Mi novia Beatriz, nueva puta

Esta es una historia absolutamente real, sus hechos han ocurrido el día de hoy por lo que me he motivado a escribirla. Durante meses he intentado vivir una fantasía con mi novia: La idea que ella sienta placer por otro hombre o tenga deseos extraños a nosotros o cualquier experiencia en que me haga sentir un cachón me pone supremamente excitado. Me encanta leer en la red este tipo de historias y masturbarme mientras lo hago. En vista que mi novia es una mojigata y pareciera que nunca me iba dar la sorpresita le había solicitado varias veces que solo hablara conmigo sobre el tema y asi estableciéramos un juego en el que pudiera yo satisfacerme, a ella le ha interesado hallar una solución ya que mi insatisfacción ha puesto en varias ocasiones nuestra relación en riesgo, por tanto siempre he querido que mi novia me invente y cuente una historia en la que ella tiene relaciones sexuales y todo tipo de contactos con otros hombres, pronto sabrán como en desarrollo de esta experiencia paso lo que paso.

Me gusta como la miran y observan en la calle, como se le ven los ojos a los hombres de deseo, sobre todo si son viejos y gordos, hombres obscenos y descarados. Le miran la vagina todo el tiempo. También le ha dado por dejarse botones abiertos en la camisa para que se vea su brasier lo que la hace ver insinuante aunque realmente no lo es mucho. No he escondido el nombre de novia, es más excitante así, vivimos en Medellín Colombia y ella es muy hermosa, tiene 25 años y esta muy trocita, su cuerpo es armonioso y tiene un rostro bello, lo mejor que tiene es su vagina, con todos esos pantalones que usa pegados y estrechos se le forra de una manera que llama la atención de los hombres. Su mamá inocentemente le dice, cuando la ve con esos pantalones que le parten la vagina de lo apretados, que dónde es la fiesta que lleva partida la torta. Eso me excita mucho, ella, su mamá, no lo sabe. Ahora lo puede saber todo el mundo. Beatriz sin embargo, como ya lo he mencionado es muy mojigata, yo he logrado que haga una que otra locura pero nada sorprendente como lo que le paso hoy.

A pesar de ser un sábado Beatriz quiso ir a trabajar para adelantar un poco en sus labores ya que la próxima semana tendrá que viajar durante varios días por motivos del empleo. Había quedado de estar temprano en su oficina pero no pudo hacerlo ya que estuvo anoche en una reunión que tuvo hasta altas horas. Llegó por tanto muy tarde a su oficina lo que hizo que sus compañeras, que también querían adelantar su trabajo, salieran más temprano de la oficina dejándola sola.

Cuando estuvo sola me llamo y me comento que estaba aburrida pues sus compañeras se habían cansado de esperarla y ella tenía todavía mucho por hacer. Una extraña sensación de morbo me corrió por el cuerpo cuando me hablo de su soledad, le dije entonces:

- ¿Estas solita, solita bebe?

- No!, contesto ella, en otra oficina esta el vigilante hablando por teléfono.

Recordé que la única forma de trabajar los sábados en su oficina es si esta presente un celador que garantice la seguridad del edificio y sus enseres. La idea de que otra persona estuviera cerca de ella en su soledad me puso más morboso y excitado. Luego de conversar cosas cursis y aburridas le propuse que se tocara un poco. De inmediato ella dijo que no, que el vigilante podría sentirla y que le daría pena y miedo. Sin embargo yo hice un silencio de molestia y desilusión que termino por hacerla aceptar. Me pidió que esperara para cerrar la puerta y yo hice lo propio con la de mi habitación pues convivo con mi familia.

Una vez regreso al teléfono le sugerí que se quitara el pantalón y se quedara en unas tanguitas que, cosa curiosa, a pesar de ser tan mojigata y sanita ha venido usando. Comencé a recordarle la forma en que hicimos el amor la última vez, casualmente ambos nos sentimos muy bien y lo disfrutamos mucho. Ella se excito y comenzó a tocarse, lo podía confirmar por su respiración que cada vez estaba más ligera en el teléfono y porque su vos me llamaba: "amor" entrecortadamente.

Pasado un tiempo le sugerí desnudarse pues en su oficina existen unos ventanales grandes que permiten la vista de un edificio de enfrente, era lógico que en día sábado no habría nadie en aquel y podría estar segura de no ser vista pero aumentaría su excitación y la mía que también estaba acariciándome con esta situación.

Beatriz así lo hizo, se puso de pie y apoyo un pie en un sillón dejando el otro en el suelo, con una mano tomaba el teléfono con la otra restregaba su clítoris, según me contó mientras lo hacía. Siempre he notado que a Beatriz le gusta saber que la pueden ver mientras se masturba. Una vez íbamos en el carro y llegando a su casa existe una autopista bastante larga que se encuentra a oscuras, en ocasiones pasan vehículos que viene de regreso e iluminan todo el interior del vehículo con sus luces altas, pues aquella vez Beatriz accedió a tocarse en el asiento contiguo al conductor, abrió sus piernas, subió su sexo un poco como exhibiéndolo hacia el vidrio delantero y comenzó a masturbarse. Yo iba enloquecido y pasaron varios carros con sus luces altas que seguro la vieron. Intencionalmente baje la velocidad para que los carros pesados y lentos tuvieran mayores posibilidades de verla. Después supe que sentía placer al ver acercar las luces lentamente, con los ojos encandelillados sin saber quien las veía y que esperaba con ansias que nos detuviera la policía y la encontrara así, recuerdo que se le vino un orgasmo y daba gemiditos de placer a pesar de no ser muy dada a darlos.

Volviendo a lo ocurrido el día de hoy sentí que estaba muy excitada con su nueva postura y situación y comenzó a gemir y a decirme duro que se estaba masturbando, siguió asi un tiempo pero no lograba venirse, pensé que se debía a su posición pues estaba de pie y no era la postura ni la manera habitual en que se masturbaba. Paso un buen rato hasta que sentí un golpe seco. Beatriz dejo caer la bocina y la presencia de una voz masculina apareció en el teléfono.

- ¿Qué hubo reinita, le ayudo? Dijo

Beatriz no contesto. Por mi parte sentí que el mundo se me partía en dos, no podía hacer nada distinto de seguir escuchando intentando coger la información que me permitiera seguir recreando en mi mente lo que estaba pasando. La situación me helaba de pánico pero me excitaba, pensé en que la iba a violar y en que aquel hombre se había ganado la lotería, supe entonces que no tendría miedo de perder su trabajo ni de nada, haría lo que tenía que hacer. Después de un momento ella comenzó a gritar fuertemente que no!, pero parecía no estarla tocando ni ultrajando por lo que me tranquilice. Supe después que el vigilante habia tomado su ropa y la habia aventado a la oficina del lado impidiendo que Beatriz se vistiera.

Por supuesto que nada de esto lo vi, pero se que luego procedió a quitarse la ropa y sacar su pene que no era muy grande pero que estaba lo suficientemente duro y oportuno para penetrarla y venirse en ella, igual que el mío. Sobre esto les cuento que mi otro sueño es que ella algún día me humille con el pene de su amante que resulta ser mayor que el mío y que la hace partirse en dos de placer. Después la tomo por los brazos y la llevo a una mesa donde la acostó, le propino dos fuertes cachetadas que le hicieron saber que lo que iba pasar ya no tendría reversa. La abrió de piernas y comenzó a penetrarla, no le fue difícil pues mi novia estaba toda mojada. Según me cuenta mi novia le metía la cabecita dos veces y luego se le iba con todo el pene y continuo con ese ritmo mucho rato, ella a pesar de estar siendo violada me confeso que la había tratado con tal suavidad durante la penetración que estaba segura de no estar dañada por dentro en su aparto reproductor y sexual. Según me dice ella hizo todo lo posible porque la soltara y por reducirlo pero sus fuerzas no lo superaron. El tipo se la comió. Con sus piernas abiertas la penetro todo lo que quiso, el que estuviera desnuda le facilito besar sus senos y morderlos y dejarlos llenos de morados como le quedaron después. Beatriz gemía como loca no se si de placer o de dolor, solo se que decía no! con un tono extraño, en algún momento llegue a pensar que no era una victima.

Mientras tanto yo escuchaba todo esto en el teléfono. El le decía constantemente puta y ella gemía, solo gemía. Yo me masturbaba pues mi sueño se estaba haciendo realidad, sin embargo me vine rápido la primera vez y una sensación de nostalgia y preocupación se me vino encima como habitualmente me pasa tras el orgasmo. Sin embargo los diez minutos que continuaron a este momento me volvieron a excitar y pensé en que Beatriz lo tenía bien merecido. Siempre le sugerí jugar con todo aquello y ahora estaba pasando realmente. El vigilante, según contó ella, la volteo boca abajo y le lamió su nalga, le paso su lengua por el culito repetidas veces sin intentar penetrarlo, a pesar de poder haberlo hecho, me confeso ella que eso la hizo sentir bien, siempre le ha gustado que le chupe su culo y sentir la respiración sobre las nalgas.

De pronto todo ceso y solo se escuchaba el ajetreo del vigilante huyendo y tropezando con todo en su salida. Beatriz tardo mucho en volver al teléfono pero lo hizo y yo no podía más que esperar para saber que estaba sucediendo. Me dijo que estaba muy mal, que el vigilante la había violado y que necesitaba que fuera por ella. Me pidió no avisar en su casa lo que considere prudente.

Cuando me lo contó en su casa me pareció verla tranquila, podría jurar que le gusto. Sin embargo hoy mismo hemos puesto la denuncia en la policía e inspección pues sabemos quien es el tipo. El vigilante le robo las tangas o ella no las encontró al buscarlas luego en la otra oficina, esto también me excita: la idea de que se las llevara de recuerdo de su violación o peor aún la idea de que la próxima semana, en el trabajo normal, alguien la encuentre y comience a preguntarse de quién son y que ocurrió. Esto me paso hoy y quiero contarlo y escribirlo para quienes andan buscando que sus novias les hagan pasar celos, es tan rica la sensación, da una rabiecita toda placentera, siempre he visto esto muy sano en cuanto es el placer del otro ser el que te hace sentirte bien a ti. Mi novia es ahora una putita, sospecho que si, tal vez le gusto el pene del vigilante, el tipo no esta tan mal según recuerdo, además piensen en que ella estaba excitada, a quién le cae mal un consuelo de esos estando en ese estado? Me pregunto como será nuestra relación de ahora en adelante.

Contradictoriamente me arrepiento y pienso que soy yo el culpable de todo esto, pero ahora mismo, escribiendo esta historia, siento la necesidad de bajar mi pantalón y darme una buena masturbada pensando en que mi novia estuvo a la fuerza con otro tipo, en que este tiro sus ropas a otra oficina para que no se vistiese y en que yo me convertí en un cachón escuchando por teléfono sin poder tomar ninguna acción a su favor, excepto la que pronto haré de nuevo: masturbarme con la idea que mi novia esta con otro.

Giacomo
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