante resultona, me gusta arreglarme, oler bien y resultar todo lo deseable que pueda tanto mi marido como para mi misma? y si de paso atraigo a los demás hombres no es algo a lo que vaya a hacer ascos, soy coqueta como cualquier mujer, y la que niegue que le gusta que la deseen es una mentirosa, pero aparte de esta coquetería femenina natural nunca había ido más lejos? hasta que mi amiga Laura me buscó la perdición (quizá me autoengaño y sólo la culpo a ella para sentirme mejor con mi conciencia, ya que lo cierto es que he disfrutado muchísimo las experiencias que voy a contaros pero lo que es innegable es que todo lo desencadenó ella). Cuento esto porque necesito contarlo a alguien y no puedo, y si no lo hacía iba a reventar. No se muy bien como empezar? supongo que mejor por el principio.

Todo empezó cuando me casé y mi novio, Óscar, y yo nos mudamos a nuestro pisito. La verdad es que nunca me gustó demasiado trabajar, y supongo que como muchas chicas (cada vez menos) me monté una especie de fábula en la cuál mi futuro marido ganaría suficiente dinero para los dos, y yo no tendría una necesidad imperiosa de encontrar empleo una vez casada, incluso podría dedicar un tiempo a tener niños y este tipo de cosas? pero la realidad resultó muy distinta. En cuanto dejé la casa de mis padres, con quienes había vivido hasta ese momento sin que me faltase de nada, me di cuenta de que con el sueldo de Óscar no iba a bastar.

La hipoteca, el coche y los demás gastos se hacían insostenibles, así que decidimos que yo tenía que buscar un trabajo. La casualidad que es muy oportuna quiso que mi amiga Laura se encontrase en una situación similar. También casada con su chico, amigo del mío y buscando trabajo, sin saber muy bien donde mirar, en fin, hablábamos mucho las dos sobre esto que representaba nuestro problema común y procurábamos buscar juntas en webs de empleo o en anuncios. Un día Laura me dijo que había encontrado a través de un amigo común una empresa que buscaba un par de administrativas para hacer el trabajo de despacho en unas obras en las afueras. Parecía demasiado perfecto después de tantas decepciones seguidas, así que ese mismo día las dos fuimos para allá de punta en blanco para causar buena impresión.

Quizá ese fue nuestro primer error? ponernos ?demasiado guapas?. Cualquier mujer sabe por experiencia diaria personal el ambiente que emana de una de esas obras, machos que parecen estar en celo, como tiburones al acecho de carne fresca, y nosotras dos éramos una carnada de primera. En cuanto cruzamos el exterior de las instalaciones se provocó un concierto de silbidos y piropos subidos de tono.

Rojas como tomates procuramos meternos lo antes posible en las oficinas, a salvo! Al entrar nos cruzamos con un negro imponente, estaba superfuerte el tío y tenía una cara agresiva que daba verdadero miedo? esto nos puso más nerviosas si cabe, pero enseguida nos atendió el jefe de obra, que aunque por supuesto parecía un señor más formal que los obreros no dejo de echarnos un par de miradas a las piernas y el escote. La verdad es que todo pareció salir bien, nos dijeron que tenían necesidad de cubrir esos puestos rápidamente y que nos contrataban a ambas? a prueba claro, tendríamos que demostrar nuestra competencia? y vaya si la demostramos, pero eso vendrá más tarde. Así quedó la cosa y esa tarde Laura y yo organizamos prácticamente una fiesta de celebración de la buena nueva con nuestros respectivos maridos que poco o nada sabían de lo que se les venía encima? pobres! Nuestros problemas parecían resueltos, pero quizá fue peor el remedio que la enfermedad?

Laura y yo nos incorporamos al día siguiente con la mejor intención. Ocupamos un par de pequeños despachos contiguos en el edificio de oficinas y pasamos a ser parte de la plantilla. Esto por supuesto supuso un cambio en la actitud de los obreros con nosotras, pero solo en las formas, no en el fondo. Ya que ahora éramos compañeras, se cambió el ataque frontal por un tonteo más sutil pero constante. Al fin y al cabo era una novedad para ellos tener a dos hembras en su entorno laboral, y parecía llamarles mucho la atención. Por nuestra parte a nadie le amarga un dulce no? Mientras fueran agradables no pasaba nada. Por supuesto procurábamos mezclarnos principalmente con los chicos de nuestra edad.

Había un grupo de chicos de entre veintitantos y treintaytantos que no estaba mal, eran simpáticos y al menos sabían como hablarle a una tía. Jose era el típico moreno, cachas, con la piel bronceada y barba de 3 días, y es el que más tonteaba conmigo. También estaba Javi que parecía más interesado en Laura, aunque no le hacía ascos a nada, este tenía el pelo más claro y un poco larguito y ondulado, solía llevarlo en una especie de moño para trabajar. Sus otros compañeros: Miguel, Rodri y Luis también nos acompañaban habitualmente en las pausas del café. Hablábamos de cosas de todo tipo, pero los chicos solían abundar sobre que aburrida tenía que ser la vida de casada, que si la vida sexual no era monótono, que suerte tenían nuestros maridos, etc? cualquier cosa con tal de intentar hacernos morder el anzuelo, pero siempre de buen rollo. Lo que más me sorprendía es que a la siempre mojigata Laura parecía irle el rollo del tonteo con los chicos más de lo normal, es más, cuando ellos no se acercaban en la hora del café más de una vez me sorprendió diciéndome:

-Oye vamos con estos?

En fin, suponía que sería simplemente que la vida de casada la hacía sentir poco deseada y que le gustaba el coqueteo intrascendente del trabajo? aunque daba que pensar, cada vez se la veía más tonta con el Javi éste, si no la conociera diría que se estaba pillando como una adolescente atolondrada. Las dudas se me fueron tan pronto como un día me abrieron los ojos a la fuerza al encontrármela comiéndole la polla a Javi en su despacho. Así como suena! Menudo shock! Yo que iba tan tranquila a pedirle la grapadora y desde las bandas de la persiana de su despacho me la encuentro sentada en su silla mamándosela como una auténtica profesional al chaval que estaba sentado en su mesa con una sonrisa de oreja a oreja? y menos mal que no me vieron! Me di la vuelta como alma que lleva el diablo y me fui con la sangre agolpada en la cabeza, las orejas ardiendo y con una cara de tonta del copón.

-Pero será posible! -pensé- La mosquita muerta ha resultado estar muy viva? Pues no que le está poniendo unos cuernazos tremendos a su novio! Que digo su novio? Aún peor, a su marido! (aún me cuesta asumir nuestro reciente cambio de roles) Y encima el primer mes que estamos aquí, debían tenerla muy desatendida en casa? no, si al final iban a tener razón los chicos con lo de la monotonía del matrimonio, al menos en algunos casos.

La verdad es que no pude dejar de pensar en el suceso en todo el día, me quitaba el sueño, imaginarme a mi amiga del alma con aquel pollón en la boca, aunque solo lo vi unos segundos, de refilón se apreciaba perfectamente como le chupaba la punta mientras se la pajeaba a la vez con la mano? Hasta me parecía rememorar en mi mente el sonido de las succiones? ?chup, chup, chup?. Mi lado morboso se arrepentía de no haber mirado un poquito más, y muy a mi pesar me descubrí haciéndome un dedito con aquella escena en mi cabeza? pero que coño me pasaba? A ver si me iba a dar envidia después de todo! Pero si yo era una tía feliz con su marido? Que me importaba a mí que Laura se comportase como una cualquiera y se la comiera a un compañero de trabajo? Pues parece que algo si me importaba, caramba! Ni siquiera le comenté nada? total que le iba a decir? Por ejemplo:

-Oye Laura, nada, que te vi comérsela a Javi ayer, me gusta tu estilo? me lo apunto para usarlo en casa (que gilipollez! En realidad, que cosa coherente se podría decir en una situación así?)

Lo dicho, mejor no le dije nada a mi amiga, pero es que el guardármelo dentro de mí resultó todavía peor, porque me iba carcomiendo poco a poco? cada vez que tomábamos cafés con los chicos, me venía a la cabeza, y las miradas casuales entre ellos dos ya no me parecían casuales sino muy calculadas. Me extrañaba que la cosa se fuera a quedar en una mamada de un día y decidí estar muy atenta a partir de ese momento. No tardó mucho en repetirse la función, esa misma semana los descubrí otras dos veces en las mismas circunstancias, siempre más o menos a la misma hora, a media mañana, media hora después de que nos juntásemos para el café, pero esta vez no me fui, me atrincheré detrás de unas cajas de materiales y me quedé a ver el espectáculo completo.

La verdad es que para su defensa he de decir que el tío estaba bastante bueno, tenía un cuerpo trabajado del trabajo físico que hacía en la obra cada día, y una polla bastante lustrosa cuyo brillo se acrecentaba con los salivazos que le daba mi amiga, que se la comía como una auténtica loba. El tamaño también era de mi agrado, vamos que me sorprendí a mi misma más de tres veces imaginándome como sería el sabor de aquella verga e incluso dándome algún frote distraído entre las piernas que no pasó a mayores, pero la cosa cada vez me afectaba más. Siempre me escabullía un poquito antes de la traca final para que no me descubrieran en plan voyeur, pero el segundo día estuve el tiempo suficiente para llegar a la conclusión, por lo que escuchaba, de que la muy zorra se tomaba el postre completito.

Pufff! Que situación? No me concentraba en mi trabajo y no entendía como mi amiga podría hacerlo por su parte. Lo que sí marchaba de puta madre era el sexo en casa, mejor que los meses anteriores desde luego, porque después de estar todo el día pensando en esas visiones, al llegar la noche me lanzaba sobre mi marido como una verdadera perra en celo, lo cuál él agradecía profusamente y como haría cualquier tío, él se aprovechaba de la situación para follarme a su antojo? al menos eso se llevaba en limpio el pobre de esta situación que desconocía por completo.

La cosa estaba llegando a tal extremo que tenía que llevarme unas bragas de repuesto al trabajo porque ya sabía que las del día acababan caladas. Más aún cuando quedó patente que estos dos estaban regularizando sus encuentros, que ya parecían una actividad obligada de cada día a la que no pensaban renunciar. Durante un par de semanas me hice adicta a masturbarme mirando como Laura hacía todo tipo de guarradas con su amiguito. Por supuesto a los pocos encuentros Javi no se contentaba con una mamada y empezó a tirar de repertorio? aquello ya parecía porno puro y duro, y raro era el día que por lo menos no se la follaba por detrás contra la mesa. Impresionante la Laurita, ella que en nuestro círculo se escandalizaba por cualquier cosa, siendo follada de seguido por un tío que apenas conocía mientras su reciente marido pensaba que estaba trabajando abnegadamente? lo que sí es cierto es que yo ya no quería que la cosa acabase porque los dedazos que me hacía mirando como se la clavaban a diario no tenían precio?

A todo esto, como cualquier tío que se precie, estaba claro que a estas alturas Javi ya le había comentado la jugada a todos sus colegas, y las sonrisitas que se echaban entre ellos durante las pausas del desayuno eran de una claridad meridiana. Las atenciones de los chicos empezaron a ser más para Laura? Claro, ahora que habían descubierto el filón había que explotarlo. Ahora te rozo un poquito el culo, ahora te doy un empujoncito? en fin, lenguaje corporal; y lo peor del asunto es que yo me empezaba a sentir celosa! Hasta Jose que hasta ese momento siempre me había prodigado más atenciones a mí, parecía estar ahora tontísimo con Laura. Creo que inconscientemente empecé incluso a vestirme más provocativamente para el trabajo para ver si recuperaba algo de atención, pero nada, aquello ya era imparable, todos los machos estaban ya ocupados olisqueando a la hembra en celo.

Joder, pero por que me importaba tanto? Es que me estaba empezando a gustar el tío? En que momento había pasado eso? Desde luego algo estaba cambiando dentro de mí y no sabía hacia donde se dirigía ese algo. Para mas inri, el único que parecía darse cuenta del cambio en mi vestuario era el obrero negro que nos habíamos cruzado el primer día. Tommy, que le decían los demás, me desnudaba con la mirada, y aunque le había ido perdiendo el miedo poco a poco desde aquel primer encuentro seguía sin tenerlas todas conmigo? había algo salvaje en la mirada de ese hombre. En cualquier caso no era precisamente éste mi objetivo cuando planeé la estrategia. En fin, procuré restarle importancia al hecho, lo cuál supuso un nuevo error como comprobé posteriormente.

Pero cuando una anda al borde del abismo mucho tiempo al final se cae, y era evidente que esta inestable situación no era sostenible mucho tiempo. Uno de los días que me disponía a asistir a mi sesión voyeur matinal me encontré con la sorpresa de que había mas público. Era ?mi Jose? que se la estaba cascando en mi ubicación habitual. Al principio me quedé flipada, pero después una sucesión de ideas fue pasando por mi cabeza de forma gradual: La primera que se me había acabado el chollo. La segunda que quizá ahora tendría chollo y espectáculo doble y que me estaba volviendo demasiado voyeur. La tercera que menuda polla tenía Jose, puffff era preciosa, hay gente que dice que todas las pollas son iguales, pero las tías sabemos, que no, y esta era de las que nos gustan, el capullo despejado y reluciente, con pelito, pero corto, muy recta y del tamaño perfecto, se me estaba haciendo la boca agua aunque no quisiera admitirlo. No se si era muy objetiva porque como antes dije el tío me estaba empezando a gustar más de lo debido.

Sin darme cuenta me estaba acariciando la raja por encima del ajustado pantalón que llevaba, un roce inconsciente de esos que se hacen a veces sin darte cuenta cuando estás cachonda y paras en seco al volver a la realidad? solo que en mi caso no paré. Ahora sí que estaba salidísima y hacía verdaderos esfuerzos por seguir escondida y no apresurarme en ir a meneársela yo mientras le pegaba unos cuantos morreos a lo bestia, con mucha saliva. Pufff, que ganas de follar! Y la zorra de Laura mientras pasándoselo en grande (aún desde lejos podía intuir como se la follaban sobre la mesa, esta vez en la postura del misionero con los pantalones por las rodillas).

Pensándolo ahora, tiempo después a posteriori aún dudo si me hubiera contenido por mi misma? pero tampoco hubo lugar, ya que en estas, ensimismada como estaba, noté una mano tapándome la boca para que no gritase de la impresión y otra que se posaba sobre la mía para seguirme masturbando por su cuenta. Era Miguel, otro de los chicos que evidentemente había pasado por allí (no se si también avisado por sus colegas o por casualidad) y se había encontrado el pastel? premio! Porque yo ya no estaba para remilgos y le dejé hacer.

No me reconocía, estaba tan caliente que me hubiera dejado follar por cualquiera, dejé que me abriera el pantalón, me metiera la mano en las bragas encharcadas y que me metiera uno de sus recios dedos en el coño sin mediar palabra, excepto algún suspiro de gusto. Empezó un metisaca que en mi ensoñación casi me hizo desmayarme, nunca había estado tan salida, y apenas me di cuenta cuando me cogió en brazos y me llevó hacia donde estaban los otros llamando la atención de Jose, y de paso de los dos amantes:

-Eh chicos, mirad a quien me he encontrado disfrutando del espectáculo?

-Vaya, pero si es nuestra otra amiguita. Va a resultar que tenemos dos zorras por el precio de una -Soltó Javi sin dejar de follarse a Laura, que aunque parecía algo avergonzada por haber sido descubierta y evitaba en todo momento cruzar su mirada conmigo, no parecía que fuera a obligarle a parar-

-Que os parece si nos montamos una fiestecita con ellas? -propuso Miguel-

-Por mi fantástico, a esta ya la tengo muy trillada -contestó Javi-

Jose, por su parte, era evidente que estaba deseando follarse a las dos desde hacía tiempo y tampoco puso ninguna pega, y nosotras dos? bueno yo apenas podía articular algo coherente, todas mis defensas estaban bajas en ese momento y creo que hubieran podido hacerme lo que quisieran, y Laura? bueno, si Laura llevaba dos semanas follando a diario con Javi a espaldas del marido y en plena oficina en horario laboral? que podía decir Laura? Me vi abocada a que tres tíos me iban a follar, le iba a ser infiel a mi marido (antes novio) por primera vez, y lo que es más, deseaba que ocurriera cuanto antes más que nada en el mundo! Jose se me acercó, me abrió los botones de la camisa y empezó a morderme el cuello y a lamerme los pezones. Mientras Javi seguía follándose a Laura que aceptó sin protestar en la boca la polla que Miguel se acababa de sacar del pantalón.

Aquello ya era una orgía en plena regla, y si Laura tenía dos pollas para ella solita, yo no me iba a quedar sin mi ración? ya estaba bien de ser la tonta. Le saqué la polla a ?mi chico? y empecé a hacer realidad mi fantasía de diez minutos antes haciéndole una paja tremenda mientras él se entretenía con mis tetas y dándome unos morreos con lengua tremendos que solo conseguían que mi mano acelerase la paja mecánicamente. Me encantaba tocarle la polla, estaba totalmente entregada, y creo que yo misma me saqué el pantalón y las bragas y le pedí que me la metiese, la verdad es que aquel encuentro está un poco borroso en mi memoria por la excitación sexual del momento, pero lo que tengo claro es que en ese momento recibí el polvo de mi vida.

Una nunca sabe cuanto de real hay en esa apreciación subjetiva, cuanto se debe a la calidad de la follada y cuanto a la excitación del momento, a las circunstancias, el contexto y lo que te sugiere esa persona, que en mi caso era mucho, pero la realidad es que el resultado es el mismo: volar. Sí, Jose me estaba haciendo volar y mis gritos los tenían que oír desde fuera a pesar de los camiones, hormigoneras y demás maquinaria. Me daba igual, estaba en la cresta de la ola, y no pararía aunque apareciese mi marido o el Papa Benedicto por la puerta. Me estaba corriendo como una perra y se lo gritaba a él:

-Sí, por favor! Fóllame, fóllame, nunca pares de follarme! Me corro! Sí, me corrooooo? ahhh ahhh

Era indescriptible recibir lo que inconscientemente llevaba semanas deseando, de la persona que lo deseaba, en el momento que más lo deseaba, y de esa brutal forma, con mi amiga a tan sólo dos metros siendo clavada por dos maromos (la verdad es que hasta eso tenía su morbo). No fue hasta que me corrí por primera vez y el orgasmo me devolvió un mínimo de mi sentido de la realidad que me percaté de eso, de que Laura y los otros dos estaban presentes? y tan presentes.

Ahora se habían cambiado los papeles y era Miguel quien se la follaba y el otro el que acababa de correrse en su boca, que aún mostraba las evidentes señales líquidas. Pero Jose no se había corrido y seguía embistiendo duro, así que volví a lo mío, me agarré a su culo (muy durito y prieto por cierto) y me adapté a su ritmo yendo a buscarle con las caderas tomando conciencia por primera vez de que estábamos follando sobre unas cajas de folios (viva la papelería). Le empecé a morder los hombros mientras mis uñas arañaban su masculino trasero y mi boca convertida en la de una guarra le pedía la leche en el oído:

-Córrete! Me oyes? Quiero que te corras. Te deseo, voy a dejar que me folles cuando quieras.

No me reconocía diciendo esas cosas, pero dentro de mí se habían desatado los 7 infiernos y realmente pensaba todo aquello, solo quería que aquel macho descargase y se quedase a gusto conmigo como me había hecho gozar él. Y vaya si conseguí que lo hiciera. Jose me la sacó apresuradamente y se corrió abundantemente entre mis tetas, que aparecían desnudas y apetecibles entre mi camisa abierta.

-Ahhh me corro en tus tetas! -gimió mientras su primer chorro me cruzaba el esternón. Después otro y otro hasta terminar una abundante corrida que hacía honor a nuestro primer polvo-

Ya vendrían otros con él que no desmerecerían en nada a este primero, pero esto no es lo que nos ocupa hoy? aún no había acabado la fiestecita si es lo que alguien pensaba. Aquellos chicos tenían la oportunidad de cumplir la fantasía de todo hombre (y de cualquier mujer, por qué no decirlo?) de follarse a dos tías de una tacada, y no iban a desaprovecharla. A estas alturas, de perdidos al río, y no le hice muchos ascos a la empringada polla de Miguel que acababa de salir del coño de mi amiga y que se dirigió a mí con unas intenciones muy claras. El chico no era muy expresivo:

? Chupa! ? se limitó a decir? así que yo me limité a chupar-

De todas formas venía bastante trabajadito por parte de Laurita, así que no tardó mucho en descargar en mi boca. Éste no me gustaba tanto, y aunque no me suele importar tragarme una corrida, las chicas reservamos eso para los tíos que nos gustan realmente, creo que es algo inconsciente, tengo una amiga que dice que los tíos también hacen algo parecido cuando se trata de comer coños. Como alternativa, le dejé correrse en mi boca, dejando caer después el contenido por mi barbilla hasta las tetas? y que cantidad! que manera de correrse tenían estos tíos, pero cuanto llevaban sin follar?

Javi, que ya había pasado por la boca y por el coño de Laura prefirió follarme para completar el pack, y la verdad es que no me importó mucho dejarle que lo hiciera? al fin y al cabo éste estaba bastante bueno, y para colmo Jose ya se la había metido a mi amiga, el chico no era de piedra y no podría resistir la tentación aunque yo le gustase. Bueno pues yo tampoco tenía por que hacerlo. Ya me había hecho mis buenos dedos como ama de casa, fantaseando con tríos y orgías, que tía que se precie no lo ha hecho? Vamos, vamos, admitirlo, a todas nos gusta pensar en tener varios ejemplares a nuestra disposición, y ahora los tenía? los cuernos ya estaban puestos, pues al menos que fuera memorable. Me lo follé, o mejor dicho, él me folló a mí. Javi follaba como un animal a pesar de haberse corrido una vez cinco minutos antes. Yo ya conocía sus técnicas porque llevaba viendo los bruscos movimientos de su culo un mesecito mientras se follaba a mi amiga, solo que esta vez la que estaba debajo resistiendo los envites era yo?

-Te gusta mirar, eh zorra? Ahora vas a saber lo que es bueno -me gritó aumentando el ritmo de la follada- -Mmm mmmm siiii! maaas -era lo único que acertaba a contestarle, mientras la cabeza me colgaba tras las cajas-

Javi me volteó y me colocó en su posición favorita (yo lo sabía bien por los dedos que me había hecho mirándole en acción). Esa postura me permitía ver como Jose justo se corría en el coñito de Laura? es curiosa esa sensación de celos y morbo que te da presenciar algo así, aunque creo que se ve distinto si a la vez te están taladrando el coño desde atrás. Esto era lo más parecido a un intercambio que he vivo hasta la fecha, y creo que me gustó? No se si tuvo algo que ver esta imagen pero 30 segundos después me corrí por segunda vez con fuertes convulsiones dentro de mi coñito. Javi, al ver su polla exprimida por mis paredes vaginales no se contuvo más y me soltó su segunda corrida de la tarde bien adentro gruñendo como un animal.

-Ahhhh como me la ordeñas, zorra, me corro! -sí, el chico era así de romántico, pero la verdad es que en aquel momento eso me importaba un comino, solo quería ser poseída de forma animal, y eso era lo que estaba teniendo-

Los chicos se dejaron caer rendidos en las sillas del despacho y nosotras dos nos arreglamos la ropa como pudimos. Sobre todo Javi y Jose que se habían corrido dos veces en poco tiempo estaban bastante perjudicados. Miguel, que fue el único que por el momento se conformó con un orgasmo fue el primero en salir por la puerta del despacho de Laura con una sonrisa en los labios. Le oí murmurar:

-Joder, cuando se lo cuente a los chicos, lo van a flipar -se reía el muy capullo-.

Me daba igual, acababa de tener el mejor sexo de mi vida y no podía pensar con claridad aún. Esa noche cuando dormía al lado de Oscar en casa, como buena esposa, si llegaron los remordimientos, pero eso lo contaré más adelante que me estoy extendiendo demasiado por hoy, y aún me queda bastante que contar.

Espero que os haya gustado, si es así dejadme algún comentario u opinión vale? Siempre se agradece. Un beso!

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